Capital 21
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Después de varios años de operar, la emisora de la Ciudad de México sigue dependiendo, para completar su oferta informativa, de realizaciones extranjeras que obtiene mediante convenios con televisoras públicas, por ejemplo la Deutche Welle DW y la Televisión Española. Añade documentales sobre programas de fundaciones alemanas que ayudan a los países en desarrollo a mejorar su calidad de vida proporcionando cursos, adiestramiento y apoyos económicos.
Todo ello sustentado en la necesidad de propagar su particular visión de nuestras naciones y sus necesidades.
Capital 21 abusa del noticiario de la DW sobre América Latina, que intenta ser imparcial sin lograrlo. La voz y la razón están del lado de instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA), mientras la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) apenas obtiene alguna referencia. En el caso de Venezuela, a los opositores les concede un tiempo que no llega a tener el gobierno. El noticiario de media hora incluye noticias de Europa cuyo interés es muy local. Repetir la difusión del informativo dos veces al día de lunes a viernes es al menos un exceso. Aparece Euromax, vida y cultura en Europa, de la DW.
Por otro lado están los programas estadunidenses que, por su antigüedad, seguramente son también un regalo al canal: en dibujos animados, Astroboy y La familia Genio; en muñecos educativos, Plaza Sésamo. La Fundación Albatros pone al aire ocho segmentos durante la semana.
Los informativos que produce la emisora son: Noticias matutino y vespertino; un Reporte vial en siete ocasiones a lo largo del día, y la Agenda de la ALDF. Hay mucho yoga, programas de salud y de cocina. Revistas como Tu ciudad es… reiterada a mañana y tarde. Esta emisión es especialmente chocante en una televisora pública: Los conductores tienen el estilo de sus homólogos de TV Azteca y Televisa; su apariencia, vestuario y actitudes son similares a aquellas de los presentadores de la televisión privada. La temática no varía demasiado y el espectáculo está presente.
En un canal supuestamente dedicado a asuntos de la CDMX vemos series orientadas al turismo en Morelos, Veracruz, Oaxaca. Deportes internacionales patrocinados por la Gillete.
Capital 21, que comenzó en internet con noticias, pasó a la señal abierta a finales de la administración de Marcelo Ebrard para convertirse en una emisora sin innovaciones en formato, en temática o en tratamiento. Miguel Ángel Mancera lo ha usado como propagandista de sus políticas a favor de los desarrolladores inmobiliarios; con el fin de escabullir las denuncias sobre la creciente incertidumbre, en una ciudad con los más bajos índices de delincuencia de la República; para darle publicidad a lo que considera su máximo logro: cambiarle el nombre a la entidad sin consulta ciudadana y seguidamente conformar un Constituyente en alianza con el PRI, que tuvo la votación más baja en la ciudad, marginando así a Morena, partido de mayoría. En suma, el tan anhelado canal capitalino ha pasado a ser uno más, burocratizado y aburrido.
Este texto se publicó en la edición 2111 de la revista Proceso del 16 de abril de 2017.