CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A partir de este viernes 23 de febrero y hasta el próximo 20 de mayo podrá visitarse en el Museo Nacional de Arte (Munal) la famosa obra La Buona Ventura, realizada en 1586 por el maestro italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610), y que forma parte de los tesoros de los Museos Capitolinos de Roma, Italia. El óleo, que retrata a un caballero adolescente que se deja leer la suerte por una joven gitana, se complementa con un conjunto de 16 obras de colecciones nacionales y una instalación multisensorial mediante la cual se da cuenta de otras obras del pintor, que no viajarán a México. Bajo el título Caravaggio. Una obra, un legado, la colección -curada por Abraham Villavicencio y Alivé Piliado- aborda la influencia tenebrista propuesta y difundida por Caravaggio en la pintura europea y novohispana. Según información del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la muestra se ha dividido en tres salas temáticas: “De Italia a México: el legado de Caravaggio”, en la cual se trata su herencia artística y la apropiación del “caravaggismo” en Europa y su tránsito hacia nuestro país. La segunda sala es “Las innovaciones estéticas: naturalismo, tenebrismo, teatralidad”, en la cual se puede ver cómo los artistas novohispanos adoptaron los recursos plásticos del italiano; y al final se presenta la obra maestra La Buona Ventura o La buenaventura, que permite conocer el desarrollo del artista y su primer acercamiento al trabajo del claroscuro. Al centro del muro final de la muestra, sin ningún otro cuadro a su lado -lo cual permite apreciarla cabalmente- se exhibe la majestuosa pintura que muestra a la gitana leyendo la mano del joven, pero revela también otro hecho, según el planteamiento que Villavicencio ofreció en un recorrido para los medios: “El tema de la pintura es precisamente que bajo pretexto de leer las líneas de la mano y darle los augurios de su futuro a este hombre joven, la gitana aprovecha el instante para robarle el anillo que lleva en la mano derecha.” En la presentación a la prensa se manejó también la idea de que entre los dos jóvenes del cuadro, la gitana, cuya cabeza está cubierta con un turbante blanco y presenta las uñas sucias, y el joven ataviado con lujosos atuendos de terciopelo dorado y negro, hay un juego de seducción. Los curadores destacaron que el cuadro se realizó en una tela que estaba siendo utilizada para otra pintura, que tenía una madora en formato vertical y Caravaggio le aplicó arena de río para lograr la adherencia de los pigmentos y la reutilizó ahora en forma horizontal: “Es un cuadro muy colorista que responde a la tradición veneciana. No tuvo boceto previo y los colores ocres Caravaggio los dejó a la vista. Asimismo, guarda distintos enigmas que han ido poco a poco saliendo, por ejemplo, algunos arrepentimientos que el pintor tuvo, como la capa negra que se alcanza a ver salía por la cadera del hombre joven”. Entre las obras complementarias se pueden mencionar La incredulidad de Santo Tomás, de Sebastián López de Arteaga; Magdalena penitente, de Francisco de Zurbarán; y Seis apóstoles, de Baltasar de Echave Rioja. La exposición Caravaggio. Una obra, un legado podrá visitarse en el Munal, Tacuba 8, Centro Histórico, Metro Bellas Artes y Allende, de martes a domingo, de 10:00 a 17:30 horas. El costo de entrada es de 65 pesos y los domingos la entrada es libre.