CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En este fin de año se jugó el Campeonato Mundial de rápidas y blitz. Una modalidad fue de 15 minutos con 10 segundos de incremento por jugada hecha, por jugador, mientras que la otra fue 3 minutos con dos segundos de incremento por jugada hecha, por jugador. Si ya más de uno le parece rápido jugar una partida a 15 minutos, jugarla a 3 resulta una locura.

El torneo, celebrado en Nueva York, presentó una serie de hechos curiosos. Por ejemplo, los jugadores tienen un código de vestimenta, cuya idea es mostrar al público que hay cierto formalismo y que es una actividad seria. Es normal encontrar en los torneos abiertos a muchos jugadores en jeans, camiseta y tenis. Esto está “prohibido” en este mundial y todos los jugadores lo saben. Y pasó lo inesperado: Carlsen jugó con jeans. El árbitro le aplicó una multa de 200 dólares y le urgió para que se cambiase los pantalones por unos de vestir. Magnus, el mejor jugador del mundo, le dijo al árbitro que lo haría al día siguiente. Pero este último le indicó que si no se cambiaba, no podría jugar la siguiente ronda. Carlsen se enfadó y dio por terminada su participación en el torneo.

Desde luego que un torneo mundial sin Magnus Carlsen es una mala idea y se ve que de inmediato los patrocinadores pidieron a la Federación Internacional intervenir en el asunto. Finalmente lo convencieron y Magnus decidió jugar el torneo blitz (a 3 minutos). No hay duda que los intereses económicos mueven montañas.

En esta modalidad, calificaban los 8 mejores. Carlsen fue uno de ellos y llegó a la final contra Nepomniatchi, quien después de 4 partidas, iban empatados 2 a 2, a pesar de que Carlsen había ganado las dos primeras y que su rival le había vencido en las dos últimas. . Los desempates se mostraron igualmente empatados, donde ninguno pudo ganar en las siguientes cuatro partidas. Y ahí fue donde Carlsen sugirió a su rival el compartir el primer lugar.Y así pasó. El mundial de blitz terminó con dos campeones mundiales.

Pero hubo otras situaciones totalmente fuera de lo habitual. En la fase clasificatoria del blitz se enfrentaban Ivanchuk y Narodinsky. El primero sacó una ventaja enorme a su rival, pero con tan poco tiempo, el ucraniano (Ivanchuk), empezó a jugar mal. En un desquiciado apuro de tiempo por ambos jugadores, Ivanchuk perdió por tiempo. Y lo que pasó a continuación no lo había visto en un adulto (al menos en público): Ivanchuk se echó a llorar como un niño por perder la partida. He aquí el video completo: https://youtu.be/_evi2X-PY0c

Hay que decir que el llorar después de perder una partida es algo que está documentado. A Kasparov una vez le preguntaron si había llorado después de una partida. Contestó con “¿Cuándo? ¿De niño o ahora?” y aclaró que ha llorado más de una vez de adulto. Otros jugadores, como el entonces MI Volodar Murzin, lloró después de perder una partida rápida. Y otro GM, Vidit, de la India, estuvo a punto de soltar las lágrimas cuando perdió contra Mamedyarov. El excampeón del mundo Spassky también lloraría públicamente de rabia al no poder ganar una partida en la que estaba con mucha ventaja.

Eso sólo habla de lo duro que es el ajedrez. Son muchos años de trabajo, de esfuerzo, de analizar en el tablero incansablemente y no hay garantía alguna de ganar siempre. El ajedrez puede resultar frustrante.

 Ivanchuk, lo sabemos, es un genio realmente. En su mejor momento podía ganarle al mejor del mundo (como lo demostró venciendo a Kasparov en Linares en una partida trepidante, por ejemplo), y el tiempo siempre cobra factura, la edad también afecta a los mejores del planeta. Queda pues registrado lo doloroso que puede ser la derrota en el tablero. Mucha gente no entenderá, pero yo, como ajedrecista, lo entiendo perfectamente.