Colombia
Los García Márquez en Barranquilla: 94 años de la hermana de Gabo
Los familiares vestirán de blanco este sábado para festejar en el puerto colombiano a Aída Rosa, quien escribió el libro Gabito, el niño que soñó a Macondo. Su sobrino el cineasta Daniel Damián cuenta cómo la exmonja y maestra conserva una lucidez excepcional.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La hermana del autor de Cien años de soledad, Aída Rosa -quien en 2013 publicó el libro Gabito, el niño que soñó a Macondo, donde aborda la niñez del Premio Nobel de Literatura 1982- festeja este sábado 21 de diciembre sus 94 años en Barranquilla, Colombia, y goza de muy buena salud física y mental.
Y es que a la familia García Márquez la ha acechado la enfermedad del Alzheimer, por lo cual Aída Rosa se sometió a varios estudios con el célebre neurólogo y científico Francisco Lopera (fallecido este año de cáncer), quien trataba de hallar la cura contra la demencia senil, y “resultó que es la única de esa descendencia que posee un gen protector”, explica en entrevista por celular Daniel Damián García Travecedo, su sobrino.
El cineasta (Caracas, Venezuela, 1979), quien se encontraba en Bogotá a punto de viajar por avión rumbo al festejo -hijo de Gustavo Adolfo (el quinto de los 10 hermanos menores de Gabo)-, platica que su tía Aída Rosa, nacida el 17 de diciembre de 1930, “es la única García Márquez que posee su memoria intacta”. De inmediato, destaca:
“No tiene ningún padecimiento de salud más que los achaques de su edad, aquellos que son normales por sus años. Ella está muy feliz, muy contenta. Todo el mundo le ha manifestado su cariño. Este sábado haremos una gran fiesta familiar. Todos vestiremos de blanco para una foto, no sólo porque es la única hermana que queda con lucidez, sino para inmortalizar una foto con ella”.
Aída Rosa fue durante 23 años monja. Inició sus estudios de preescolar en la Montessori Primaria en Sucre-Sucre. Después estudió en la Normal de Señoritas de Santa Marta. Y obtuvo la licenciatura en ciencias religiosas en la Universidad Javeriana. Se inició como maestra en Cartagena y posteriormente en Santa Bárbara. En Copacabana fue directora de la Anexa y rectora de la Normal María Auxiliadora.
En el Atlántico estuvo en la Normal de Fátima, el Instituto Politécnico Femenino, la Normal La Hacienda, y realizó un ciclo complementario en la Cátedra Gabriel García Márquez.
García Travecedo subraya que Aída Rosa es la única que posee un gen protector:
“A todos los García Márquez les encontraron una pareja de genes que los hace propensos a padecer la enfermedad, no que la vayan a tener necesariamente, pero los hace sensibles, ya que eso depende de ciertas condiciones medioambientales, de alimentación, en fin, una serie de cosas. Sin embargo Aída Rosa, además de contar con esos dos genes, posee otro gen adicional, protector, es decir, contiene la cura y la enfermedad, y esa es la razón por lo que hoy a sus noventa y cuatro años no padece Alzheimer. Lo que buscaba el doctor Lopera era más muestras de la familia, y de sus nuevas generaciones, para detectar si otros de nosotros tuviéramos ese ejemplo al igual que la tía Aída Rosa, porque ella no tiene herederos sanguíneos directos, no tuvo hijos”.
Lopera, de la Universidad de Antioquia, estudió por cuatro décadas la cura del Alzheimer:
“En conjunto con la Universidad de Harvard deseaba una prueba de mi tío Gabo, quien padeció Alzheimer en su última etapa, porque lo admiraba, y si se descubría la cura la iba a llamar Macondo, pero no logró una muestra porque se nos fue en el 2014, pero a toda la familia nos hicieron exámenes. Aída Rosa estuvo este año en Estados Unidos y le han hecho una serie de investigaciones y todo se está documentando”.
Se le pregunta si continuarán el análisis con toda la familia, y señala:
“Espero que sí. No deja de ser importante lo que hallaron en ella para la búsqueda de la cura del Alzheimer. Lo que va a ocurrir, no lo puedo contestar. El doctor Lopera sentó las bases y dejó un equipo”.
Un libro revelador
A propósito del estreno de la polémica serie Cien años de soledad en Netflix (basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez), rememora que su tía Aída Rosa escribió a sus 80 años Gabito, el niño que soñó a Macondo, publicado por Ediciones B en Colombia:
“Apareció en marzo de 2013. Al también autor de El coronel no tiene quien le escriba sus hermanos le decían de cariño Gabito. El volumen cuenta la historia de lo que ella recuerda de la infancia de Gabo y revela en quién se inspiró para crear personajes, por ejemplo, sobre quién es Remedios, personaje de Cien años soledad. Igual descubre cómo el escritor retomó la casa de los abuelos, de sus padres, donde convivían los hermanos y las hermanas”.
En el libro -que sólo se ha publicado en Colombia e inspiró una pieza teatral en esa nación- se lee:
“La infancia es una patria, dijo un poeta. Gabito, el niño que soñó a Macondo es un maravilloso recorrido por la niñez del Nobel colombiano en Aracataca. Su hermana Aída Rosa, en una prosa sobria y entrañable, nos introduce en el mundo donde se creó Macondo.
“El Lector encontrará las claves para saber la procedencia de Remedios la Bella, del coronel Aureliano Buendía y otros personajes que sirvieron de inspiración para esa gran novela de todos los tiempos: Cien años de soledad.
“Existen muchos libros sobre García Márquez, pero ninguno que nos acerque con tanta veracidad y pasión al niño que fue mago, director de teatro, guionista de películas, dibujante, cantante de boleros, y luego al escritor que fabuló nuestras raíces como ningún otro”.
García Travecedo subraya:
“En resumen, Gabito, el niño que soñó a Macondo nos ayuda a descubrir una mítica infancia que es plasmada línea tras línea en las páginas por un testigo presencial: su hermana, quien con ese mismo ‘don de contar’ propio del linaje ‘garciamarquiano’, hace un recorrido prodigio por la infancia del niño que soñó Macondo”.
Aída Rosa declaró en 2013 a varios medios de Colombia que decidió escribir el libro cuando asistió a la inauguración de la Casa Museo en Aracataca:
“Me devolvió a esos años junto a mis tres hermanos: Gabriel, Luis Enrique y Margot, en casa de mis abuelos, el coronel Nicolás Márquez Mejía y la abuela Tranquilina Iguarán. En esa casa se despertó en Gabito el deseo de escribir, y se prefiguró la familia Buendía a partir de los recuerdos de infancia, y se creó Macondo desde la memoria de Aracataca. Mi hermana Margot, que comía tierra desde niña, se convirtió en Rebeca en Cien años de soledad.
“Tuve muchas dudas al principio de cómo impactaría un libro de memorias sobre la infancia con mi hermano Gabo”.
El creador fílmico menciona que su tía investigó las influencias e inspiraciones de Gabo:
“Ella tenía todo de primera mano. Entonces decide contar de una forma muy pragmática la infancia de Gabo, vista a través de los ojos de ella, de su hermana”.
-¿Qué tanto éxito tuvo el libro en Colombia?
-Se vendieron todos sus ejemplares. Fueron dos ediciones y ahora no tiene ningún tipo de contrato o compromiso con otra editorial. Escribió el libro en una avanzada edad y no siguió gestionando la labor de publicarse de nuevo, y bueno, es cuando entro un poco yo: me ha dejado esa tarea. Se busca en México la manera de publicarlo nuevamente. Que sea una edición más internacional para que el mundo pueda conocer estos datos que ella comparte”.
García Travecedo expresa que su tía Aída Rosa dejó en el tintero otro volumen, “porque a los noventa y cuatro años ya no va a hacerlo”.
El título de ese libro es “La dueña del manicomio”:
“Está basado en la casa de los García Márquez, un poco en la genialidad que hay en la familia. Todo está sacado de la realidad. Básicamente la dueña del manicomio era la abuela, la mamá de todos, los locos eran todos sus hijos, los García Márquez. Es una lástima que no haya podido crear el libro, pero me parece interesante que conozcan esa intención”.
La fiesta es en Barranquilla, donde Aída Rosa vive y ha vivido durante muchos años:
“Es un momento muy especial para nosotros porque la familia es muy grande y evidentemente es reunirnos todos. No sé si va el 100% de los parientes, es tan grande la familia que se vuelve incontable, esta es otra característica, pero tengo conocimiento de que muchos primos y parientes van a venir, por ejemplo de Estados Unidos y de otros lugares, para celebrar el cumpleaños de la tía y aprovechar la Navidad”.
Al final narra que no cree que ella haya visto la serie Cien años de soledad porque no ve ni la televisión, “ese proyecto ahí está para el mundo, y son cosas diferentes, mas es odioso comparar la literatura con el audiovisual, son ideas diferentes, lo que sí hay que realizar es un análisis dentro del mismo lenguaje”.