Poder Judicial
Expedientes pendientes y parálisis en los juzgados de la CDMX
El pasado 26 de junio el magistrado presidente del PJCDMX, Rafael Guerra Álvarez reconoció que falta presupuesto para implementar el plan de justicia digital, las exigencias del Nuevo Código Nacional y el rezago histórico que la institución arrastra.CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Marissa tiene 32 años y viene de Xalapa, Veracruz. Acude a los juzgados familiares del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX) como foránea para un trámite de pensión alimenticia que inició desde hace tres años.
Hoy dejó encargado a su hijo con su familia en el estado costero. Ella se queja abruptamente de la falta de consideración por parte de los trabajadores y confiesa estar exhausta de los trayectos incómodos en autobús en los que, según la distancia entre Xalapa-Enríquez y la capital del país, el trayecto es de cuatro horas y media aproximadamente.
Con sus gafas y una carpeta color rosa bajo el brazo espera en la fila como otras madres que llegaron a los juzgados familiares este martes, último día de labores antes de que el PJCDMX salga de vacaciones durante dos semanas luego de un paro que mantuvo congelados todos los trámites judiciales durante 41 días.
En la fila hay otras mujeres con carriolas o cangureras que calman, como pueden, a los pequeños mientras esperan la revisión de seguridad de los guardias. Aquí los hombres son una minoría porque regularmente no portan bolsas o bultos que deban ser revisados por el personal de vigilancia del PJCDMX.
“Me arrepiento (de haber iniciado el trámite) y creo que hubiera sido más rápido fuera de la ley… por algo estoy aquí… no tengo dinero”, dice Marissa con voz derrotada.
La mujer cuenta que debe hacer malabares entre el dinero de las copias, los pasajes desde Veracruz y calcular también las vacaciones de los trabajadores en ambas oficinas: Veracruz y CDMX.
El periodo vacacional de los trabajadores iniciará este 16 de julio y se espera que reinicien labores hasta el 4 de agosto próximo.
En la Ciudad Judicial, ubicada en la colonia Doctores, al interior del edificio de Niños Héroes 150 es posible observar una pila de expedientes acumulados, amarrados torpemente con cuerdas desgastadas.
El pasado 26 de junio el magistrado presidente del PJCDMX, Rafael Guerra Álvarez reconoció que falta presupuesto para implementar el plan de justicia digital, las exigencias del Nuevo Código Nacional y el rezago histórico que la institución arrastra.
De acuerdo al Informe Estadístico del Poder Judicial local del presente año, entre 2024 y hasta el 30 de abril pasado los juzgados familiares recibieron 5 mil 940 expedientes nuevos por pensión alimenticia, 93 de ellos corresponden a los que llegaron en los primeros meses de este año.
Ángel Lozano tiene 26 años y es litigante independiente, acudió a la Ciudad Judicial a presentar escritos iniciales de demanda y espera con paciencia su turno afuera de los juzgados.
En entrevista enfatizó en que el paro ha afectado los casos que lleva pues aunque había trámites como los exhortos que él estimaba que tardarían 6 meses en desahogarse, hoy está por cumplir el año en ello.
Sin embargo, muestra su simpatía por sus compañeros de profesión y trabajadores del Poder Judicial.
“El gobierno debe poner a consideración la falta de personal, el ingreso de los trabajadores y la carga en los juzgados”, sentenció.
Los abogados cruzan con rapidez los juzgados, algunos se muestran empáticos con los trabajadores del PJCDMX, otros se quejan por la falta de consideración en sus ingresos por honorarios y tachan de “impertinentes” a los paristas.
La afluencia de personas en la Ciudad Judicial dista mucho de lo que ocurre en el edificio de Avenida Juárez, que alberga los juzgados familiares, donde las filas duran en promedio 20 minutos, tan sólo para ingresar al inmueble.
En el interior también hay colas que cruzan esquinas y columnas para los módulos de atención, abordar los elevadores y las revisiones de los oficiales.
Los pequeños juegan entre ellos, esquivando el mar de gente, mientras los mayores vigilan a la distancia prudente y regañan cuando es el caso.
Los bebés reposan en carriolas o son cargados con pequeñas cangureras. Hombres y mujeres cargan bonches de papeles, esquivando a los pequeños entre la multitud. Este es el último día de labores, antes de dos semanas de vacaciones por ley.