Investigación descifra genoma de etnias mexicanas; participa especialista de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Investigadores mexicanos descifraron el genoma de los primeros habitantes del continente americano, y confirmaron que los indígenas mexicanos surgieron de una sola migración de pocos individuos.
Analizar el genoma de los habitantes originarios de América no sólo ayuda a entender mejor por qué enfermedades como la diabetes parecen afectar más a los mexicanos que a los europeos. También arroja luz sobre cómo los primeros humanos llegaron a este continente, cómo se colonizó nuestro país, qué grupos se interrelacionaron, incluso si la palabra nahua responde a una identidad cultural o a una genética.
“Así de amplias son las respuestas que se derivan de este trabajo”, expuso Alejandro Garcíarrubio, del Instituto de Biotecnología campus Morelos de la UNAM, al referirse a una investigación de un lustro –encabezada por el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen)–, 100 por ciento mexicana, y cuyos resultados fueron publicados recientemente en la revista Nature Communications.
Treinta científicos dedicaron cinco años a secuenciar e interpretar la información obtenida de 15 individuos (12 indígenas y tres mestizos).
Para llevar a cabo esta labor, los expertos seleccionaron a 12 miembros de seis grupos étnicos que representan al norte, centro y sur de México: tarahumaras y tepehuanos, en el primer apartado; nahuas, totonacas y zapotecos, en el segundo, y a los mayas, en el último. Los mestizos elegidos fueron padre, madre e hijo, y sirvieron como individuos de control.
Después de esta criba se tomaron muestras de sangre para extraer el ADN de 12 indígenas, no sin antes explicarles en qué consistía el trabajo y obtener un consentimiento informado. “Esta parte también tuvo sus trabas: debíamos llegar con folletería y hacer esto entendible a gente que, con frecuencia, no habla español y tiene una escolaridad muy baja”.
El material genético se mandó secuenciar a Estados Unidos, y con los datos en mano, en México se analizó por computadora cuáles genes habían sido modificados, cuáles eran de interés, cuáles revelaban los niveles de parecido entre los distintos grupos étnicos, cuáles los diferencian de los asiáticos y los europeos, y cómo se relacionaban estos individuos respecto al ADN antiguo de los primeros pobladores del continente. “Es asombroso lo que se puede colegir de estos datos, pues nos permiten ver cómo se fue poblando América”.
Garcíarrubio explicó que entre los resultados está la identificación de genes relacionados con el desarrollo muscular y la capacidad física de los tarahumaras, un pueblo de las cumbres de la Sierra Madre Oriental, dijo. Indicó que ello es equiparable a la adaptación a la altura entre los incas y tibetanos.
El estudio arrojó que los pueblos del norte de México, por haber mantenido comunidades pequeñas y nómadas, son muy diferentes a los del resto del país.
Los de la parte central, explicó, se mantuvieron separados y comenzaron a mezclarse en los últimos mil años.
Por su parte los mayas, en el sur, fueron propensos a las grandes comunidades poblacionales. Se estima que en la época clásica llegaron a sumar cinco millones.