MÉXICO, D.F. (apro).- Del jueves 25 al domingo 28 serán escenificadas las últimas funciones de la obra Durango 66 de la compañía histriónica Teatro Línea de Sombra, en el Teatro El Milagro, cuya fundación en la colonia Juárez de la capital mexicana data de 1991. Original de Jorge Vargas, Eduardo Bernal, Alejandro Flores Valencia y Alicia Laguna, con dirección de escena de Jorge Vargas, esta puesta cuyo título completo es Durango 66 objetos para actualizar un acontecimiento histórico, se basa en una historia real. El montaje va acompañado de 66 objetos que pretenden actualizar el movimiento social acaecido en Durango, en el año de 1966, en pos del progreso y la industrialización de la región a partir de la defensa de sus recursos naturales, los bosques y el hierro extraído del Cerro de Mercado. La entrega del movimiento por sus líderes al presidente Gustavo Díaz Ordaz tras 60 días de lucha representa hoy día una herida abierta que sirve para tensar algunas interrogantes en correspondencia con el presente nacional. (ver https://www.youtube.com/watch?v=x96RgMpXhP0) Del movimiento social al teatro Al mediodía del 2 de junio de 1966, un grupo de más de mil estudiantes de todos los niveles educativos tomó por la fuerza el Cerro de Mercado de Durango, en lo que fue el primer día de actividades del Movimiento en Pro la Industrialización de Durango. Aquella tarde, los estudiantes subieron a las oficinas de la compañía Cerro de Mercado, filial de la Fundidora de Monterrey. Algunos jóvenes bajaron del Cerro de Mercado a bordo de un camión de volteo lleno de tierra; en su paso por la ciudad la palearon para teñir las calles de rojo y en la Plaza de Armas volcaron su contenido. “El mineral es nuestro”, dice una de las imágenes que en su momento significó una acción política y que sólo su actualización puede convertirla en acontecimiento artístico. La toma de las instalaciones del 2 de junio, liderada por estudiantes del Instituto Tecnológico, no fue reprimida a pesar de que tanto la Secretaría de Gobernación como la comandancia de la Décima Zona Militar tenían conocimiento de las asambleas previas, en las que se gestaba el movimiento. Desde ese mismo día y durante 60 más, el pueblo de Durango se unió a la convocatoria de los estudiantes, quienes gracias a su retórica congregaron e hincharon las almas de los más de 5 mil durangueses que acudían día con día a la Plaza de Armas para escuchar a los jóvenes que hablaban desde la cornisa correspondiente con una esquina, donde se ubicaba el local de la Farmacia Benavides. Al día siguiente de la “entrega” del Movimiento, en el centro de Durango, el gobierno puso en marcha toda su maquinaria: 20 mil personas celebrando el fin del movimiento y sosteniendo pancartas que a la letra decían: “¡Gracias, Sr. Presidente!” El día anterior, durante el mitin, cuando los líderes anunciaron el final del movimiento, la población miraba con desconsuelo cómo ardían los 40 campamentos que durante 60 días permanecieron en lo alto del cerro, circundándolo como quien asa a un animal indomable. Un movimiento así no reprimido en los mismos años del régimen del presidente Díaz Ordaz abre sospechas: ¿Dónde se tensaron los hilos del poder en este suceso de nuestra historia? ¿Por qué nadie dice nada de él? ¿Por qué la población de Durango suele rehuir hablar de este tema? Se dice que este movimiento estudiantil ha dejado “una herida abierta”, por lo cual la obra cuestiona: Si es así, ¿qué es lo que se hirió? ¿Qué tan profundo caló que, al cabo de 50 años, sigue siendo un tema tabú? ¿Qué más hay detrás de esta historia para que tras la entrega del movimiento, Díaz Ordaz decretara el 4 de agosto la desaparición de poderes en Durango? Durango 66 objetos para actualizar un acontecimiento histórico se presentará los jueves y viernes a las 20:30 horas; sábado a las 19, y el domingo a las 18 horas en El Milagro, calle Milán 24, colonia Juárez (información al teléfono (55) 55 35 12 91 y en el sitio Internet http://www.elmilagro.org.mx/).