Política
Eduardo Verástegui relanza proyecto político: busca conquistar el hartazgo del electorado
Eduardo Verástegui, actor y cineasta, se alista para organizar en septiembre una serie de asambleas con el objetivo de lograr el registro de Viva México como partido político. En entrevista, habla de su relación con la cúpula del gobierno estadunidense y sus diferencias con la derecha tradicional.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Frente a lo que considera una derecha tradicional, tibia y desprovista de convicciones firmes, el actor y productor de cine Eduardo Verástegui pretende emerger como una figura del conservadurismo en México.
Tras su fallida candidatura independiente a la Presidencia, ahora apuesta por consolidar el partido Viva México como una fuerza política que desafíe el status quo, capitalizando el desencanto de un electorado que, según considera, está ávido de liderazgo ideológico.
En su intento por consolidar una alternativa conservadora en México, Verástegui asegura que ha fortalecido su proyección internacional gracias a los vínculos que mantiene con líderes de la derecha global, tanto en América como en Occidente, como parte de una red política con la que intercambia ideas y respaldo ideológico.
Destaca especialmente su relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como con figuras del actual aparato republicano como el vicepresidente estadunidense, J.D. Vance; el secretario de Estado, Marco Rubio, y el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson.
Más allá de este respaldo internacional, Verástegui confía en que el electorado, que tradicionalmente se abstiene de participar en las urnas –porque, según él, está harto de los políticos y carece de una alternativa auténtica– podría ser la clave para romper el mapa político actual y abrir paso a su proyecto.
En la conversación con Proceso, realizada en un hotel de Polanco, el también director de cine afirma que su candidatura presidencial independiente se truncó por “bloqueos del aparato”.
En el pasado denunció en varias ocasiones trabas burocráticas y fallas en el funcionamiento de la aplicación del Instituto Nacional Electoral (INE), donde se recolectaban las firmas.
Pese a que sólo reunió 14% de las firmas requeridas, reconoce que le hizo falta experiencia en el desarrollo de una campaña política, pero no lo considera un error de cálculo. Ahora se prepara para conseguir el registro del partido conservador Viva México.
Ya tiene la constancia de aprobación y prepara para septiembre 25 asambleas en diferentes estados de la República Mexicana, aunque el INE tiene como requisito para el registro de un partido político la realización de al menos 20. Las asambleas deben tener la presencia de tres mil personas afiliadas por entidad.
Asegura que viene “con toda la fuerza”, luego del aprendizaje que le dejó su aventura de la candidatura presidencial independiente.
Hay que construir el coche, porque sin coche no puedes competir en la carrera.
Por auto se refiere al partido político que pretende registrar, por el que tendrá que juntar al menos 300 mil firmas. Su proyección es hacia un futuro inmediato: las elecciones intermedias de 2027.
Asegura que su sueño es tener “más o menos” 16 mil candidatos para alcaldes y regidores: “Si logramos tener 3% de votación y tenemos un partido para 2030, sinceramente y con la obligación te lo digo, si en este tiempo encontramos un líder que represente los valores de Viva México, yo prefiero mil veces apoyarlo y seguir mi carrera de cineasta”.

–¿De llegar a la Presidencia, cómo mantendría el carácter laico del Estado, o reformaría la Constitución para que los religiosos puedan participar en la vida política?
–Yo creo que los religiosos tienen una vocación muy definida y tenemos que dejar esa vocación en paz, mantener el carácter laico del Estado; no puedes ser senador y sacerdote, son dos vocaciones muy distintas.
–Pero es innegable que existen personajes del clero que buscan tener injerencia política, si no es que ya la tienen.
–Eso no significa que una vocación religiosa y una vocación política no crean en los mismos valores. Un religioso, si su vocación es real y honesta, pues quiere sacar y ayudar (...) pueden coincidir y trabajar juntos para que eso se logre de manera más rápida.
Una derecha huérfana
Verástegui rechaza cualquier relación con la derecha histórica mexicana, el PAN, al que califica como una derecha “tibia, cobarde y wokista”, y de una “promiscuidad política tremenda”.
Para el protagonista de la telenovela juvenil Soñadoras, la derecha está huérfana en nuestro país. También niega relación con el Yunque: “Porque ahorita hay mucha gente que tiene miedo a ayudarnos porque creen que si nos ayudan, los va a perseguir el gobierno actual.
En cambio, con el movimiento Nueva Derecha Hispanoamericana, encabezada por el panista Raúl Tortolero, reconoce que comparte valores. Incluso, afirma que el partido Viva México representa una nueva derecha conservadora.
Sin embargo, no responde con claridad si el movimiento de Tortolero lo respalda o hubo un rompimiento luego de que persiguió la candidatura independiente.
Quiero que todo aquel que se meta a construir este barco, este vehículo más bien, siga las ideas y los estatutos y con candados para que aquel que no los cumpla, porque se nos van a infiltrar muchos, que queden excomulgados por así decirlo.
Ligas con Trump
Más allá de poner distancia con el PAN, Verástegui evita mencionar algún personaje de la política en su respaldo; tampoco habla de empresarios ni de académicos o intelectuales.
En cambio, sus ojos se encienden al ser cuestionado sobre el respaldo internacional que recibe y despliega una lista amplia de líderes políticos derechistas en todo el mundo: Nayib Bukele, presidente de El Salvador; Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil; Georgia Meloni, primer ministra de Italia; Viktor Orbán, primer ministro de Hungría; Javier Milei, presidente de Argentina; Jose Antonio Kast, excandidato presidencial del Partido Republicano de Chile, y con el partido político VOX de España.
Verástegui se refiere a ese grupo como una especie de “networking política”, que se afianza con la celebración anual de la Conferencia de Acción Política Conservadora, que ha tenido su sede en México en 2024 y 2022. En ambas ocasiones él como anfitrión.
Dice que ese intercambio de ideas se da en todas las inclinaciones e ideologías políticas. Y compara: “Exactamente como el que tiene la izquierda como Gerardo Noroña (presidente del Senado) que se va a reunir con Nicolás Maduro a Venezuela”.
Entre los líderes mundiales que menciona, Verástegui muestra una especial admiración hacia el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien mantiene una relación pública desde su primer periodo como mandatario, quien en 2020 lo nombró asesor de la Casa Blanca en la iniciativa para la Prosperidad Hispana.
Ahora, en aras de consolidar su partido, también presume tener relación con Rubio y Vance. Con el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, presume tener una relación de “amistad” de años.
Recuerda que durante cuatro años, en la presidencia de Joe Biden, trabajó junto a Trump para buscar estrategias que inclinarán hacia los republicanos el voto de los mexicanos, “que el voto guadalupano en Estados Unidos se lo dieran al presidente Trump y se logró, se logró porque rompimos récord en la historia”.
Respecto de las redadas del mandatario estadunidense contra la comunidad hispana, Verástegui expresa: “Creo que ya llegó la hora, ya nos tardamos en una reforma migratoria justa y moderna”.
Insiste en matizar las acciones del republicano y propone que lo mismo se aplique en México, que los extranjeros indocumentados “que cometen delitos” sean deportados.

Verástegui sale en defensa de Trump: “De mí te acuerdas porque yo también lo estoy proponiendo, antes de las intermedias va a proponer una propuesta de ley donde se pueda legalizar a toda aquella persona que no tenga récord criminal, que haya pagado impuestos, que haya hecho las cosas bien, que lleve más de diez años trabajando allá, etcétera. Los van a documentar”.
El ejemplo de Milei
Con el presidente de Argentina, Verástegui reconoce que existen similitudes en sus perfiles políticos. Ninguno cuenta con la trayectoria que usualmente acumulan los funcionarios para alcanzar la presidencia; Milei se consolidó en la opinión pública por sus polémicas declaraciones mediáticas y le tomó tan sólo dos años ganar la presidencia de la nación sudamericana con el frente La Libertad Avanza.
Analistas y académicos atribuyen su triunfo a un profundo descontento de la población argentina sobre las condiciones económicas y la inflación.
Según Verástegui, en México existe un hartazgo generalizado y es ahí donde encuentra el mayor potencial para impulsar su partido.
“Casi la mitad del padrón no vota (en México), ahí nada más ganas una elección. Con los que no votan, los que están hartos, los que no creen en los políticos y no creen en la marca de la política. Hay una oportunidad tremenda de convencer. ¿Y quién los puede convencer?, alguien que no sea político, alguien de afuera igual que ellos”.