El Teatro Bataclan, blanco de la masacre al rock
MÉXICO, DF (apro).- No muy lejos del cementerio Père Lachaise en París, donde los restos de Jim Morrison de Las Puertas reposan desde 1971, la vibrante sala del Teatro Bataclan se alzó cual Meca simbólica para fans de la música y astros del rock mundial a lo largo de casi medio siglo, hasta teñirse de sangre la noche del viernes 13 de noviembre en pleno concierto del conjunto californiano Eagles of Death Metal.
El horror de esta masacre terrorista al Bataclan –que se hallaba completamente lleno con mil 500 asistentes-- fue recreada verazmente por el periodista francés Mathieu Tourliere en su crónica “La negra noche de París” (Proceso 2037), reportando más de 82 los asesinados. Uno de ellos, informó la revista estadunidense Rolling Stone: el manager publicista de la banda Eagles of Death Metal, Nick Alexander, quien había trabajado también para otros conjuntos como el norteamericano Alice in Chains.
“Nick era un gran tipo y profesional de verdad. Fue un honor y un placer laborar con él. Por favor, manténgalo en sus pensamientos junto con todas las otras víctimas de la brutalidad de ayer. La vida es corta. Sean buenos con los demás”, escribió este grupo grunge en Facebook.
Eagles of Death Metal decidió suspender el resto de la gira europea tras la matanza en el Bataclan, un teatro que desde los setenta presentara a luminarias del rock como Velvet Underground, The Police, Prince, Rosanne Cash, Genesis, Jeff Buckley, Jerry Lee Lewis, Foo Fighters, Oasis, The Cure, Alice Cooper, Metallica, The Smashing Pumpkins, Iron Maiden, Cyndi Lauper, David Byrne, Snoop Dogg y Robbie Williams.
El comunicado del Estado Islámico (EI) reivindicando todos los atentados parisinos del viernes 13 menciona al Bataclan “donde estaban reunidos centenares de idólatras en una fiesta de perversión”.
Véronique Montaigne y Nathalie Guibert, del diario Le Monde, publicaron el lunes 16 opiniones de expertos en el sentido de que el Bataclan llevaba mucho tiempo en la mira de radicales islamistas, debido al supuesto sionismo de su antiguo propietario.
En 1976, Elie Touitou compró el viejo Teatro Bataclan (cuyos orígenes se remontan a 1864 cuando fue edificada su pagoda china como café cantante), dejando la dirección artística de la sala en manos de su hijo Jöel Laloux.
“La familia permaneció como dueña del inmueble, pero en 2004 cedió su explotación comercial a las sociedades Astérios, presidida por Olivier Poubelle (cogerente también del Théâtre des Bouffes du Nord), y Alias, dirigida por Dominique Revert y Jules Frutos (presidente además del Sindicato Nacional de Productores, el Prodiss). Para septiembre de 2015, Joël Laloux vivía parte del tiempo en Israel y vendió a Lagardère Unlimited Live Entertainment (70%), asociándose con Asterios y Alias (30%).”
Marc Hecker, del centro de estudios de seguridad en el Instituto Francés de Relaciones Exteriores, explicó asimismo cómo a finales de la primera década del siglo XXI el Bataclan provocó la ira de los militantes a favor de Palestina en París.
“En 2009, recuerda Marc Hecker, cuatro de las principales asociaciones pro palestinas francesas publicaron un comunicado para protestar por la gala musical a beneficio de las fuerzas armadas israelitas, anunciada en el Bataclan.”
Ese tipo de eventos se venían organizando desde 2007.
(http://www.lemonde.fr/attaques-a-paris/article/2015/11/15/le-bataclan-un-haut-lieu-de-la-culture-cible-de-longue-date-par-les-islamistes_4810424_4809495.html#90tPCbI8rTHEXvPB.99)
Una sala de identidad “rock”
El reportaje de Montaigne y Guibert, intitulado “El Bataclan, un lugar cumbre de cultura, en la mira islamista desde hace mucho tiempo”, dice:
“Joël Laloux había sido un programador respetado, sacando ganancias del auge de todos los estilos musicales de los ochenta: el rap, las músicas del mundo, el punk. De Bashung a Joan Baez, de Jane Birkin a Cesaria Evora, de Lou Reed a Jran Guidoni, de Prince a NTM, de Telephone a Oasis o Djamel Debbouze, estos artistas marcaron la época y fueron presentados en el Bataclan, donde se les apretujaba con un calor asfixiante –cuenta la leyenda que el conjunto británico Motörhead tocó ahí en 1997 tan duro y por tanto tiempo que los murales del lugar se desprendieron.
“Jöel Laloux contribuyó así a forjar una nueva identidad, el rock, para una sala construida en 1864, inscrita en el inventario de monumentos históricos y que formó un núcleo de historia para el teatro de revista francés.
“El jueves 12 de noviembre, el músico francés St German había presentado en el Bataclan su nueva obra: una mezcla de música electrónica y de voces africanas con la gran cantante Nagawa Doumbia, estrella de Mali, país mallugado por el extremismo islámico. Los relámpagos del viernes 13, día del partido en el Stade de France, cayeron sobre el grupo blanco de rock californiano The Eagles of Death Metal, sin duda por una casualidad del calendario.
“El Jerusalem Post del 12 de julio había informado, sin embargo, que por entonces su vocalista Jesse Hughes durante un concierto en Tel-Aviv le contestó ‘fuck you’ (“jódete”) a Roger Waters, miembro de Pink Floyd, involucrado en la campaña pro palestina Boycott, Divestment and Sanctions (BDS), y que le había pedido renunciara a su gira por Israel.”
Se preguntan ambas reporteras si los terroristas del Bataclan ignoraban ese “ADN” del sitio, o si en verdad deseaban ablandar sus virtudes multiculturales.
Para Mark Hecker, pese a no haberse producido más llamadas violentas en años recientes contra el Bataclan, “las salas de espectáculos habían estado en la mira de las redes sociales del Deech (acrónimo árabe del EI).” En agosto pasado, la DGSI (Dirección General de Seguridad Interior) detuvo a un hombre llamado Reda a su vuelta de Rakka, el feudo del EI en Siria, sospechoso de preparar un atentado contra las salas de espectáculos parisinas.
Por su parte, el sábado 14 Rolling Stone publicó por internet un interesante reportaje sobre el longevo historial artístico del Teatro Bataclan, entrevistando a algunas de las estrellas musicales que ahí tocaron. Como Rosanne Cash, quien sólo se presentó una vez por 1990, pero bien recuerda los detalles:
“El Bataclan estaba en la gran tradición europea de las salas musicales fonqui. Fue una de aquellas noches donde cada momento resultó hermoso. El Bataclan era hermoso; un poco deteriorado, pero magnífico.”
Después de aquel recital intimista como parte de su gira Interiors, Rossane Cash fue a cenar en un restaurante aledaño con su entonces marido Rodney Crowell (quien compartió el escenario con ella). Al ser reconocidos, muchos de los comensales que también habían asistido a su espectáculo se pusieron de pie y los ovacionaron.
A pesar de la masacre en el Bataclan, ella anhela volver para tocar ahí el verano, en su próxima gira por Europa.
“Cuando escuché lo sucedido, mi corazón me saltó. Es algo muy deprimente y harto increíble. La gente fue allí para escuchar música. Pero una actitud retadora a través de la música es la mejor forma para lanzar un desafío.”