Cazafantasmas: homenaje al clásico

jueves, 11 de agosto de 2016 · 14:09
MONTERREY NL (apro).- “Cazafantasmas” (Ghostbusters) como homenaje, funciona. Basada en el clásico de los 80, la nueva propuesta escrita y dirigida por Paul Feig no aporta sorpresas. Sin embargo, en un nivel interpretativo y visual, es efectiva para atraer nuevos públicos a la franquicia. Aquí no hay odiosas comparaciones, porque la comedia es recreada en su totalidad. Todo el tiempo se ha sabido que es una versión actualizada de la comedia que estelarizaron Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Harold Ramis. La gran variación es que el equipo de estudiosos de lo paranormal ahora está compuesto por chicas. Mellisa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones conforman la pandilla de locas que deben de salvar al mundo de un ataque de seres de ultratumba. Aunque, por supuesto, en un inicio nadie las toma en serio. La película de tono sobrenatural, y dirigida a público juvenil, parece un sketch largo con diálogos y elenco, conformados con el humor patentado de Saturday Night Live. Y funciona muy bien. Como la anécdota es muy conocida, y ya se sabe hacia dónde se conduce, lo que mejor ocurre en la cinta es la improvisación de las chicas. Intérpretes reputadas de las grandes ligas de la comedia norteamericana, basan su trabajo en la supuesta candidez, que las motiva a luchar contra fantasmas, aunque todos se rían de ellas. Tomándose en serio, hacen muy buena labor. McCarthy y Wiig se llevan la película. Como las grandes actrices que son, hacen un enorme despliegue humorístico en momentos disparatados, ocasionados por el aislamiento social y por un desconocimiento absoluto del desconcierto que generan tras su paso. Aunque tiene apariciones de espíritus con siluetas de neón, la primera parte está conformada por mucho dialogo y situaciones incómodas, generadas por el interés romántico, y hasta lascivo, de Wiig por Chris Hemsworth, el apuesto asistente, aceptado para el empleo por su fenotipo, más que por sus habilidades. Torpe, carente de criterio, imposibilitado para contestar el teléfono o para concretar básicos procedimientos domésticos, está muy consciente de su apariencia y la aprovecha. Da la impresión de que el actor llevó su realidad al personaje. La acción demora, pero recompensa. Luego de algunas tímidas exhibiciones de efectos especiales, a través de contadas escenas, la cinta se decanta en la última media hora, con sólidas secuencias, que anticipan el cataclismo que viene y que es representado casi como una copia, de su versión primera. La digitalización de mediana hechura, sirve para que las muchachas se desaparezcan, lancen algunos rayos y se diviertan mucho, vestidas en overol, en calles de Manhattan. El público adora los cameos. Hay apariciones especiales de los originales Ghostbusters y algunos participantes de aquella primera aventura. Esta nueva versión relanzará la franquicia hacia nuevos horizontes.

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