FICM

Documental sobre el pianista estadunidense Romayne y su ahijado rarámuri, también músico, Romeyno

El documental “Hasta un momento más tarde” forma parte de la competencia oficial de la 23 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
lunes, 13 de octubre de 2025 · 10:46

MORELIA, Mich. (apro).- En la Sierra Tarahumara, el concertista de piano y compositor Romayne Wheeler (Estados Unidos, 1942) influyó a su ahijado rarámuri Romeyno Gutiérrez Luna (Chihuahua, 1986) para ser músico. El primero busca ser parte de esa comunidad y el segundo sale de su lugar de nacimiento para triunfar, pero a los dos, sin importar los diferentes objetivos en sus vidas y la distancia, los une el cariño.

Eso lo refleja el documental “Hasta un momento más tarde” (Chu siné paché ba, México, 2025), dirigido por Pablo Tamez Sierra (Ciudad de México, 1981), el cual forma parte de la competencia oficial de la 23 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

Tamez Sierra explica en entrevista que buscaba temas que le gustan abordar, como la familia y la identidad, “y en este caso también deseaba algo relacionado con la música, porque mi padre es músico, y yo estudié lo mismo”. Específica:

“Y filmando en la Sierra Tarahumara con Santiago Esteinou, quien es productor de este proyecto y además ahora es el director del documental ‘La libertad de Fierro’, supe de este músico estadounidense Romayne que radicaba en la sierra, prácticamente en medio de la nada. Varios meses después decidí realizar el viaje para buscarlo. 

“Fui a Chihuahua, y en Creel encontré a Javier, la persona que sube y baja provisiones y es el contacto que Romayne tiene con el mundo para poder bajar a la ciudad y tener comida, y me llevó a la casa del músico, y después de seis horas de terracería, llegué a su hogar con un poco de temor de no saber qué es lo que iba a enfrentar, pero con la decisión de justo realizar un documental sobre su vida y sobre su forma de ver el mundo y su desapego”.

Continúa:

“Me interesaba muchísimo cómo era una persona que había estado acostumbrada al éxito con sus conciertos en varios países y de haber vivido 32 años en Austria, y de pronto tuvo esa necesidad de apartarse totalmente y comenzar una vida en un lugar totalmente distinto. Y así fue como se gestó, digamos, la semilla para esta cinta”.

En 1980, Romayne se interesó en la Sierra Tarahumara y sus pobladores, debido a las fotos que vio en la revista “National Geographic”. Dedicó meses de ese año a estudiar la música y danza de los tarahumaras, y en 1992 decidió vivir ahí y llevó su piano. La mayoría de sus ingresos los utiliza para a poyar a los tarahumaras.

-¿Cómo fue que tomó la decisión de incluir a su ahijado?, a Romeyno, el primer concertista de piano de dicha etnia en México y que ha ofrecido conciertos, no sólo en la Ciudad de México sino también en Europa y Estados Unidos -se le pregunta al realizador.

-Me importaba también encontrar la contraparte, su ahijado. En esa cultura tarahumara le ponen al niño el mismo nombre del padrino de bautizo, por eso se llama Romeyno. Traté de encontrar esta cosa de la identidad de los dos. Nacieron en lugares totalmente distintos y de alguna forma sus caminos se cruzan y poseen un gran amor por la música, pero van sus vidas en sentido contrario. Uno quiere salir de la comunidad para desarrollar una carrera y el otro quiere ingresar a la comunidad y pertenecer a ella. 

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