cáncer de mama
¿El plástico puede causar cáncer de mama? Esto dice la UNAM
El cáncer de mama es una de las enfermedades oncológicas de mayor incidencia y mortalidad a nivel mundial. Se estima que una de cada ocho mujeres lo desarrollará a lo largo de su vida.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) identificaron que ciertos componentes de plástico son un factor de riesgo que podrían influir en la aparición y progresión del cáncer de mama.
El cáncer de mama es una de las enfermedades oncológicas de mayor incidencia y mortalidad a nivel mundial. Se estima que una de cada ocho mujeres lo desarrollará a lo largo de su vida.
Por otro lado, en la actualidad la contaminación por plásticos representa una crisis global ambiental y de salud pública. Debido a la proliferación de los micro plásticos, una persona podría estar ingiriendo el equivalente a una tarjeta de crédito de plástico cada semana, informó la Universidad de Newcastle, Australia.
De acuerdo con la doctora Mariana Segovia Mendoza, profesora e investigadora del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM, los plásticos liberan sustancias químicas peligrosas para la salud.
Entre los compuestos más preocupantes se encuentran los bisfenoles (como el BPA y su análogo bisfenol S BPS) y los ftalatos que actúan como disruptores endocrinos, es decir, que interfieren con el funcionamiento normal del sistema hormonal humano. En los últimos años, diversos investigadores han mostrado interés por el papel que juegan estás substancias en el cáncer de mama.
Hace tres años, Segovia Mendoza realizó un estudio con muestras de suero de pacientes con cáncer de mama, sobrevivientes y personas sanas, recolectadas en hospitales de la Ciudad de México y Toluca. Se analizaron niveles de ftalatos y bisfenoles mediante cromatografía de masas.
Los resultados mostraron que las pacientes con cáncer, especialmente con tipos más agresivos, presentaban niveles significativamente más altos de estos contaminantes. En las personas sobrevivientes, los niveles eran más bajos, posiblemente debido al efecto de tratamientos hormonales.
Aunque el BPA y el BPS no siempre aceleran el crecimiento de las células cancerosas, sí pueden activar la metástasis.
Antes de ese estudio, hace cinco años, Segovia Mendoza realizó otra investigación en dos tipos de líneas celulares de cáncer de mama:
- MCF7 (luminal, receptores de estrógenos positivos)
- Triple negativo (sin receptores hormonales)
Cuando expuso las células MCF7 al BPA y al BPS, observó que crecían más, casi como si estuvieran expuestas a la hormona natural estrógeno. “El BPA activaba los receptores dentro del núcleo; el BPS, los de la membrana”, explicó Segovia Mendoza.
En las células triple negativas no hubo mucho crecimiento, pero sí se activaron algunos receptores, lo cual es relevante porque antes se creía que estas células no respondían a este tipo de sustancias.
Una de las proteínas más alteradas fue el VEGF (Factor de Crecimiento Endotelial Vascular), relacionado con la formación de nuevos vasos sanguíneos y con la metástasis.
Por otra parte, en 2025, investigadores chinos documentaron la presencia de bisfenol A y otros disruptores endocrinos directamente en tejido mamario.
Estas sustancias estimulan la formación de grasa y la proliferación celular anormal. El exceso de grasa puede causar inflamación, y ésta, junto con los cambios hormonales, crea un ambiente favorable para el desarrollo del cáncer.
Aunque existen regulaciones en algunas regiones del mundo que limitan el uso del BPA, sus análogos, como el BPS y el BPF, continúan utilizándose y presentan riesgos similares.
Algunas de las poblaciones más vulnerables a la exposición son los niños, quienes están en contacto frecuente con juguetes y biberones plásticos; y las mujeres, ya que algunos componentes químicos presentes en los plásticos podrían estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Como estos compuestos son liposolubles, se acumulan en el tejido graso, incluyendo el de la glándula mamaria, donde pueden ejercer efectos biológicos importantes.
La presencia de microplásticos en alimentos, ropa y cultivos agrícolas, así como la escasa regulación sobre plásticos de un solo uso, agrava la situación.
“Debemos evitar calentar alimentos en plástico, preferir envases de vidrio y exigir políticas públicas que regulen la producción, uso y disposición de materiales plásticos”, señaló Segovia Mendoza.
La especialista hizo un llamado urgente a adoptar prácticas más conscientes y responsables, reducir el consumo de productos ultraprocesados en empaques plásticos y presionar por regulaciones que protejan la salud pública.