'Medida preventiva” el retiro de esculturas Fe y Caridad en la Catedral Metropolitana
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El retiro de las esculturas de Manuel Tolsá, la Fe y la Caridad, que hasta ayer se ubicaban a 45 metros de altura en el cubo del reloj de la Catedral Metropolitana, duró unas 12 horas y obedeció a “medidas preventivas” por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tras la caída de la Esperanza durante el sismo del pasado 19 de septiembre.
El par de esculturas, cada una de 3.5 toneladas aproximadamente fue retirado mediante una grúa hidráulica con capacidad de 220 toneladas colocada a 35 metros de distancia de las piezas para no generar afectaciones en el atrio de la catedral.
Durante el procedimiento se emplearon eslingas (especie de red con un material muy resistente de poliéster y fibra de carbono, y de textura suave) con las cuales se envolvieron las obras. Las labores estuvieron supervisadas por personal de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del instituto, así como de la Secretaría de Cultura y la empresa mexicana Diseño e Ingeniería SA de CV que previamente estudiaron las maniobras y procedimiento de retiro de las esculturas, informó el instituto en un comunicado.
De acuerdo con Raúl Delgado Lamas, director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, bajar las esculturas fue una medida preventiva, y en específico para la Caridad que presentó fragilidad en su base (un desplazamiento), por lo que retirar ambas piezas de su lugar de origen fue una decisión adecuada.
Delgado Lamas dio a conocer en septiembre pasado a Proceso (número 2134) que las esculturas serían retiradas debido a daños por la contaminación e intemperie --como sugirió desde hace una década el arquitecto y restaurador Sergio Zaldívar, quien dirigió al equipo de especialistas que realizó las tareas de rescate de la Catedral Metropolitana--, y no se volverán a subir. De hecho, por el momento se encuentran en la Curia de la Catedral Metropolitana. Su lugar lo ocuparán réplicas.
En noviembre de 2016 (Proceso, 2090) fue Zaldívar quien advirtió al INAH la importancia de bajar las tres esculturas de la Catedral, incluso por encima de “la parafernalia” --como le llamó—de la restauración de “El Caballito”. Se lee en el texto:
“Les dije: ‘Muy bien, vamos a respetar y enaltecer a Tolsá. Pero como organismo, váyanse mañana a la Catedral Metropolitana a ver cómo están sus esculturas de la Fe, Esperanza y Caridad. Se están deshaciendo y hace 16 años pedí que se sustituyeran por copias, y se bajaran las originales porque están en peligro.”
Cuando cayó la Esperanza en septiembre pasado, el arquitecto recordó:
“Se cayó la Esperanza, ojalá y no perdamos la Fe y haya mucha Caridad.”