Nashieli Ramírez Hernández
Nashieli Ramírez Hernández asume la Secretaría de la Contraloría General
La decisión ocurre un día después de que Ramírez Hernández presentó su renuncia a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Por unanimidad, el pleno del Congreso de la Ciudad de México designó este lunes a Nashieli Ramírez Hernández como titular de la Secretaría de la Contraloría General, cargo que ocupará durante seis años sin posibilidad de reelección.
La decisión ocurre apenas un día después de que Ramírez Hernández presentó su renuncia a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), posición que ocupaba desde 2017.
Durante la sesión, el dictamen de designación fue presentado por el diputado Víctor Hugo Romo, de Morena, a nombre de las comisiones unidas de Transparencia y Rendición de Cuentas. En tribuna, Romo sostuvo que el perfil de Ramírez Hernández garantiza independencia política y probidad en el ejercicio público, al señalar que su trayectoria “en defensa de los derechos humanos y su compromiso con la integridad pública” la convierten en una figura idónea para fortalecer la confianza ciudadana.
El proceso de designación se originó a partir de la terna enviada el pasado 23 de septiembre por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, lo que confirma el papel del Ejecutivo local en la configuración de los órganos de control capitalinos. Según explicó el diputado Gerardo Villanueva, presidente de la Comisión de Rendición de Cuentas, la decisión final se inclinó hacia un perfil que incorpore una visión de derechos humanos en cada acción de gobierno.
Pese al consenso alcanzado en el Congreso, algunos legisladores advirtieron sobre los límites y retos del nombramiento. El diputado priista, Omar García Loria, llamó a evitar que la Contraloría se convierta en un instrumento de persecución o complacencia política, mientras que la panista, Claudia Montes de Oca, subrayó la necesidad de que el órgano mantenga independencia frente a la administración central.
La nueva contralora rindió protesta en el pleno, en presencia del secretario de Gobierno, César Cravioto, y de la consejera jurídica, Eréndira Cruz Villegas, representantes del gabinete de Brugada. Tras la ceremonia, Ramírez Hernández aseguró que su gestión “no implicará persecución política, pero sí persecución de la corrupción”, y consideró que haber sido avalada por todas las fuerzas políticas “es un mensaje de confianza”.
Su salida deja pendiente la conducción de la CDHCM, que de manera interina quedará a cargo del primer visitador, Iván García Garate, hasta que el Congreso designe a una nueva presidencia. En la CDHCM, la ex ombudsperson deja pendientes relacionados con el sistema de cuidados, el derecho a la muerte digna y el acompañamiento de la Comisión al servicio público, temas que mencionó como parte de la agenda inconclusa.
El nombramiento de Ramírez Hernández representa un movimiento relevante dentro de la estructura política del gobierno capitalino, al colocar en la Contraloría —órgano encargado de auditar y sancionar irregularidades en la administración pública— a una figura con trayectoria en derechos humanos y cercana al proyecto político en el poder.
La designación ocurre en un momento en que el Congreso capitalino se prepara para discutir una reforma que modificaría de fondo el modelo de transparencia en la Ciudad de México. La iniciativa, que según legisladores morenistas será impulsada por Clara Brugada y llegará en un plazo de dos a tres semanas, plantea transformar el actual Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas (Info CDMX) en el Instituto de Transparencia para el Pueblo, un nuevo organismo adscrito a la Secretaría de la Contraloría General.
De aprobarse, la reforma reconfiguraría el sistema de contrapesos en materia de transparencia, al colocar bajo la estructura del Ejecutivo local al órgano encargado de garantizar el acceso a la información y la rendición de cuentas, justo en el momento en que la nueva titular de la Contraloría asume el control del principal órgano de fiscalización del gobierno capitalino.