El cantante Bono, de U2, medalla Águila Azteca
MÉXICO, D.F. (apro).- Al vocalista Bono de la banda de rock irlandesa U2 el gobierno de México le entregará próximamente la presea de El Águila Azteca por “su labor humanitaria” en el combate de la pobreza y su lucha contra el sida en África y por otras regiones marginadas del mundo.
Tras publicarse este reconocimiento al músico (cuyo verdadero nombre es Paul Hewson) en el Diario Oficial de la Federación, Patricia Espinosa Cantellano, secretaria de Relaciones Exteriores, declaró que posiblemente el galardón le sea entregado en Nueva York por el propio presidente Felipe Calderón durante el mes de septiembre, añadiendo que Bono “se siente muy honrado y muy complacido con esta distinción (pues) México es un país al que admira y quiere mucho”.
La bronca con Zedillo
No siempre las relaciones de México con Bono fueron cordiales.
El 15 de febrero de 2006, la banda U2 se presentó en el Estadio Azteca de la Ciudad de México, luego de que nueve años atrás, en el Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez, los custodios del conjunto sufrieron agresiones por parte de los guaruras de los hijos del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y, como medida de rechazo a la violencia, supuestamente el conjunto de Bono juró no volver a tocar en nuestro país.
Una vez con Felipe Calderón al frente del gobierno, U2 rompió “el veto” volviendo al Estadio Azteca el 11 de mayo del año pasado con su gira denominada “Tour 360°”, y el presidente sostuvo un encuentro amistoso con el vocalista autor de Sunday Bloody Sunday en el que ambos rieron y se tomaron la foto.
Bono, católico como Calderón, se mostró especialmente condescendiente con el público mexicano la noche de su actuación, expresando en castellano e inglés al despedirse antes de interpretar la rola Moment of Surrender:
“Muchas gracias… Vean lo extraordinario que es este país, su gente y su espíritu es inquebrantable, pero hoy no hablaremos de cosas negativas, haremos que nuestra luz brille… Para todos aquellos que han perdido a algún ser querido, debido a la violencia en México, les dedicamos esta canción.”
Por aquellos días, el poeta Javier Sicilia solicitó a los directivos de OCESA, organizadores de la giras de U2 en México, una entrevista con Bono para explicarle los fundamentos del movimiento pacifista que él encabeza, en protesta por el aumento de víctimas durante el gobierno de Felipe Calderón y su guerra contra el crimen organizado; pero Sicilia (quien el 8 de mayo había encabezado una Marcha por la Paz, con Justicia y Dignidad en el Zócalo de la Ciudad de México) nunca recibió respuesta a su petición y su encuentro jamás sucedió.
Días antes, al concluir 2010, Bono había llegado a Cancún, Quintana Roo, para darse unas vacaciones previas a sus conciertos en México, siendo entrevistado allá por el director de la revista Rolling Stone Jann S. Wenner, al que manifestó:
“El rock significa liberación. No sólo para uno mismo –para tu sexualidad, para tu espiritualidad--, sino también para los demás… en ocasiones llegamos a pensar que había herramientas más eficaces que las guitarras eléctricas para salvar al mundo.”
Fue a partir del 13 de mayo de 1985 cuando el conjunto consiguió un éxito tremendo tocando en el estadio londinense de Wembley para el evento Live Aid en apoyo la lucha contra el sida, que Bono comenzó a jugar un papel protagónico en la política internacional, presentándose al año siguiente en conciertos por Estados Unidos a beneficio del 25 aniversario de Amnistía Internacional (AI), organización para la que llegaron a reunir más de 4 millones de dólares.
Bono posteriormente fundó su organización humanitaria DATA y se entrevistó con líderes políticos y religiosos del mundo, buscando apoyo y promoviendo la paz, factor que ha contribuido a que U2 siga siendo el grupo irlandés más popular del rock en la actualidad.