vicente leñero
Casul cierra homenaje a Vicente Leñero a 10 años de su partida
El acto inició con una breve introducción por parte de Ortega quien recordó que las facetas del autor de “Los Albañiles” abarcaron el periodismo, narración, dramaturgia, guionismo, adaptación y maestro literario a través de talleres.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La memoria literaria y personal de Vicente Leñero (1922-2014), fundador de Proceso, fue evocada desde la Casa Universitaria del Libro (Casul) de la UNAM, en un diálogo nutrido a diez años de su deceso, pero con la certeza de una obra de casi un centenar de publicaciones más que vigentes.
La tarde-noche del jueves se reunieron en Sala Principal de la emblemática casona situada en la colonia Roma, las actrices María Rojo y Eugenia Leñero, el dramaturgo Luis de Tavira, la periodista Alma Delia Fuentes, la neuro-psicóloga Mariana Leñero, la narradora Silvia Molina, y Myrna Ortega, secretaria de Extensión y Proyectos Digitales de Cultura UNAM, como moderadora.
La sala con aforo para un centenar de personas se llenó y tuvo entre el público a Estela Franco (psicóloga y viuda de Leñero), su hija Isabel Leñero (pintora), y Julia Bolaños Leñero (diseñadora y nieta del escritor), además de José Gordon, escritor y periodista especializado en ciencia.
El acto inició con una breve introducción por parte de Ortega quien recordó que las facetas del autor de “Los Albañiles” abarcaron el periodismo, narración, dramaturgia, guionismo, adaptación y maestro literario a través de talleres, además de afirmar que su obra publicada asciende a 90 publicaciones.
Después hubo una lectura del cuento “Belén” (que se puede escuchar en Descarga Cultura UNAM), a cargo de Eugenia Leñero; y tras ello la participación de Silvia Molina, narradora, ensayista y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AMA, quien el 3 de diciembre participó también en otro homenaje a Leñero por parte de la AMA.
“Fue un ser humano sólido un autor fundamental y prolífico que sabía reírse de sí mismo, era un buen conversador. Pertenezco a una generación que andaba dispersa por el mundo de la escritura hasta que en 1983 lo conocí en un encuentro de autores en Cuautla, Morelos, organizado por José Agustín, Marco Antonio Campos y Hernán Lara Zavala, nos adoptó como si nos hubiéramos conocido, aunque sí nos había leído; me contó que hizo el dictamen para mi primer libro “L mañana gris”, así como el guion para filme del mismo, si bien no se realizó lo guardo como un tesoro”.
La escritora también recordó diferentes anécdotas detrás de la publicación de relatos colectivos “El Hombre equivocado” (1988) que Leñero asesoró, para culminar “Vicente dejó una huella profunda en quienes tuvimos la suerte de tratarlo”.
Enseguida, la actriz María Rojo, quien le estrenó la obra “La Mudanza” (1989), recordó la labor de Leñero especialmente como adaptador de teatro y cine, y periodista, y recordando previamente a Proceso una de sus novelas favoritas “Asesinato” (2003) dijo al público:
“Leñero escribió de todo y lo hizo bien, muy bien, tanto que exploró formas de narrar no por experimentar, sino para darle vida a la historia de la que iba ocupándose. Leñero fue un extraordinario dramaturgo y narrador. Lo que para mí sería suficiente para caracterizarlo.
“En ese quehacer, con frecuencia realizó adaptaciones que, seguramente estarán de acuerdo conmigo, resultado en películas memorables, películas que en principio nadie se preguntó de qué historia había nacido, como si se tratara de guiones ‘originales’. Decía nuestro amigo Víctor Hugo Rascón Banda –quien fuera el predecesor de Leñero en la silla XXIII de la Academia Mexicana de la Lengua– que no se puede escribir cine si no se sabe de dramaturgia…”.
“Leñero, el ingeniero del periodismo y el teatro mexicano”
Luego Alma Delia Fuentes, coordinadora de la Unidad de Investigaciones Periodísticas de Cultura UNAM, relató que a pesar de no haber conocido nunca a Leñero, se siente cercana a partir de su legado periodístico, haciendo referencia a Proceso:
“Junto a Julio Scherer formaron un tándem que modificó para siempre la forma en que se hace periodismo en México, o al menos el periodismo que se aspira a hacer en México, y eso no es poca cosa, Leñero estableció los límites del reportero, que se basa en los hechos, no en los dichos, no en las apreciaciones, no en las opiniones, esos son los analistas, y desde entonces señaló que de una manera extraña se afirmaban como periodistas.
“Leñero era quien decía también ‘piense menos y escriba más’ y el ‘chínguele’, una máxima en cualquier redacción, ‘verifique los hechos’, por eso me parece muy importante que a 10 años de su fallecimiento un hombre con una obra tan prolífica en donde siempre encuentro al periodismo y su aportación…”
En su turno Mariana Leñero dio lectura a diversos relatos de corte personal que fueron acompañados en lo visual por una serie de fotografías familiares, imágenes nunca vistas, una presentación redonda que acaparó al público y evocó al hombre detrás de la máquina Olivetti. Un Leñero como esposo, padre, abuelo y amante de los juegos, en especial el ajedrez, los rompecabezas, las barajas en el modo ‘continental’, y en un sentido más íntimo y familiar.
Para culminar, De Tavira, colega y amigo del fundador de la Sección Cultural de Proceso, expresó que para él la memoria y trabajo de Leñero, su ‘cosecha profesional’ sigue dando frutos:
Ahora precisamente a 10 años de su muerte, siento a Vicente Leñero más cerca que nunca, como si lo inabarcable del lugar que ahora aparenta se acercara a nosotros para dar lugar a una cercanía tal que no puede experimentarse en lo inmediato…
“No puede haber ser humano sin mundo ni mundo sin representaciones por eso es necesario construir el teatro, ese teatro en cuya dimensión aparece México, Leñero no es solo autor de prodigiosas obras teatrales, es el constructor e ingeniero de un teatro mexicano probable, no utópico, por eso resulta elocuente el título de su obra emblemática de su epifanía teatral ‘Los albañiles’.
“El primer cuento de ‘Vivir del teatro’ comienza así: ‘un día Luisa y yo decidimos construir nuestro propio teatro’, a partir de un recuerdo de infancia en complicidad con su hermana, y hoy conmovido podría narrar como muchos años después Vicente y yo decidimos construir una Casa del Teatro que sigue viva y generando generaciones y hacedores de teatro, y donde hicimos un prodigioso teatro clandestino”.
El diálogo culminó con el recordatorio de que como parte del homenaje a Leñero se reestrenó recientemente la versión de teatro en atril de “La Mudanza” en Descarga Cultura UNAM’, adaptada y dirigida por Estela Leñero Franco.