Música

Vive Latino, 25 años: punta del iceberg del rock mexicano (Video)

En un ejercicio de reflexión, músicos como El Mastuerzo -de Maldita Vecindad- y la cantautora y Sirena del rock Tere Estrada, valoraron al evento que se efectúa este fin de semana como un breve mosaico del género; mientras para Guillermo Briseño se trata de un evento “de orden monopólico”.
domingo, 16 de marzo de 2025 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La primera edición del Festival Iberoamericano de Rock Vive Latino (VL) fue un fenómeno: Nadie, ni siquiera sus creadores, lo pensaron, y menos que llegaría a un cuarto de siglo, a cumplirse estos 15 y 16.

El primer Vive se realizó en noviembre de 1998 y tuvo en cartelera a 42 artistas bajo el lema de “¡Dos días de puritito rocanrol!”; se presentaron, entre otros, El Tri, Aterciopelados, Café Tacvba, Molotov, Control Machete, El Gran Silencio, La Cuca, Víctimas del Dr. Cerebro, Ely Guerra, La Gusana Ciega, Miguel Ríos, Cecilia Toussaint, La Lupita, Santa Sabina, Julieta Venegas, Illya Kuryaki, La Castañeda, Kenny y los Eléctricos, Miguel Ríos...

Desde ese año sólo se ha omitido dos ocasiones: En 1999 y, debido a la pandemia del covid, en 2021.

Sobre su origen, su fundador y director Jordi Puig recordó desde el Teatro Metropolitan, durante la conferencia de prensa en enero pasado al presentar el programa del cuarto de siglo, que el encuentro surgió entre la duda y la apuesta por el rock en español:

“Había sucedido algún concierto exitoso probablemente en este teatro, donde los participantes de la mesa me dijeron ‘¿Por qué no haces más conciertos como estos?’, a lo cual respondí: ‘No estoy seguro cuántos conciertos de rock en español pueden llenar teatros o auditorios’. Y entonces fue cuando Alejandro Soberón me dijo: ‘¡Pues ponlos juntos!’. Ese fue el momento de concepción del Vive Latino” (https://www.tiktok.com/@vive.latino/video/7429813025751796997?lang=es).

El Mastuerzo. "Ya no nos invitan". Foto: Instagram @el _mastuerzo_oficial.

Cada año se han incluido distintos elementos para mejorar la producción; para esta edición 2025, su cartel ha llamado mucho la atención entre los jóvenes con un proyecto transmedia realizado por el estudio de animación y diseño Línea 2, a cargo del artista visual Esteban Azuela, quien creó la “identidad” del festival a partir de un banco de objetos con técnicas en 3D de los momentos más íntimos de la Ciudad de México, con énfasis en la colonia Granjas México dentro de la Ciudad Deportiva (sede del Estadio GNP Seguros, antes Foro Sol, donde siempre se ha desarrollado el Vive Latino).

 

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Varios representantes destacados del género externaron sus reflexiones sobre este aniversario del festival: Paco Barrios El Mastuerzo, Guillermo Briseño, director de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, y la cantautora y promotora musical Tere Estrada, la Sirena del rock. El primero de ellos, músico fundador de Botellita de Jerez, ahora Botellita Retornable, contó:

“Fui invitado en dos ocasiones y quizá en otras dos más, pero como parte de un ‘palomazo’. Siempre lo he dicho: siento que el festival es una ventana para la música mexicana, particularmente eso que llamamos rock, pero en un entorno de desarrollo capitalista que resultó en un gran negocio.

“Pero hubo elementos mucho antes: Cuando organizamos en 1994 tocadas hubieron muchos masivos de rock autogestionados para apoyar a las comunidades zapatistas, esas fueron demostraciones de que era posible y viable un ‘negocio’ en torno a la música de rock”.

En relación a la selección de artistas o el favoritismo para presentarse en el Vive, comentó:

“Lo único en contra es que los organizadores son amigos de Sergio Arau, y como él ya no está con nosotros, nunca nos volvieron a invitar, pero es parte del ‘numerito del poder’ de ciertas personas respecto a espacios, y más si se trata de un negocio. A pesar de ello sí hay que reconocer que es una ventana para grupos jóvenes”.

El músico de 69 años afirmó que en lo general “detesta” los masivos como negocios, pues prefiere ver el rostro de quienes lo rodean y presentarse en ambientes más íntimos. Y siguiendo esa línea, disfruta escuchar jazz y música nueva, pero no en festivales sino por recomendación de colegas, o cuando algunos jóvenes le piden consejos, además de leer lo más que puede (ahora mismo a Gabriel García Márquez). Evaluó:

“Muchos piensan que tocar en el Vive Latino es la panacea, y no, hay que tocar en el barrio, para tu gente, para tu banda. Quien llega al Vive es quien tiene la capacidad económica para producir, no creo que sea ‘el talento’, tiene que ver con relaciones públicas”.

-¿Y sí lo invitaran al Vive?

-Pues sí iría, es la chamba, pero en lo que quiero hacer énfasis es que estar ahí no te define en la música. Antes había el criterio de que si tenías un disco te podías proponer para el Vive, pero no funciona así solamente, Botellita es una banda que tiene historia, y si a Botellita de Jerez no la invitaron, a Botellita Retornable ¡pues menos!

El músico que conformó este último grupo en 2024 junto a Juan Fridman El Cubas, Santiago Ojeda y Josué Vergara, trabaja en el lanzamiento de seis sencillos más para este 2 de abril -que se unirán a cuatro temas que se encuentran en plataformas como Spotify o Youtube (@FonarteLatino)- y redondear así el disco Nacer para morir.

 

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Por su parte, Tere Estrada, afirmó sentirse satisfecha en la escena rockera luego de coordinar el concierto Sirenas al ataque. Homenaje a las rockeras mexicanas, realizado apenas el 1 de marzo en el Monumento a la Revolución, en el marco del festival Tiempo de Mujeres del gobierno capitalino, un concierto sobre el cual se prepara un documental que espera pueda ver la luz en dos años más.

Azuela. Su cartel, fuerte impacto. Foto: Carlos Enciso.

Y acerca del Vive, Estrada quiso hacer una reflexión previa:

“Me parece importante recordar las redadas que se hacían frente a los conciertos de rock que estaban prohibidos, me tocó defender a trompicones el espacio del Tianguis de El Chopo, salvarme de una lluvia de piedras. Venimos de esos lugares violentos. Ahora que se hizo Sirenas al ataque me sentí en calma, no hubo gritos de ‘¡chichis pa’ la banda!’ ni ‘¡órale pinche vieja!’. Hubo paz, y digamos que ahora hay una segunda parte, especialmente para las mujeres en el rock”.

Y ya de lleno sobre el Vive Latino, afirmó ser un escaparate para las bandas, un foro con buenas luces, audio “chingón” y un gran escenario, pero sólo una probadita de lo que es el rock:

“Es como la punta del iceberg, eso no quiere decir que todo el rock está representado ahí, son como pequeños mosaicos, y qué bueno que se haga, y que se hagan más festivales de estilos musicales intergeneracionales, nos faltan muchos, y ahí es donde tenemos que trabajar para mostrar toda la diversidad que tenemos”.

Se le recordó que durante la última conferencia de prensa, la rapera Ckovik, quien forma parte del cartel de este año, señaló a Proceso que hubo poca representación femenina, alzando la voz por un mayor número de artistas mujeres, ante lo cual comentó:

“De 60 artistas, nueve son mujeres, seguimos siendo minoría, hay que pugnar por la paridad de género, yo creo que en los siguientes año seguiremos empujando para que podamos tener un mayor número de mujeres en el diccionario, es muy importante, lo demostramos en el Monumento a la Revolución.

“Y hay que consumir local también, hay mucho movimiento en la escena independiente y eso es bueno, tenemos mucha música, chavos menores de treinta que están haciendo música, y hay que poner atención”.

La Sirena del rock se encuentra en el proyecto personal de un disco que se llamará “Nube volcán” -en alusión “al espíritu con el que nacen las mujeres”-, el cual espera presentar en tres meses más.

 

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En su turno, el músico y fundador de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, Guillermo Briseño, se dijo ajeno al Vive Latino, a su programación, aniversario, y está metido de lleno en la coordinación del concierto-homenaje a Javier Bátiz (1944-1924), precursor del género en el país. Se llamará ¡Despertador!, a realizarse gratuitamente este domingo 16 de marzo en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, convocado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, con medio centenar de músicos en escena:

“No podemos competir con el poder de Ocesa, pero no lo necesitamos. Fui invitado a presentarme en alguna ocasión en el Vive Latino como pianista para tocar con algunos personajes ahí, y lo hice, me divertí, no soy enemigo de que los músicos mexicanos sean contratados ni los extranjeros, me parece bien, pero el Vive me parece algo de orden monopólico”.

Así que la convocatoria para participar en un gran acto de ese tipo, “no sé qué decir”, expresó:

“No puedo decir que no tendría que existir, quizá de otra manera con más libertad, porque antes estaba prohibido el rock en México y en el momento en que lo autorizan la empresa ésta hace lo suyo y hacen un gran negocio porque va mucha gente”.

Y ahondó sobre los jóvenes en eventos masivos:

“Hay chavos que van y disfrutan el Vive, y qué bueno que lo hagan en el Foro Sol, que ahora se llama GNP. Toqué ahí hace poco con los Caifanes que me invitaron para un palomazo maravilloso, y vi ahí a 65 mil personas reunidas, y ahora va a pasar otra vez con los Caifanes, aunque no sé si están programados, en todo caso ellos deberían estar preocupados por lo que están haciendo”.

Pianista y poeta, además, reiteró que principal motivación en estos días es el homenaje a Bátiz, a quien descubrió cuando tenía 16 años, y que aunque El Brujo tijuanense sólo le llevaba un año de edad, ya era todo un profesional, “un guitarrista, rockero y músico precoz”, para rematar:

“Hacer el homenaje ha sido divertido, emocionante, envolvente, absorbente, como sólo él lo merece, es un acto desde la Escuela de Música de Rock a la Palabra. Bátiz es un cuate que aportó algo al rock mexicano cuando estaba en un momento muy acaramelado, cuando lo vi por primera vez en los sesentas me pareció importante, y ojalá mucha gente pueda venir a verlo.

Para rematar:

“Es un personaje muy importante, mucho más que el Vive Latino”.

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