Ramírez Vázquez será recordado en el centenario de su nacimiento
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Creador del Museo Nacional de Antropología, que ha sido un hito cultural a nivel mundial, y fundador y primer rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (todavía en huelga), el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez será recordado a cien años de su natalicio y seis de su fallecimiento, con una mesa de reflexión en el Palacio de Bellas Artes.
Considerado como el gran consentido del régimen priista durante la segunda mitad del siglo XX, Ramírez Vázquez es autor también de obras tan emblemáticas como la nueva Basílica de Guadalupe, el monumental Estadio Azteca, el Palacio Legislativo de San Lázaro, el Museo de Arte Moderno, la torre de la antigua Secretaría de Relaciones Exteriores (hoy Centro Cultural Universitario Tlatelolco) y el Centro Cultural del Bosque, entonces llamado Unidad Artística y Cultural del bosque, entre otras.
Con el título Centenario del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, la mesa analizará la vida y obra de quien fue también urbanista, diseñador, editor, artista plástico y funcionario público. Fue titular del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) y durante el gobierno de José López Portillo --de quien como candidato fue secretario de prensa y Propaganda en el PRI--, se desempeñó como secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas.
En la mesa participarán la arquitecta Dolores Martínez Orralde, subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), instancia organizadora del encuentro en colaboración con la Academia de Artes. Por parte de esta última estarán presentes su secretaria académica Louise Noelle Gras, especialista en historia de la arquitectura, y el arquitecto Mauricio Rocha.
De otra parte, intervendrán el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, miembro de El Colegio Nacional; el arquitecto Ramón Vargas Salguero, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México; y Javier Ramírez Campuzano, hijo y legatario de Ramírez Vázquez y responsable del archivo del desaparecido arquitecto desde hace unos años, quien a través de un comunicado del INBA declaró:
“La actividad me provoca un sentimiento íntimo de agradecimiento por el afecto que le tienen a mi padre las personas que van a participar. Es algo necesario para que los jóvenes puedan valorar la orientación humanista de su trabajo y la vigencia de los conceptos e ideología que tuvo dentro de la arquitectura y el urbanismo, como parte de la organización de Juegos Olímpicos y como rector fundador de una universidad”.
El papel que Ramírez Vázquez tuvo en la organización de los Juegos Olímpico de México en 1968, donde fue presidente del Comité Organizador, y convocó a la llamada Olimpiada Cultural con cientos de actividades, entre ellas el encuentro escultórico internacional que dio como resultado la llamada Ruta de la Amistad, en Periférico Sur (cuyas esculturas están ahora reunidas en el trébol de Periférico e Insurgentes), será también tema de la mesa.
El arquitecto fue autor junto con Eduardo Terrazas y Beatrice Trueblood del diseño de la imagen de las olimpiadas, así lo informó en su momento Ramírez Campuzano al dar a conocer en el semanario Proceso (No. 2083), que el diseñador neoyorkino Lance Wyman entonces miembro del equipo de colaboradores del Comité Organizador, se lo atribuyó.
Se hablará de la trascendencia de la obra arquitectónica de Ramírez Vázquez más allá de México, explicó su heredero al INBA:
“La mesa de reflexión será una oportunidad de enseñanza al transmitir la forma en que se debe enfrentar, analizar y solucionar los cuestionamientos, obras, acciones y proyectos para luego trascender internacionalmente en el diseño y la arquitectura”.
Y no quedarán de lado aspectos personales y “el sentido humanista” del pensamiento del arquitecto nacido el 16 de abril de 1919 y fallecido el 16 de abril de 2013:
“Mi padre no me enseñó nada que no haya manifestado con hechos en su vida profesional, fue muy congruente en todos los sentidos y la principal aportación que me dejó fue la estima por lo mexicano, siempre volteó a ver a México y se inspiraba en él, no solo en la cuestión plástica, sino en el funcionamiento.
“No recurría a soluciones del exterior, sino que proyectaba lo mexicano, algo que se ha dejado de hacer. Él me dejó la enseñanza, la seguridad y el orgullo de que en México somos capaces de todo, algo que se debe difundir. Los estudiantes de arquitectura deben voltear a ver a México y conocer a la sociedad que van a servir con soluciones propias, acordes a nuestras condiciones y recursos, porque si algo tiene el mexicano es ingenio para resolver situaciones arquitectónicas”.
La mesa se realizará el próximo lunes 8 de abril a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, ubicado en avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, en el Centro Histórico.