El arte contemporáneo: sector neoliberal de la 4T
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El nombramiento de la curadora Magali Arriola como directora del Museo Tamayo Arte Contemporáneo apunta a que, en la administración gubernamental del arte contemporáneo, la apuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador no se basa en separar el poder económico del poder político –como enfatizó desde una perspectiva general en su Primer Informe de Gobierno– sino en institucionalizar su vinculación.
Basta con leer el acrítico reconocimiento a la gestión del colombiano Juan Gaitán que hizo la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lucina Jiménez, cuando anunció el retiro de su cargo como director del Museo Tamayo Arte Contemporáneo (boletín de prensa 742): A nombre de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, reconoció “el intenso trabajo realizado por Juan Gaitán, que, durante su gestión, logró incrementar el acervo del museo, con 348 nuevas piezas de artistas contemporáneos de relevancia y representatividad internacional”.
348 piezas de las cuales el 59% provienen de artistas pertenecientes al establo de la galería Kurimanzutto; 9.19% al de la galería José García; y 6% al de la OMR. Con una pieza de Gabriel de la Mora, de la Galería Proyectos Monclova, y una de Pedro Reyes que es parte del establo de la Galería Labor, se suman a las adquisiciones 30 piezas –8.62%– del belga Francis Alys y 16 obras –4.5%– de la fotógrafa francesa-marroquí Yto Barreda.
¿Qué criterios artísticos e institucionales justifican que, bajo la gestión de Gaitán de enero de 2015 a mayo de 2019, se hayan adquirido 214 obras de artistas pertenecientes a la Kurimanzutto, entre, las cuales se cuentan 45 de Eduardo Abaroa, 41 de Abraham Cruzvillegas, 40 del vietnamita Dan Voh, 26 de Gabriel Orozco y 21 de Carlos Amorales? ¿Acaso no existen otros artistas mexicanos que, aun sin pertenecer al establo de una galería tan acríticamente reconocida, puedan ser adquiridos a costa del presupuesto gubernamental?
Además de la Kurimanzutto, otra de las galerías predilectas de Juan Gaitán ha sido la mexicana José García. Representante de Mario García Torres –quien ha sido pareja de la actual directora del Museo Tamayo, Magali Arriola, y a quien Gaitán no sólo le dedicó en 2016 la exposición individual Caminar Juntos sino que le adquirió 24 piezas para el acervo del museo–, la galería evidencia las preferencias de su gestión.
Son vínculos estrechos entre los poderes económico y político, sin importar a las autoridades culturales la relación de Arriola con galerías como la Marian Goodman de Nueva York –representante de Gabriel Orozco para la que, en 2017, Arriola curó una exposición que incluyó tanto al artista vietnamita Danh Vo de la Kurimanzutto como a Cerith Wyn Evans que, en 2018, contó con una exposición en el Tamayo en el contexto de la feria Zona Maco.
Congruente con su interés de institucionalizar los vínculos –o la sumisión– del poder político al poder económico en el contexto del arte contemporáneo, en enero de 2019 Lucina Jiménez nombró a Mariana Munguía como Coordinadora Nacional de Artes Visuales, quien era directora hasta entonces del Patronato de Arte Contemporáneo, A. C.
Este texto se publicó el 15 de septiembre de 2019 en la edición 2237 de la revista Proceso