Las pastorelas, una tradición antiquísima de México, son cada vez menos
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Los dramaturgos Miguel Sabido, Rafael Pardo Ortiz y Javier Nieto coinciden en que cada vez hay menos pastorelas y que éstas no pueden desaparecer.
“México pasa por un momento político muy duro, entonces ¿por qué no aprovechar un instante de esparcimiento?”, señala Pardo Ortiz, y Nieto subraya que “es importante mantener esta tradición año con año por el mensaje de amor y esperanza que le dan a la gente”.
El impulsor de las pastorelas, Miguel Sabido, dirige y es autor de La pastorela de Sor Juanita y su abuelo, y cuenta en entrevista cómo surgió este montaje:
“Mi papá fue un indígena que aprendió a hablar español a los 13 años de edad, entonces, a mi me dio una doble educación, y se lo agradezco infinitamente, como niño indígena y niño criollo, entonces me llevaban a Chalma a bailar y me llevó a ver las pastorelas indígenas, tanto de Apan, Hidalgo, como de Guanajuato, que duran de las siete de la noche a las seis de la mañana. Eran todas las noches, entonces, me acostumbré a verlas, y pensé ¿cómo le hago para traer este tesoro cultural del mundo indígena al mundo criollo?, porque nos pertenece a todos esa herencia.
“Entonces en 1963, en la clase de la dramaturga y novelista Luisa Josefina Hernández, nos pidió que realizáramos el análisis dramático de un género, bueno, Hugo Argüelles hizo del realismo norteamericano, otros se enfocaron en el realismo ruso, en fin, y yo dije que quería abordar la pastorela, y se me echaron todos encima. Me expresaban: ‘¡Eso no es teatro!’, ‘¡son estupideces!’, ¡qué tontería!, y Luisa, sabia como siempre, y me dijo que lo realizará, y saqué ese esquema de La pastorela de Sor Juanita y su abuelo, que es dramático como cualquier obra y eso hizo que evolucionaran las pastorelas. En la actualidad ya nadie se escandaliza de una pastorela en un teatro tan grande como es el San Rafael”.
--Aunque a las pastorelas cada vez hay menos público, ¿verdad?
--En general digamos que han perdido público. Debemos realizar algo para recobrarlas, porque es un género que no se puede perder.
En la trama, Sor Juana Inés de la Cruz es apenas una niña cuando viaja hacia Belén en compañía de su abuelo y un grupo de pastores. Luzbel intenta detenerla con delirantes tentaciones para morirse de risa.
Actúan Rafael Inclán, Lisardo, Irma Infante, Ignacio Torre, Mime Faisal, Samuel Loo, Lupita Sandoval y el Ballet Folclórico Nacional de México de Silvia Lozano.
Se presenta en Teatro San Rafael, de Virginia Fábregas 40, colonia San Rafael. De lunes a viernes a las 19:30 horas, sábados a las 18 y 20 horas, y domingos a las 13:30 y 17 horas.
“La Tradicional Pastorela Mexicana”
Rafael Pardo Ortiz, productor y director de La Tradicional pastorela mexicana, la cual lleva 31 años en el Claustro del Instituto Cultural Helénico, relata que por desgracias cada vez hay menos pastorelas profesionales:
“Cuando empecé había unas veinticinco anunciadas en el periódico. Son generaciones que van cambiando, los intereses se transforman. Así es cómo se van perdiendo las tradiciones de alguna manera, se van involucrando con cuestiones de otro tipo, de Estados Unidos, en fin. Si me apura un poco, no me quejo porque así es la vida, se va mezclando cada vez con otras cuestiones y otras y otras. No soy un rescatador de la tradición, simplemente tratamos de conservar la cultura mexicana, ¿por qué?, porque es parte de lo que somos. En la pastorela hablamos de todo lo que somos, en la política, lo que cantamos y bailamos, nuestra ironía, nuestros problemas, en fin, ponemos de todo, sin perder lo que es una pastorela”.
--¿Por qué es importante en este momento una pastorela?
--México pasa por un momento políticamente muy duro, entonces, por qué no aprovechar también un instante de esparcimiento para reír y disfrutar nuestras tradiciones y saber igual de dónde venimos, quiénes somos y por qué somos así. No pensamos evangelizar a nadie. Hay respeto obviamente a lo que es el nacimiento de Jesús porque más del 80% de los mexicanos son católicos y esta tradición se ha venido perdiendo, y cuando viene la gente se da cuenta que puede ser divertida.
--Son 31 años de la Tradicional Pastorela Mexicana, ¿qué tan difícil es actualizarla?
--Incluimos toques políticos, no demasiados porque no es una pastorela política. Unos cuatro o cinco máximos, nada más que bien puestos. Por desgracia desde hace 29 años siempre tengo material para poner cosas políticas, vivimos en crisis siempre. Cambiamos piezas musicales, vestuarios, no es una comedia musical, y preservamos esta parte pueblerina que tiene las pastorelas.
--Hay un rescate musical, ¿verdad?
--Tocamos más de 50 temas, desde las rondas infantiles, muchas piezas del cine de oro, pero que todos identificamos, como Amorcito corazón, algunos villancicos. Es una farsa. Trabajamos en los ensayos más de tres meses. No podemos desaparecer. Ahora acortamos fechas para no desaparecer por la economía.
La Tradicional Pastorela Mexicana presenta las aventuras de los siete pecados capitales, representados por un pelotón de demonios que tienta a los pastores, custodiados por el Arcángel San Miguel y su escudero San Rafael. La batalla entre el bien y el mal termina emulando una corrida de toros y una pelea de gallos.
Participan más de veinte actores en escena, cantantes y bailarines. Hay música en vivo. Inició el 13 de este mes y finaliza el 26 de diciembre. Son dos funciones cada día, a las 18 y 20:15 horas. Excepto el 24.
El público recibe un ponche calientito para que disfrute mejor el espectáculo. Luego de hora y media de risas y diversión, los asistentes se convierten en los peregrinos que piden posada y arrullan al niño Dios. Participan en la rifa de piñatas, siempre y cuando conozcan el significado de los picos de la piñata, entre otras tradiciones de la época. La experiencia culmina con un convivio entre actores y público, al sabor de tamales oaxaqueños y atole para calentarse del frío decembrino.
[caption id="attachment_611835" align="aligncenter" width="1000"] "La Tradicional Pastorela Mexicana”, en el Helénico. Foto: Cortesía[/caption]
“Entre huaraches pingos y ángeles”
En tanto, Javier Nieto platica a este medio que Entre huaraches pingos y ángeles “surge de la necesidad de aportar algo a esta tradición antiquísima que son las pastorelas, que vienen desde la conquista de los españoles para evangelizar”.
Sigue:
“Poco a poco en el transcurso de los años se fue adaptando a los nuevos tiempos hasta convertirse en un divertimento. Creo que es importante mantener la tradición de las pastorelas año con año por el mensaje de amor y esperanza que le brindan a la gente. Es decir, el mundo real es muy crudo, muy cruel, no siempre gana el bien, a diferencia de las pastorelas. En las pastorelas el bien siempre va a ganar. Y es importante mostrarle a la gente que hay esperanza y si hay una posibilidad entre mil, debes tomarla y apostarle para que el bien gane”.
Cuenta que la obra trata de Juvencia, una pequeña de 10 años de edad que vive con su abuelo don Aurelio:
“Ella es hija de padres migrantes, los cuales tuvieron que ir a trabajar a otro país para mejorar las condiciones de vida y se quedó en un pueblito de provincia al cuidado de su abuelo. Pero sus ideas son alimentadas por el mal, que adopta la forma de una serpiente, que le menciona que en la Ciudad la gente es muy feliz, no posee ninguna preocupación, que los niños no deben rendirle cuentas a nadie, que hay dinero y juguetes tirados por todos lados y todas las personas están para servirle, especialmente a los niños.
“Los niños no realizan tareas, ni quehaceres porque hay sirvientes para todos en la gran metrópoli. Ella se obsesiona con la idea de dejar al abuelo e irse a la urbe. Pero llega la noche de Navidad y un ángel, le encomienda al abuelo una misión divina, consiste en llevar dulces, alimento y un mensaje de amor y prosperidad a los niños pobres del pueblo vecino, San Francisco. El abuelo acepta a regañadientes e inicia con la niña la travesía de su pueblo de San Mateo a San Francisco”.
Pero en el camino se topan con el mal, ya que ve la posibilidad de raptar a Juvencia y el abuelo debe luchar no solo con la encomienda de llevar ese alimento de Navidad, sino de rescatar a la niña de las garras de este ente diabólico, que es el mismísimo Lucifer”.
--Cada vez las pastorelas son menos y las que hay están adaptadas.
--Hay para todos los gustos. Y sí, la mayoría de las pastorelas ya son adaptaciones contemporáneas con mucho chacoteo, pachanga, donde el mensaje se hace a un lado, donde se les da prioridad a los chistes fáciles. Existen pastorelas como la de Miguel Sabido y el Helénico, que tratamos de ajustarnos al canon, que recuperamos los elementos tradicionales, el diablo, el ángel, los pastores y una misión divina, en un contexto rural, con un lenguaje variado, rico, no tan simplista. La de nosotros maneja un lenguaje muy cercano al de los años cincuenta.
Conforman elenco la actriz y bailarina Nydia Dodi como el diablo, Yuriko Shiba también actriz y bailarina es el ángel, Vladimir Ortiz interpreta a Don Aurelio y en su debut teatral la talentosa niña Andrea Lara como Juvencia. El texto original es también del dramaturgo Javier Nieto.
Se muestra en el Teatro Enrique Elizalde de la Ciudad de México, calle Eleuterio Méndez # 11 esquina con Héroes del 47, en la colonia San Mateo Churubusco, sólo este 21 y 22 de diciembre. Sábado a las 19 horas y domingo a las18:30 horas.
Pastorela de Tepotzotlán
La Pastorela de Tepotzotlán es considerada como la mejor de todo México. Se efectúa desde hace 56 años de forma ininterrumpida en el patio de la hostería del convento, sitio adjunto al Museo Nacional del Virreinato.
La protagonizan Roberto Sosa (Lucifer) Sergio Ochoa (Arcángel Gabriel), Teresa Garagarza y Evangelina Sosa (diablitas), León Michel (Juan), Luisa Muriel (Lola) y decenas de pastores, todos habitantes de Tepotzotlán. La dirige Mauricio Soumano.
Se recibe al público con ponche, música en vivo de mariachi y banda de pueblo, juegos pirotécnicos, procesión en el centro del pueblo, piñatas y cena navideña. Inició el 13 y finaliza el 23 del mes en curso. Es a las 19 horas. El costo por persona 775 pesos.
[caption id="attachment_611836" align="aligncenter" width="1000"] Pastorela de Tepotzotlán. Foto: Cortesía[/caption]