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Sin plan de desarrollo urbano. La arquitectura, huérfana en la ciudad futura
¿Hacia dónde va la capital del país, convertida en este siglo en una megalópolis? ¿Qué cambiar, qué conservar? Para tres destacados arquitectos el complejo panorama ya debería estarse atacando en temas como el de la enorme cantidad de tiempo de traslados al trabajo.En el primer cuarto del siglo XXI la metrópoli capitalina, convertida en megaciudad, enfrenta a la arquitectura con desafíos inéditos, si quiere mantener un nivel humano para el futuro. Entre ellos, la necesidad urgente de un plan de desarrollo urbano.
Así lo consignan en entrevistas por separado tres arquitectos calificados: Felipe Leal, fundador de la Autoridad del Espacio Público, integrante Emérito de la Academia Nacional de Arquitectura, miembro y presidente actual del Seminario de Cultura Mexicana; Lorenzo Rocha Cito, doctor en Teoría Crítica por 17 Instituto de Estudios Críticos, y coordinador del foro Megaciudades. Realidades urbanas: ciudad producida, ciudad habitada (efectuado en enero pasado), respaldado por esa institución; y Arturo Rivera García, miembro del Observatorio Ciudadano Jardines del Pedregal A. C., y director del Proyecto Legado Jardines del Pedregal.
A unos días de haberse realizado el diálogo La arquitectura vernácula como parte del ciclo Las otras arquitecturas en El Colegio Nacional, en donde Leal definió a ese tipo de arquitectura como un “fenómeno cultural producto de transformaciones sociales”, el también extitular de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en dos periodos -entre 1997 y 2005- afirma a Proceso:
“No hay ciudad que tenga una sola identidad. En el caso de la Ciudad de México es una suma de barrios y villas integradas que se han convertido en una megalópolis. La ciudad siempre fue metropolitana desde el México prehispánico porque venían de otras localidades a abastecerse al centro de la misma.
“Pueblos como Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac, Azcapotzalco, Cuajimalpa tienen una preexistencia y tradiciones de este tipo de arquitectura, sólo que ahora ligada por una serie de vías. Si algo tiene la Ciudad de México es la diversidad, con barrios de toda índole: industriales, residenciales, populares. Todo eso le da una serie de características arquitectónicas a una ciudad aparentemente caótica, compleja, pero vibrante, por eso es tan atractiva nuestra ciudad.
Política pública timorata...
Los visibles cambios de la capital en los últimos años son inmediatamente apreciables en un golpe visual al recorrerse el Segundo Piso del Anillo Periférico: Grandes edificaciones inmobiliarias, tanto de oficinas como de departamentos, rematadas con logos gigantes, por ejemplo, de compañías como High Park, y la “G” de Be Grand. Esta última, por cierto, derrotada históricamente por la UNAM en un intento ilegal por levantar frente a su entrada principal un descomunal complejo, en Copilco #75 (Proceso, 2157).
Es ahí, sobre el llamado crecimiento vertical mediante edificios, donde el arquitecto Leal (D.F., 1956) pone el dedo:
“La verticalización es una tendencia universal, las grandes metrópolis lo están experimentando, pues habría que entenderse de alguna manera. En términos generales de infraestructura y servicios urbanos a veces es mejor un edificio vertical que la extensión sobre el suelo de conservación, porque hay menos impacto sobre el suelo”.
Para explicar:
“Después del sismo de 1985, hacia el final de esa década, la mancha urbana de la ciudad creció en sus salidas hacia los lugares ‘más seguros’, lo que a la larga ha hecho más costoso el mantenimiento de la urbe porque se incrementan tiempos de transporte y movilización de la casa al trabajo. Ello, además de conllevar mayor infraestructura en calles, drenajes, mantenimiento… y ojo: lo que se debe guiar con las edificaciones es que haya programas de vivienda para todos los sectores y no sólo para un sector de la sociedad”.
El arquitecto menciona colonias y zonas potenciales como Atlampa, la Industrial Vallejo, parte de la Doctores y Obrera, que pueden ser susceptibles de mejora de vivienda. Incluso compara a la Ciudad de México con un “queso gruyer” con “huecos” en los que se puede edificar, para interrogarse:
“¿Por qué no rellenas esos huecos en lugar de extenderte más allá de los límites de la ciudad? No sólo es la distancia y horas útiles que se pueden implementar en otras actividades de provecho o para beneficio de los capitalinos, y a nivel ambiental también se convierte en un crimen, porque hay un grave deterioro”.
-¿Es un tema de política pública?
-¡Claro! La que ha habido ha sido errática, confusa, timorata, es una tema de política pública y de discurso que las autoridades no han logrado concretar.
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Fragmento del texto publicado en la edición 0023 de la revista Proceso, correspondiente a mayo de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.