'Turandot” en Toluca

miércoles, 24 de octubre de 2018 · 13:45
TOLUCA, Edomex (apro).- Muy loable nos parece que se presenten óperas de manera integral --con todo lo que una ópera debe llevar-- en otros foros además del capitalino Teatro de Bellas Artes. En esta ocasión fue la Turandot (1926) de Giacomo Puccini (1858-1924). Esta ópera inconclusa se estrenó dos años después de la muerte del compositor; varios otros músicos la han completado basándose en las anotaciones de Puccini, pero la versión más tocada es la de Franco Alfano (1875-1954). Y si bien el creador dispuso que Riccardo Zandonai terminara la ópera, el hijo de Puccini no estuvo de acuerdo y comisionó la tarea a Alfano, quien hizo un excelente trabajo. Tuvimos oportunidad de escucharla en el Teatro Morelos de esta capital --un recinto muy grande, por lo cual hubo de acondicionarse con micrófonos ambientales en el escenario-- La Orquesta Filarmónica de Toluca (OfiT), que está celebrando su décimo aniversario, la interpretó, al lado de una gran cantidad de agrupaciones para poder hacer realidad tres funciones: El Taller de ópera del Conservatorio Nacional de Música (dirigido por Alfredo Portilla), así como los coros del mismo Conservatorio, el Polifónico del Estado de México, de la Catedral de Toluca, de la Escuela Superior Diocesana de Música Sacra, de Cámara del Calvario, de Niños de Toluca, Juvenil de Toluca, y también el Ballet clásico del Estado de México bajo la dirección orquestal del maestro Gerardo Urbán y Fernández, conducción escénica de Betsa del Valle. Y claro, vestuario, escenografía, iluminación, utilería, supertitulaje… todo lo que lleva una gran ópera como Turandot, con cerca de 200 participantes, entre los de la misma OfiT y los artistas del escenario. Se dieron el lujo de contar con dos elencos. Hablaremos sólo del que nos tocó ver, encabezado por Dhyana Arom. No creo que nunca antes una soprano mexicana de 25 años haya cantado en nuestro país ni en ningún otro la Turandot. Se requiere de una soprano Lírica Spinto o Dramática para afrontar este dificilísimo personaje, pocas sopranos se atreven, y la interpretación que nos ofreció Dhyana Arom fue memorable. A esta chica le sobra juventud y fuerza y tiene una técnica muy solvente, tanto en lo actoral como en lo vocal. Destaca mucho la gran emoción que imprime a sus interpretaciones. A su corta edad ya ha abordado unos 8 primeros papeles operísticos. De Puccini: Tosca, Butterfly, Suor Angélica, y Turandot; El Castillo de Barbazul de Bartok; Anna y Elvira de Don Giovanni de Mozart; y un par de óperas de Federico Ibarra, entre otras. Es un verdadero fenómeno vocal al que hay que seguir muy de cerca. El Calaf, el príncipe desconocido, fue José Luis Duval, experimentado tenor que ha cantado casi de todo y se ha enfrentado a este personaje muchas veces. En esta ocasión no estaba en plenitud y batalló mucho con la temible partitura, no obstante lo cual cumplió hasta el último compás, pero con más pena que gloria. Tal vez se encontraba enfermo, no lo sabemos. Sara Estrada fue Liú, la esclava de Timur, y cantó muy bien, muy emotivamente, lo cual le valió prolongados aplausos del público que casi llenó el enorme teatro. Muy destacado también el Timur de Carlos Santos. La dirección orquestal de Gerardo Urbán y Fernández resultó segura y eficiente, y la orquesta muy bien, sin ser maravillosa. El resto del elenco hizo su trabajo con gran eficiencia. Si algo se pudo palpar en esta Turandot fue el gran entusiasmo de los participantes; una ópera de jóvenes. Destacaron mucho el Grupo de Cultura China Wushu Tao Long y la asociación cultural de Leones y Dragones (especie de botargas folclóricas chinas manejadas por dos o más individuos) En el otro elenco, que desafortunadamente no pudimos escuchar, cantaron en el papel de Turandot la mezzosoprano Belem Rodríguez, y como Calaf, Rafael Negrete; según reporte de los miembros del equipo, ambos muy bien.  

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