El quid pro quo según Twitter: Morrissey en lugar de Trump
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La locución latina "quid pro quo" se puso de moda en Estados Unidos gracias al proceso para buscar un juicio político contra el presidente Donald Trump. Y aunque ese objetivo está en veremos, al menos la frase ya inspira a componer música en las redes sociales.
El pasado miércoles, en el contexto de las audiencias en la que la oposición demócrata recaba pruebas para forzar la destitución del republicano, el embajador de EU ante la Unión Europea, Gordon D. Sondland, soltó una afirmación explosiva: que Trump lo obligó a presionar a Ucrania para conseguir un acuerdo de beneficio mutuo, en el que Kiev recibiría apoyo militar de Washington a cambio de investigar los presuntos negocios irregulares en ese país de Hunter Biden, hijo del precandidato presidencial demócrata Joe Biden.
Una cosa por otra, un intercambio de favores. Ese es el significado específico que se le ha dado a la frase quid pro quo en el contexto del escándalo. Y el testimonio de Sondland parecía darle a los demócratas la prueba suprema para demostrar que Trump buscó la injerencia de Ucrania en el próximo proceso electoral, el pretexto que necesitaban para iniciarle un impeachment.
En otra época y con otro mandatario, la noticia habría sido el acabose. Pero en la era Trump y de las redes sociales, el asunto terminó en vodevil, o casi.
Y es que durante la audiencia, y a pregunta de republicanos, Sonland dijo no tener una instrucción directa de parte de Trump, mucho menos una grabación o prueba escrita de ello. "No escuché esas palabras", dijo literalmente (en todo caso, en quien recaería la responsabilidad de sugerir esa prioridad presidencial era Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York y abogado y estratega del magnate).
De hecho, refirió más bien a una llamada telefónica efectuada el 9 de septiembre en la que Sondland le preguntó a Trump: "¿Qué quieres de Ucrania?" y éste le repite "No quiero nada". El diálogo incluso fue reproducido en un cartelón con letras enormes, el cual fue exhibido por republicanos durante la audiencia como prueba de la inocencia de su líder.
[caption id="attachment_607909" align="alignnone" width="1024"] Foto: AP / Andrew Harnik[/caption]
La ambigüedad del testimonio dio pie a que Trump protagonizara una de sus más extrañas declaraciones de prensa. Minutos antes de abordar el Air Force One para viajar rumbo a Austin, Texas, a una nueva fábrica de productos de Apple, frente al micrófono, Trump recreó su propia versión de la llamada del 9 de septiembre. Para ello leyó unas frases que anotó en un bloc de papel con plumón grueso y que fueron fácilmente visibles.
https://twitter.com/GettyImagesNews/status/1197202729334128642?s=20
"No quiero nada, no quiero nada, no quiero un quid pro quo. Dile a Zellinsky (presidente de Ucrania) que haga lo correcto. Esta es la última palabra del presidente de Estados Unidos", dijo casi gritando, en un volumen de voz que supuestamente usó para hacerse oír en una charla corta y abrupta.
https://twitter.com/politico/status/1197227674516758528?s=20
Su estilo sobreactuado recordó a las parodias que de él hace el actor Alec Baldwin en Saturday Night Live. Pero sirvió más bien involuntariamente para crear el distractor ideal: convertir el testimonio bomba en un meme.
https://twitter.com/Gizmodo/status/1197532467240062977?s=20
El portal Gizmodo recopiló las muestras de cómo un presidente que debió estar acorralado y al borde de la dimisión fue más bien visto como el letrista de una nueva canción de Ramones que, según el usuario Alex Kliment sonaría así:
https://twitter.com/SaoSasha/status/1197320791706263552?s=20
Otro usuario, @BenJamminAsh, adaptó la hoy icónica letra al estilo del cantante británico Morrissey.
https://twitter.com/BenJamminAsh/status/1197396744876761088?s=20
Otra versión, también al estilo del vocalista de los Smiths
https://twitter.com/victoryrhoad/status/1197284841613602819?s=20
Y un tercer ejemplo documenta qué tan emo puede llegar a sonar el hombre más poderoso del mundo.
https://twitter.com/NickLutsko/status/1197269902131974146?s=20
Desde ayer, Twitter dejó de aceptar publicidad política, con el fin de contribuir al saneamiento del enrarecido clima político previo al proceso electoral estadunidense. Sacrificar ganancias a cambio de una saludable convivencia pública parece un justo quid pro quo. Pero quizá llegue un poco tarde a una plataforma que en la que la gente dejó su ansia de justicia a cambio de la chunga.