Sean Lennon en alucinante viaje musical por la naturaleza de Hipnosis
CUIDAD DE MÉXICO (apro).- El Festival Hipnosis explaya los sentidos con una experiencia en medio de la naturaleza para alucinarse con propuestas sonoras de vanguardia, como The Claypool Lennon Delirium y Stereolab.
Al disponer como sede Las Caballerizas de Huixquilucan, en el Estado de México, la festividad genera un ambiente de libertad sobre la amplia planicie del campo, misma que cuenta con un escenario principal y otro alterno llamado “Abducción”, ambos cobijados por un hermoso y denso bosque.
[caption id="attachment_604892" align="aligncenter" width="660"] El Festival Hipnosis en Las Caballerizas de Huixquilucan, en el Estado de México. Foto: Carlos Enciso[/caption]
En ese espacio se respira una buena ráfaga de aire fresco; pero también se le suman los efectos climáticos, ya que desde que arrancó la pachanga después del medio día, un intenso aguacero recibió a los visitantes. El lodo cubrió toda la superficie, lo cual disfrutaron los asistentes paseándose entre los charcos fangosos porque de eso se trata el concepto de Hipnosis: abrirse sin censura al entorno natural.
Entre las propuestas que empezaron a resonar fueron Sei Still, The Darts y Crumb, calentando los ánimos del concierto maratónico de más de 12 horas, con proyectos musicales de todo el mundo. El festín hipnótico se cubrió de sonidos intensamente psicodélicos y rockeros; buenas vibraciones que se expandieron entre la serranía donde, especialmente, las nuevas generaciones bailaban y cantaban frenéticamente, gozando de la vida semejante a los memorables Monterey, Avándaro o Woodstock.
[caption id="attachment_604893" align="aligncenter" width="660"] Crumb calentando los ánimos del concierto maratónico de más de 12 horas. Foto: Carlos Enciso[/caption]
Algunos aventurados se subían a la tirolesa, otros permanecían intactos admirando a sus grupos favoritos, algunos más comiendo en el área de food trucks, y otros recostados entre árboles o guareciéndose en las carpas dispuestas en el montaje.
Instrumentaciones ácidas estallaron con el arribo de los japoneses Kikagaku Moyo, dando una cátedra de rock de tintes psicodélicos rasgando su reluciente “Entrance”, apoderándose así del entablado principal y el cariño compartido de su séquito.
[caption id="attachment_604891" align="aligncenter" width="660"] Los japoneses Kikagaku Moyo. Foto: Carlos Enciso[/caption]
En tanto DJ’s y otro tipo de alternativas también movían los cuerpos en el “Abducción”, donde la gente le daba vibra positiva al encuentro en un ambiente agradable.
Hijo de John y Yoko
Caída la noche, los estadunidenses The Claypool Lennon Delirium armaron tremendo jolgorio, siendo uno de los actos más aclamados del Hipnosis 2019 por lograr la conexión y el éxito gracias a su delirante psicodelia. Los bajeos profundos a cargo del virtuoso Les Claypool y las guitarras distorsionadas del magistral Sean Lennon (hijo de Yoko Ono y John Lennon), encumbraron la velada con una llovizna intermitente que encendía los ánimos.
“Qué onda mis carnales, qué chingón estar en México”, expresaba Sean en español, cubierto por una producción sencilla que destacaba por unas pantallas que dibujaron un collage de imágenes del cosmos, de lunas, planetas, estrellas y constelaciones.
Con ese alucín nocturno de tonos rosas y violáceos, prendió con cortes como “Astronomy Domine” (Pink Floyd) y Little Fishes, desorbitando las emociones en un éxtasis colectivo dedicado al selecto público.
Enloquecedoras resonancias calaban en el corazón con “Blood And Rockets: Movement I, Saga Of Jack Parsons-Movement II, Too the Moon”, mientras la audiencia se sumía en un delirante ensueño quasijipi.
[caption id="attachment_604894" align="alignright" width="660"] Los estadunidenses The Claypool Lennon Delirium armaron tremendo jolgorio. Foto: Carlos Enciso[/caption]
Después de una hora cerraron su show brutalmente con el cover “Tomorrow Never Knows” (The Beatles), dejando totalmente complacidos a los congregados que incluso decidieron partir del recinto cuando eran cercanas las 11 de la noche.
Pero llegaba la alternativa para los ingleses Stereolab, quienes, con el carisma de su vocalista de origen francés, Lætitia Sadier, cautivaron con su experimental ambientación, escuchándose desde “Anamorphose”, “Brakhage” y “Ping Pong”, calentando los cuerpos que se olvidaron del frío que empezaba a calar en la zona.
Cuando eran la una de la madrugada, el horario de invierno regresó el tiempo para que los rockeros estadunidenses Fu Manchú alargaran la velada con sus fieles que le daban duro al slam en pleno lodazal.
Así llegaba el cierre del escenario principal; aunque con la energía bien puesta, muchos siguieron la fiesta en el espacio “Abducción” hasta caída las cinco de la madrugada, haciendo del Hipnosis un punto que cautiva por su concepto sin igual para los amantes de la música.