"Alicia fue mi inspiración": Fernando Alonso
El mundo la recordará siempre como Alicia Alonso. Durante la primavera de 1991, el periodista y fundador de Proceso entrevistó en Cuba a su exmarido Fernando Alonso Rayneri (1914-2013), donde rememoró el encuentro con Fidel Castro que originó el Ballet Nacional de Cuba. Estos son fragmentos de aquella charla publicada en el número 751.
CAMAGÜEY, Cuba (Proceso).- En esta ciudad, a unos 600 kilómetros de La Habana, radica y trabaja una de las mejores compañías de ballet de Cuba, que ha trascendido los escenarios nacionales. La dirige Fernando Alonso, maestro de ballet, intérprete en otros tiempos, que estuvo casado 40 años con la famosa bailarina Alicia Alonso, quien bailó en más de 50 países.
Fernando Alonso cuenta que comenzó a bailar poco después de que Ana Pavlova bailó en Cuba. Pero en Cuba no había ballet… Luego llegó un ruso. Había sido cosaco y tenía una tía que bailaba y le había enseñado ballet. Cuando triunfó la Revolución soviética, fue a París y se unió a la Ópera Rusa.
“Esa ópera rusa vino a Cuba y luego fue a México… Pero en México fracasó. Entonces el cosaco se regresó a Cuba y se unió a una sociedad llamada Pro Arte Musical. Mi madre era miembro de la directiva entonces, y luego llegó a ser presidenta… Allí fue donde empezamos todos nosotros, Alberto, Alicia, yo y otros más…
“Alicia Alonso fue esposa mía 40 años. Así que nos conocemos bien. Aquí no había compañías profesionales. A mi madre le interesaba que hubiera una, pero la directiva de Pro Arte Musical no quería ballet profesional. No era una carrera elegante. Así que tuvimos que irnos de Cuba. Mi hermano Alberto fue al ballet de Montecarlo, en París. Después estuvo bailando conmigo muchos años en el ballet ruso. Pero al principio, cuando Alberto se fue a París, yo me fui a Nueva York. Alicia se quedó aquí todavía, hasta que encontré trabajo, como taquimecanógrafo en inglés y en español y como traductor… Cuando finalmente me contrataron en una compañía de ballet, pude traer a Alicia a los Estados Unidos. Fue cuando Alicia comenzó su carrera profesional. Esa es la historia.”
Trabajaban los dos en una compañía estadunidense de ballet-teatro, que tuvo una mala racha económica.
“Aprovechamos para venirnos a Cuba y fundar el Ballet Alicia Alonso. Lo fundamos con su nombre, porque ella era la bailarina destacada en Estados Unidos, la que tenía un nombre que podíamos aprovechar para pedir dinero. El Estado no nos apoyó al principio. Sostuvimos la compañía con nuestro esfuerzo y con algunos donativos de gente rica. El 75% del grupo eran extranjeros, sobre todo norteamericanos, y el resto éramos cubanos.”
–¿Dónde bailó Alicia y cómo se hizo famosa?
–En el mundo entero. Hemos bailado en todos lados. Estaba contando el otro día los países en los que hemos bailado y pasan ya de cincuenta y cuatro. Y en muchos de ellos, varias veces. Viví y bailé catorce años en Nueva York con el ballet-teatro. Hicimos giras por todo Estados Unidos, por Sudamérica, por México, por Canadá, por Europa... El verdadero movimiento de danza profesional en Cuba empezó con el Ballet Alicia Alonso. Con el tiempo logramos un pequeño subsidio del Estado, 33 mil pesos anuales, que es lo que gasta hoy el Ballet de Camagüey en quince días. Era tan poco el dinero, que los norteamericanos empezaron a irse poco a poco…
“Durante la tiranía de Batista nos exigieron la pertenencia al Consejo Nacional de Cultura, para utilizar el nombre de Alicia y del ballet como propaganda para la dictadura. Nos negamos. Se nos quitó el subsidio. Cerró la compañía. Alicia se fue a bailar a Estados Unidos. Yo me quedé con la escuela y con un grupo de cubanos jóvenes que tenían talento” (...)
En 1953, en un congreso de ballet que se celebró en Chile, “presentamos una ponencia en la que proponíamos la creación de una gran compañía de ballet latinoamericano. Fue Nicolás Guillén el que leyó ese trabajo. La embajada de Estados Unidos me amenazó de retirarme la visa si presentaba ese trabajo. El congreso había sido organizado por el Partido Socialista de Chile. Presenté mi trabajo y me quitaron la visa.” (…)
Y en eso llegó Fidel
Alicia Alonso bailaba con el ballet de Chicago. En Cuba triunfó la Revolución.
“Un buen día, a las dos de la madrugada, tocaron a mi puerta. Bajé a abrir. Eran Antonio Núñez Jiménez, presidente entonces de la Academia de Ciencias, y Fidel Castro. Me sorprendí. Fidel estuvo conversando de todo como hasta las cuatro de la mañana. Se despidió a esas horas para dejarme dormir. Cuando bajábamos las escaleras, me dice de pronto: `Yo vine a hablar de ballet. ¿Cuánto dinero necesitarían ustedes para reorganizar la compañía?’. Le digo que unos cien mil pesos, es decir, unos cien mil dólares. Y me dice Fidel: ‘Te vamos a dar doscientos mil, con la condición de que hagas una buena compañía’. Desde entonces estamos trabajando en el Ballet Alicia Alonso, que después se transformó en el Ballet de Cuba y, finalmente, en el Ballet Nacional de Cuba y en el Ballet de Camagüey.” (…)
En la escuela cubana de ballet hubo tres pilares: Alicia Alonso, la bailarina; Alberto Alonso, el coreógrafo, y Fernando Alonso, el director, el maestro, el creador de la metodología.
“Se habla de una escuela cubana de ballet por su estilo, por su forma de bailar. Vuelvo a la parte intelectual, en la que cabe el concepto latinoamericano, que vuelca una serie propia de características en su forma de bailar. Los soviéticos tienen una escuela de ballet, es indiscutible y es inconfundible. Nosotros pensamos que podemos hacer lo mismo con la escuela cubana. A mí me tocó crear el sistema de enseñanza. Me fijaba mucho en Alicia, en sus características latinas, en su forma de bailar y en su expresión. Cuando fundamos la escuela, no había un sistema de enseñanza ni una metodología. Yo me tuve que sentar a pensar y a quemarme las pestañas para crear esa escuela de ballet. Alicia fue la inspiración. Pretendíamos que todos nuestros bailarines tuvieran aquello que veíamos en Alicia, su forma de ejecución. Bailaba diferente de las demás, tenía esa cosa peculiar del latinoamericano… Hace tres años me casé con mi esposa actual y heredé dos hijas que ella tenía, además de mi hija Laura Alonso que tuve con Alicia.”
La entrevista llega a su fin. Fernando Alonso cierra:
“Si en México, como dice, se habla de la técnica cubana y se reconoce, es posible que el culpable sea yo.”