La siniestra teatralidad de Alice Cooper en Domination
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El festival Domination cerró la noche del sábado la segunda entrega de su primera edición y de la mejor manera, con una metralla de poderoso rock gracias a la locura hecha genialidad del histriónico Alice Cooper.
Teatralidad en su máxima expresión regaló este siniestro maestro ante 60 mil fans que se entregaron en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez a su provocador show.
Caídas las 21:50 el escenario principal vibró con una descarga de hard rock y heavy metal de la mano del cantante de 71 años para un intenso acto de hora y media.
“¡Cooper, Cooper, Cooper!”, berreaba su fanaticada (y no “¡Alice, Alice, Alice!”) detonando las emociones al tener como apertura “Brutal Planet”, misma que despertó los demonios del incansable y carismático vocalista.
Con su clásico maquillaje de rímel tenebroso escurriendo en sus ojos y ataviado de pantalones de piel negros entallados, el rockero se mostró en todo momento amable ante una enloquecida recepción de todas edades, que iban desde infantes hasta fans de la vieja guardia setentera.
Los ensordecedores aplausos incitaron a los monstruos de Alice para ofrecer escénicamente una serie de espectrales historias al estilo de Mary Shelley. Los incesantes cambios de vestuario dieron vida desde un director de orquesta, un desquiciado médico transformándose en un desesperado asesino tipo Míster Hyde, un loco atado en camisa de fuerza, hasta devenir en las figuras del monstruo del médico Frankenstein y un Prometeo moderno.
“No More Mr. Nice Guy” y “Billion Dollar Babies” dieron rienda suelta al alegre festín para sumarse “Lost in America” y “Serious”.
Sorprendió el solo de guitarra de la guapa Nita Strauss cautivando a una multitud quien al instante dejó atrapar sus miradas y regurgitó gritos desde las cavernosas entrañas rockeras de coraza, en sacrificio recíproco no sólo a la calidad musical de la rubia, sino de cada uno de los acompañantes de la banda del viejo lobo Alice que envenenaba oídos zumbantes a través de “Poison” y “Halo of Flies”.
[caption id="attachment_583069" align="alignnone" width="702"] Nita Strauss y el espectáculo de Cooper. Foto: Carlos Enciso[/caption]
“Feed my Frankenstein”, “Only Women Bleed”, “Paranoiac Personality” y “Ballad of Dwight Fry”, dibujaban lo que ya era una velada inolvidable para los metaleros arremolinados en una noche desahogadamente fresca, El ocaso parecía llegar cuando cayó una guillotina “descabezando” a Alice Cooper, pero este hombre espectáculo, actor y compositor, cual Ave Fénix “resucitó” su empedernida alma adolescente lanzando “I’m Eighteen” y desaparecer de pronto tras en el entarimado.
Rápidamente retornó, pero ahora vestido de blanco (¡enfundado en la playera verde de la selección mexicana de futbol misma que después obsequió a la enardecida afluencia!). Pompas de jabón flotaban a su alrededor y globos multicolores sobrevolaban entre el ya muy enfiestado público, oyéndose la clásica “School’s Out”, misma que su banda rebelde ligó a “Another Brick in the Wall”, en tributo al histriónico espectáculo de los britones Pink Floyd.
Alice Cooper saldaba así la cuenta ante sus seguidores mexicanos en primera visita multitudinaria a nuestro país, partiendo contento a la par de su frenético séquito. Los músicos daban paso al frente agradeciendo la apasionante entrega y el público no mostraba cansancio en el cerrojazo cuando pasaban las 23:20 horas de un sábado fuera de serie.