Internacional
Testimonios de una mexicana en Palestina: los niños quieren ser mártires cuando sean grandes
Brenda Galaz, neuropsicóloga que acompaña a víctimas de tortura y violencia extrema, habla de su experiencia en Palestina, de las organizaciones de ayuda, de los "white saviors" y de la similitud idiosincrática de los mexicanos con los pueblos árabes.HEBRÓN/CIUDAD DE MÉXICO.– Brenda Galaz es neuropsicóloga, tiene 37 años y es cooperante internacional. Actualmente es la única mexicana basada en territorio ocupado palestino donde acompaña la atención integral para víctimas de tortura y violencia extrema, campos en donde ella es especialista. De un semblante tímido, es una mujer que combina lo recio con la ternura. Un fuego lleno de templanza.
La charla con Brenda se divide en varios momentos. Las alertas de misiles, los estados de sitio y amenazas de evacuación impiden que sea una cita fluida. La prudencia y sensibilidad son obligadas. Cada palabra de ella es una grieta que rompe el cerco.
Durante su carrera como staff internacional en ayuda humanitaria, Galaz ha acompañado a los sobrevivientes de tortura en muchas partes del mundo; desde la Ciudad de México y Tapachula, hasta el Triángulo Norte Centroamericano (incluyendo Nicaragua); del deep south tailandés, hasta las víctimas de guerra en Ucrania y Siria. A partir de 2021 dejó la atención directa en terreno para encargarse de una labor nada menor: capacitar a personas nacidas y residentes en las zonas de conflicto, para que puedan ofrecer a sus paisanos una atención integral, ética y digna tras la tortura física, mental o psicológica.
Hebrón es la ciudad donde Brenda está basada, la urbe más grande en Cisjordania, con 250 mil palestinos que viven bajo el control militar israelí desde que aconteció la guerra de los Seis Días en 1967; entre ellos viven 800 ocupantes judíos protegidos por soldados israelíes; se trata del “laboratorio de la ocupación” como le llamó Michael Sfard, abogado en derechos humanos. Todo lo que aplican las autoridades en Cisjordania o en el este de Jerusalén, o en los demás sitios de la ocupación, empezó como prueba y error en Hebrón.
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Fragmento del reportaje publicado en la edición 0026 de la revista Proceso, correspondiente a agosto de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.