Kevin Johansen, un 'des-generado” musical en el Lunario

viernes, 13 de diciembre de 2019 · 14:41
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La fría luna llena sería el preámbulo en el Lunario capitalino de una gran noche, ayer, durante la gira ‘Mitourbano’ del músico y compositor de sangre gaucha Kevin Johansen (Alaska, 1964), quien rodeado de cuates y fans festejó y compartió su material clásico, así como el nuevo álbum llamado en brillantes palabras clavijas ‘Algo Ritmos’. Antes de entrar a escena, el autor de “Guacamole” subió a presentar a la cantautora chilena Paz Court (Talca, Chile 1985), quien mostrando parte de lo que será su nuevo disco en 2020 hizo referencias a lo que actualmente sucede en su país; entre canción y canción usaba un megáfono (!) escuchándose de fondo a su vez el himno feminista “El violador eres tú”, que hace unas semanas invadió las redes. Un concierto que duró cerca de tres horas, donde el alaskeño complació al público con 40 canciones aproximadamente desde las 21:40 horas hasta la media noche. Los primeros acordes que se escucharon fueron los de “Es como el día”, coreada de principio a fin por el público; posteriormente, ‘El piojo’ --como cariñosamente llaman a Johansen-- comentó: “Vamos calentando motores, la siguiente canción ayudó a terminarla una estadunidense mexicana a este alaskeño argentino, vaya un abrazo a mi querida… ¡Lila Downs!”. Tras varias piezas, Johansen expreso que este sábado 14 será el cumpleaños de uno de sus cuatachos del grupo, el bataquero porteño Enrique Roizner ‘El Zurdo’ (diciembre 14 de 1939), a quien la gente no paró de ovacionar. Siendo una noche tan especial, Johansen agradecía al público y a los músicos que han colaborado con él, así como “a la música brasileña que ha abierto muchos caminos armónicos hermosos; Brasil es otro gran país de las Américas”, e hizo frecuentes observaciones al satélite de nuestro planeta y sus efectos: “Luna llena, musas buenas… Parece que ando muy amoroso con las canciones, ¿será la luna?”. Para el siguiente tema ofreció disculpas al público por decir que no salgan de la zona de confort: “¡Es un mito, debemos estar en la zona de confort! Siéntense, estoy provocando, perdónenme, ¡estoy feliz!, esta canción es para cantarle a los que no entienden nada, ni de la vida, ni del amor…” La muchachada no dejaba de pedirle canciones, a lo cual Johansen respondía: “Hacemos unas suavecitas y volvemos como si fuera un recital de Molotov o Kevin Johansen, de a poco, tántrico, picos y valles de placer, hasta el éxtasis, ¡qué chambero, qué falso gurú!”. Dedicó rolas al fallecido britón David Bowie (“Modern Love”), al presidente estadunidense Donald Trump (“Pobre millonario”), a los amorosos de Jaime Sabines (“Tú ve”, “Cuentas claras”), o a los nuevos milongueros poblanos que subieron a bailar al escenario, amén de “a los fashionistas que indican quién está in y quién está out; a los cumbieros intelectuales (“aunque en estos tiempos también hay reguetoneros intelectuales, pero esta noche es para los cumbieros”. Fue el momento cuando parte de los asistentes subieron al escenario para bailar con él, y al ir iban bajando algunos intentaron tomarse fotografías con celular; como no todos lo lograron, Johansen dijo en alusión al mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador: “¡Más abrazos, menos selfies!”. Más invitados entraron al quite musical. Kevin recibió primero al dominicano Alex Ferreira (Santo Domingo, marzo 23 de 1983), aludiendo a su paisano Rodolfo Enrique Cabral Camiñas, de Tandil, asesinado en 2011, autor de “No soy de aquí ni soy de allá”: “¡Me gusta positivizar a Facundo Cabral, ‘soy de aquí y soy de allá’!” Citó que a Ferreira lo conoció en España, y a su vez Ferreira recordó una frase de la costarricense Chavela Vargas: “Pero los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana…”. Ambos interpretaron la onírica “Anoche soñé contigo”, brindando el foro posteriormente a la portorriqueña iLe (Iliana Mercedes Cabra Joglar, nacida en San Juan el 28 de abril de 1989), quien entonó “Logo”, finalizando la guapa cantautora mexicana Natalia Lafourcade (26 de febrero de 1984), con quien Johansen interpretó cuatro melodías, aparte de solicitarle una canción de su próximo disco: “Una vida”.         Una vida solo hay para reencontrarnos,          una vida solo hay para darnos todo,          una vida solo hay para dar sonrisas,          una vida solo hay, una vida,          una vida para volver a amarnos,          no es cuestión de engaños o traiciones….          Quiero cantar esta canción porque aún te amo. El autor de “Sur o no sur” se sentó frente a la batería de ‘Zurdo’, llevándose las manos al rostro, siguiendo maravillado a Lafourcade. Con tan buen ambiente de camaradería y rosas en escena, Johansen continuó con sus piezas más reconocidas y al final tocó el tema que marcó su primer homenaje a nuestro país, la esperada “Guacamole”. Entonces y de buen talante comentó que le gustaría aprender “todos los albures”, cotorreando con los lunáticos presentes: “Ustedes sí que están locos como cabras, a mí me gusta jugar con las palabras…” Cargó su guitarra de palo y rasgó un par de baladas llegando a la meta entre aplausos con “Fin de fiesta”, participando los integrantes de su banda en voces e instrumentos. Antes de permitir escuchar los últimos acordes del adiós, Kevin Johansen fue primero en esconderse tras como un pícaro selenita o, mejor, un excelente “des-generado” sonoro entre besos y aclamaciones (Con información de Felipe Cabello Zúñiga).  

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