Alexandra Pirici en México
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El aforismo de la coreógrafa rumana Alexandra Pirici es que el contenido pase al cuerpo (re-mediación), sin miedo a ser literal. Ésa fue la aportación principal durante su visita a la Ciudad de México.
Fue ponente en la mesa de discusión ¿Las artes se contaminan?, del Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo (XIV SITAC) en el Museo Nacional de Antropología, e impartió el taller sobre re-mediación en el Museo Jumex. Ambos ofrecidos del 17 al 21 de enero, consiguiéndose articular la teoría y la práctica del arte contemporáneo, que no siempre ocurre en los eventos académicos.
Proveniente de la danza más canónica, el ballet, pero actualmente alejada de ella y de cualquier estilo de danza, la artista ha trazado una carrera corta en el campo del performance de las artes visuales, que sin embargo ha subido como la espuma debido a sus exhibiciones en la Bienal de Venecia (2013), Bienal de Berlín (2016), Skulptur Projekte Munster (2017) y el New Museum de Nueva York (2018).
La caracterizan sus re-mediaciones de la historia a través del cuerpo, como su acción coreográfica If you don´t want us We want you (“Si tú no nos quieres nosotros a ti sí”), en Bucarest (2011), donde el grupo de actuantes corporalizó caballos heroicos junto a la escultura ecuestre del rey Carlos I de Rumania. Al oponer las escalas monumental y humana en el espacio público de la capital de ese país, buscaba interpelar el poder político masculino de los siglos XIX y XX, simbolizado en ese monumento.
Si bien la danza académica tiene límites epistemológicos para ella, sí cree en el cuerpo como el medio donde se combinan la objetividad y la subjetividad.
Considera que la vía más consciente de conocer la cultura es la acción que implica al cuerpo. Su ponencia en el SITAC XIV consistió precisamente en ello.
Después, la coreógrafa guió la corporalización del concepto de re-mediación con artistas mexicanos en su mayoría en el Museo Jumex, tomando como referencias las piezas-objetos que conforman la exposición actual. Podría ser (una flecha), de las curadoras Catalina Lozano y María Emilia Fernández.
Tal muestra la encabezan artistas mujeres con los mismos intereses de Alexandra Pirici en el arte y la cultura, “subvertir los cánones tradicionales de la producción de imágenes”, y cuestionar estereotipos culturales.
La primera en participar fue la artista visual mexicana feminista Cerrucha, quien formó parte del taller con la artista. Extrajo el juego óptico de acercarse y alejarse físicamente del espectador para que éste pudiera observar un segmento de su cuerpo. Lo apropió de la pieza-objeto Numismática hacendaria, de la también artista visual mexicana Minerva Cuevas, que usa lupas sobre monedas.
Más adelante, el bailarín mexicano de danza contemporánea Enrique Melgarejo recorrió –desplazándose como anfibio– la galería 2 del museo, para oponerse a una rana de trapo que formaba parte de la instalación Splash, de la artista irlandesa Cathy Wilkes. El juego de escalas entre su propio cuerpo y el juguete, los cuales adoptaban la “misma” forma, así como la oposición entre lo vivo y lo inanimado, pusieron en funcionamiento cognitivo el concepto de re-mediación de Pirici.
Los campos que confluyen en el trabajo de la exbailarina no son todos artísticos: cruza la historia y la coreografía.
Este texto se publicó el 27 de enero de 2019 en la edición 2204 de la revista Proceso.