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Computación: Las estrafalarias ideas de un estudioso de la mecánica cuántica

La hipótesis, propuesta por John Wheeler, director de la tesis doctoral de Richard Feynman apareció 3n la primavera de 1940, cuando Wheeler llamó telefónicamente a Feynman afirmando haber encontrado una explicación elegante de la indistinguibilidad mecánico-cuántica de los electrones.
martes, 15 de octubre de 2024 · 12:34

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-John Archibald Wheeler (Jacksonville, Florida, 9 de julio de 1911-13 de abril de 2008), fue uno de los físicos más originales que hayan existido en el mundo de la mecánica cuántica. Su amplísima capacidad para tratar los aparentes misterios cuánticos lo han convertido en un autor de ideas que más de uno podría calificar de estrafalarias. Por ejemplo, una de las ideas más sorprendentes es el hecho de que todos los electrones y positrones tienen la misma carga y misma masa, sin encontrar diferencias en estas mediciones. ¿Cómo puede ser eso? Pues bien, Wheeler salió con una idea increíble.

La hipótesis, propuesta por John Wheeler, director de la tesis doctoral de Richard Feynman apareció 3n la primavera de 1940, cuando Wheeler llamó telefónicamente a Feynman afirmando haber encontrado una explicación elegante de la indistinguibilidad mecánico-cuántica de los electrones. Según Feynman: Un día, el Profesor Wheeler me llamó al instituto doctoral de Princeton y me dijo: “Feynman, ya sé por qué todos los electrones tienen la misma carga y la misma masa”. “¿Por qué?”. “¡Porque son todos el mismo electrón!”. (Richard P. Feynman (11 de diciembre de 1965). «The Development of the Space-Time View of Quantum Electrodynamic (Nobel Lecture)». NobelPrize.org (en inglés estadounidense). Fundación Nobel. Consultado el 1 de noviembre de 2020). Posteriormente, esta idea fue popularizada gracias a su discurso de aceptación del Premio Nobel de Física de 1965.

Si la mecánica cuántica es difícil de entender, esta idea de Wheeler suena extrañísima por decir lo menos. Feynman solía decir «Si usted piensa que entiende la mecánica cuántica es que no la ha entendido». Por ello todo esto es muy confuso, pero intentemos entender lo que pensaba Wheeler: La idea está basada en las líneas de universo trazadas en el espacio-tiempo por cada electrón. En lugar de un sinfín de tales líneas, Wheeler sugirió que podrían ser partes de una sola línea, como un enorme nudo atado, trazado por un solo electrón. Cada instante en el tiempo estaría dado por un corte a través del espacio-tiempo, que se cruzaría con la línea atada en numerosas veces. Cada uno de estos de puntos de encuentro representaría un electrón real en ese momento. En esos puntos -dice Wheeler- la mitad de las líneas estarían dirigidas hacia adelante en el tiempo, mientras que la otra mitad habría dado una vuelta y se dirigiría hacia atrás. Wheeler sugirió pues que estas secciones inversas serían la antipartícula del electrón, el positrón.

Hay que decir que muchos más electrones han sido observados que positrones, por lo que se cree que los electrones fácilmente los superan en número. Según Feynman, le planteó este problema a Wheeler, quien especuló que los positrones faltantes podrían estar ocultos dentro de los protones (otra idea fuera de este mundo). A Feynman le sorprendió la observación de Wheeler de que las antipartículas podrían ser representadas como líneas del universo invertidas, y le atribuye esto a Wheeler, diciendo en su discurso del Nobel: “No tomé tan en serio la idea [de Wheeler] de que todos los electrones fueran el mismo como tomé la observación de que los positrones podrían simplemente representarse como electrones que van del futuro al pasado en una sección posterior de sus líneas de universo. ¡Eso lo robé!”.

Más tarde, Feynman propuso esta interpretación del positrón como un electrón que retrocede en el tiempo en su artículo de 1949, “La teoría de los positrones”. Yoichiro Nambu extendió la aplicación de esta a la creación y aniquilación partícula-antipartícula, afirmando que “la eventual creación y aniquilación de pares partícula-antipartícula que pueden ocurrir de vez en cuando no es creación o aniquilación, sino sólo un cambio de dirección de partículas en movimiento, del pasado al futuro, o del futuro al pasado.”

Da la impresión que la mecánica cuántica nos rebasa, porque la interpretación de las observaciones en el mundo cuántico cada vez es más bizarra. Sin embargo, lo único que puede probar o no una idea son los experimentos que puedan confirmar o desechar alguna teoría al respecto. Hay que estar atentos a los secretos de la mecánica cuántica, que a decir del Dr. Fernando Magaña, del Instituto de Física de la UNAM, parece todo esto “física de duendes”

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