Guerrero
Emotivo adiós al luchador social Marco Suástegui, asesinado en Acapulco
Fue el opositor más visible a la presa La Parota, megaproyecto hidroeléctrico de la CFE que ha buscado instalarse sin éxito con ayuda de gobernadores, empresarios y la delincuencia organizada.CACAHUATEPEC, Guerrero (apro).- “¡Viva Marco! ¡Fuera la presa La Parota!, ¡Fuera las gravilleras!”, fueron las consignas del último adiós del líder del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui Muñoz, asesinado en Acapulco.
La mañana de este domingo el dirigente campesino de 49 años y de profesión arquitecto fue sepultado en su tierra natal Cacahuatepec.
La noche del 18 de abril recibió tres disparos por parte de un sicario solitario cerca de la playa Icacos. Fue herido de muerte, pero luchó por sobrevivir por ocho días. La tarde del viernes 25 fue declarado su fallecimiento.
No contaba con medidas cautelares por parte del gobierno federal a pesar de haber denunciado amenazas de muerte en su contra por su labor como opositor a la instalación del proyecto y por la búsqueda de su hermano Vicente Iván, desaparecido en 2021 y a quien nunca volvió a ver.
Con los primeros rayos del sol y las primeras notas del son La Morena de la banda Papagayo, el cuerpo salió de la casa de su tío Juan Suástegui, lugar donde se realizaron las primeras asambleas del Cecop, subió a la explanada de la iglesia donde familiares le pusieron flores y le rociaron agua bendita. Luego se enfiló hacia el cementerio.
En las calles de tierra y polvo del pueblo pegado al río cientos de campesinos con huaraches y mujeres con montones de flores en mano caminaron junto al féretro de madera que llevaba un pañuelo rojo.
El llanto, los rezos, los sones fúnebres, las consignas y el sonido del choque de los machetes afilados se entrelazaron mientras el cuerpo del líder avanzaba rumbo al panteón.
Al frente iban cuatro integrantes del Cecop levantando machetes. El cortejo fue resguardado por policías comunitarios de la CRAC.
Atrás iban quedando los 22 años de lucha del “Guerrero Yope”, llamado así por sus paisanos, el opositor más visible a un megaproyecto hidroeléctrico de la CFE que ha buscado instalarse sin éxito en esos ejidos con ayuda de gobernadores, empresarios y la delincuencia organizada.
A la parte alta del pueblo donde se ubica el panteón también llegó una corona de flores de la gobernadora de Guerrero, la morenista Evelyn Salgado Pineda.
En la víspera el cuerpo de Suástegui Muñoz en un ataúd atravesó por última vez en una lancha el río Papagayo para llegar a su terruño.
“Vamos a seguir tu ejemplo”
Frente a su sepulcro las palabras de Abel Barrera Hernández, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, retumbaron:
“¡Aquí estamos contigo, aquí te venimos a honrar, te venimos a homenajear, venimos a reconocer tu trayectoria! Te mataron porque quieren que el pueblo viva de rodillas, pero vamos a seguir tu ejemplo, no lo vamos a permitir”.
Recordó que Suástegui acudió hasta la ONU para solicitar su intervención y que determinó que no se podría construir la presa si el pueblo había dicho que no quería el proyecto.
“Es un proyecto de muerte y Marco nos enseñó que hay que hacer la consulta. La hizo allá con más de cinco mil personas en Agua Caliente, mandó a traer a los expertos de la UNAM y a un funcionario de la CFE para que les explicará sus ventajas y desventajas de lo que significaba la presa hidroeléctrica.
“Ocupó un lugar central porqué interpeló al subsecretario de la Comisión y ahí quedó evidenciado que era un proyecto económico, que los intereses eran sacar a los pueblos de Cacahuatepec para poder instalar a nuevos empresarios y eso fue un triunfo”.
Abel Barrera dijo que el finado también tuvo la visión de enfrentar a los tribunales agrarios.
Ustedes, les dijo a los presentes, marcharon en Acapulco y encararon a los funcionarios.
“Les dijeron que la tierra no se vende y ganaron cinco resoluciones agrarias donde demostraron que el estado estaba impulsado por un proyecto ilegal”.
También destacó la gestión para que se constituyera en su localidad, cabecera del núcleo agrario, una policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
El defensor de derechos humanos expresó que el Cecop debe continuar.
“Aquí queda su cuerpo, la memoria, la lucha y la dignidad de Marco. Un defensor del pueblo, un defensor del territorio, un defensor del río. No te vamos a defraudar”.
“Contubernio con el Estado”
Al sepelio llegó el líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, Ignacio del Valle Medina. También activistas y luchadores sociales como la dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), Norma Mesino Mesino.
También personajes allegados al poder, como Rogelio Ortega Martínez, ex gobernador interino de Guerrero, luego de la caída de Ángel Aguirre Rivero por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.
Ortega Martínez presumió que intervino para que Marco Antonio Suástegui fuera liberado del penal federal de Nayarit donde permanecía en condiciones infrahumanas.
Y Micaela Cabañas Ayala, hija del guerrillero Lucio Cabañas Barrientos y actual delegada, por un segundo periodo, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que preside Rosario Piedra Ibarra.
A las 9: 15 de la mañana con un calor ya incesante la tumba del dirigente fue tapada con decenas de varas de árbol.
Se escuchó un fuerte aplauso de los presentes y ¡Viva Marco!, ¡Viva el CECOP!.
“La delincuencia lo mató en contubernio con el Estado, por eso exigimos justicia”, gritó un maestro de la Costa Chica.