Muertes por las inundaciones
Mueren tomados de las manos: historia del matrimonio mexicano en las inundaciones de Texas
Autoridades locales señalaron que la cifra de muertos aumentó a 121, y la de desaparecidos a 180, por lo que los expertos ampliaron las tareas de búsqueda.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- José Olvera y Alicia, un matrimonio mexicano que residía en Texas desde hace más de 40 años, murieron tomados de la mano al ser arrastrados por el agua en las inundaciones de Texas, las cuales han cobrado la vida de más de 120 personas.
Las inundaciones comenzaron el pasado viernes 4 de julio, tras las fuertes lluvias y el desbordamiento del Río Guadalupe. Autoridades locales señalaron que la cifra de muertos aumentó a 121, y la de desaparecidos a 180, por lo que los expertos ampliaron las tareas de búsqueda.
La mayoría de los decesos ocurrieron en el condado de Kerr, donde vivía y trabajaba el matrimonio mexicano, originario del estado de Querétaro.
“Nunca imaginaron que fueran a ser llevados por la corriente”, contó su hija, Lidia Olvera, a CNN. “Aquí trabajó (José). Amó estos lugares, y estaba feliz de estar aquí”, recordó.
En un principio, Lidia creyó que su papá estaba bien, porque previamente hablaron sobre las medidas ante inundaciones y José le confirmó que sabía qué hacer.
“Él decía: ‘Yo subo para las montañas’, sabía qué hacer, irse a algo muy elevado. Todo para arriba es terreno y él un conoce muy bien esa área. Nuestro primer instinto fue: ‘Está bien, porque él conoce el lugar para ponerse a salvo’”, sin embargo, la víctima no logró escapar, indicó la mujer.
Un residente que participó en las labores de rescate, dijo que José y su esposa caminaban juntos, tomados de la mano, pero en un punto subió demasiado el nivel del agua y Alicia cayó.
“Mi padre se agachó para recogerla. Estoy segura de que lo intentó. Cambió de opinión en lugar de ir por ese camino. Decidió buscar lo más alto. Probablemente se agarró a una rama, tanto como pudo. Creo que no quería dejarla ir, aunque estuviera tan lejos, pero en cierto momento tuvo que hacerlo”, narró Lidia a CNN.
La rescatista embarazada que encontró a José
Ilda Mendoza, una mujer embarazada a semanas de dar a luz, es otra residente que apoyó con las tareas de búsqueda y rescate en el cerro, acompañada de un grupo de 15 personas, que encontró a una niña, un niño y a José.
“Nosotros éramos un grupo de 15. Un par de los chicos que venían con nosotros encontró a una niña (...) y a un niño. Seguimos caminando por este camino más allá de Mystic, porque (...) nadie estaba buscando más allá, y al llegar aquí, nuestro grupo (...) había encontrado (a José), muy cerca de la casa”, contó Mendoza a CNN.
A pesar de llevar meses de embarazo, la residente rescatista afirmó que salir a apoyar no fue difícil, sino que le sirvió “como una fortaleza”, por sentir que le estaba “dando paz a alguien”.
Condiciones que contribuyeron a las inundaciones
Frente a las letales inundaciones de Texas, varias personas se preguntaron por qué el número de víctimas mortales fue tan elevado. Al respecto, diversos expertos apuntaron a factores como la geografía de la región, la reacción de las autoridades y los recortes de la administración del presidente Donald Trump.
La zona del Río Guadalupe, es conocida como el Flash Flood Alley (Callejón de las inundaciones repentinas). Esta franja abarca los alrededores de Dallas, pasa por Austin y San Antonio, y se dirige hacia la frontera con México.
Russ Schumacher, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado, aseguró a The New York Times que este lugar puede registrar "inundaciones devastadoras en un santiamén".
Entre el jueves 3 de julio y el viernes 4 de julio, en la zona afectada cayó una cantidad de lluvia equivalente a varios meses, de acuerdo con los meteorólogos. En 45 minutos, el Río Guadalupe creció ocho metros, lo que provocó su desbordamiento.
En esa región de Texas se encuentra la Escarpa de los Balcones, una línea de acantilados y colinas creada por una falla geológica, que aceleran el paso del agua. A eso se suma que los suelos semiáridos no absorben el agua, por lo que arroyos poco profundos crecen rápidamente y pueden formar ríos capaces de arrastrar personas, casas y autos a su paso.
Reacción de las autoridades
Las autoridades locales, como la División de Manejo de Emergencias de Texas (TDEM, por sus siglas en inglés) activaron alertas de emergencia por la amenaza de inundaciones en el oeste y centro de Texas durante el miércoles, jueves y viernes.
Sin embargo, no bastaron para evitar la tragedia. De acuerdo con el gobernador de Texas, Greg Abott, esto se debió a la magnitud del desastre. "Nadie esperaba una pared de agua de casi nueve metros de altura", sostuvo, según CNN.
Por su parte, el director del TDEM, Nim Kidd, reconoció que no todos recibieron los mensajes, ya que hay zonas que no cuentan con cobertura de telefonía celular.
Asimismo, Rob Kelly, juez del condado de Kerr, admitió que el municipio no cuenta con sistemas de alerta contra inundaciones.
Recortes de presupuesto y personal
La prensa estadunidense también señaló el posible impacto de los recortes presupuestarios y de personal del gobierno de Donald Trump en la tragedia.
The New York Times reveló que varias oficinas del Servicio Meteorológico Nacional (NSW) en Texas carecían de hidrólogos o meteorólogos, necesarios para desempeñar su labor de vigilancia y alerta climática.
"La reducción de personal pone en peligro vidas", afirmó al diario John Sokich, exdirector de asuntos legislativos del NSW. Además, explicó la falta de personal dificultaba la coordinación con las autoridades locales en caso de emergencia.
Sin embargo, el Departamento de Comercio, del cual depende el organismo meteorológico, negó las acusaciones y aseguró que los pronósticos y alertas “oportunas” demostraron “que el NWS sigue siendo plenamente capaz de llevar a cabo su crucial misión".