Monterrey

Se dispara la contaminación en Nuevo León; estudios advierten que aire más dañino llega en invierno

Datos de monitoreo del SIMA muestran que las concentraciones promedio de PM2.5 rondan los 19 microgramos por metro cúbico en invierno, cuando el límite sugerido por la OMS es de 5 µg/m³. La norma mexicana (NOM-025) permite hasta 12 µg/m³, cifra que la metrópoli regiomontana también rebasa.
viernes, 14 de noviembre de 2025 · 15:49

CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- Con la llegada del frío, el aire en la Zona Metropolitana de Monterrey vuelve a registrar sus peores niveles de contaminación. Durante los meses de invierno, las concentraciones de partículas finas PM2.5 —las más dañinas para la salud— se incrementan hasta cuatro veces por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

De acuerdo con estudios de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, el periodo invernal concentra los valores más altos de contaminantes debido a las condiciones atmosféricas y al incremento en las emisiones de vehículos e industrias. 

Las llamadas inversiones térmicas —capas de aire frío que impiden la dispersión de contaminantes— agravan la situación. 

“En invierno, el aire se estanca y los contaminantes se quedan atrapados sobre el valle. Monterrey tiene una orografía complicada y una densidad vehicular alta; eso multiplica el problema”, explicó Carlos Ramos, investigador del Laboratorio de Contaminación Atmosférica de la UANL. 

Datos de monitoreo del Sistema Integral de Monitoreo Ambiental (SIMA) muestran que las concentraciones promedio de PM2.5 rondan los 19 microgramos por metro cúbico en invierno, cuando el límite sugerido por la OMS es de 5 µg/m³. La norma mexicana (NOM-025) permite hasta 12 µg/m³, cifra que la metrópoli regiomontana también rebasa con holgura. 

 

Partículas mortales 

Las PM2.5 son partículas microscópicas que ingresan directamente a los pulmones y al torrente sanguíneo. El Centro Mario Molina estima que la exposición prolongada a estos contaminantes provoca más de mil 800 muertes prematuras cada año en el área metropolitana, principalmente por enfermedades cardiovasculares y respiratorias. 

“Respirar aire sucio no solo irrita los pulmones, acorta la vida. Los efectos son acumulativos y afectan especialmente a niños, adultos mayores y personas con padecimientos crónicos”, advirtió Mario Garza, epidemiólogo del Instituto Nacional de Salud Pública. 

 

Problema multifactorial 

Aunque el Gobierno estatal ha señalado a las industrias pesadas como las principales responsables, los inventarios de emisiones oficiales muestran que la contaminación en Monterrey es multifactorial. Según el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire), las fuentes industriales aportan 57% de las emisiones de PM2.5, los vehículos 34% y otras fuentes, no superan el 9 por ciento. 

Además, la gasolina tipo “C” que se distribuye en Nuevo León es de menor calidad que la que se usa en Ciudad de México o Guadalajara, lo que incrementa las emisiones evaporativas. 

“Es una contradicción que una de las ciudades con peor calidad del aire del país reciba el combustible más contaminante”, señaló Mariana Cárdenas, del Observatorio del Aire de Nuevo León. 

Consultada sobre los recientes episodios, la Secretaría de Medio Ambiente de Nuevo León señaló que los picos se deben a condiciones meteorológicas y aseguró que mantiene operativos de vigilancia en industrias y fuentes de polvo. 

Sin embargo, especialistas advierten que el impacto va más allá de las alertas ambientales. Estimaciones del sector salud apuntan a incrementos en consultas por asma y enfermedades respiratorias durante los meses fríos, además de pérdidas económicas por ausentismo laboral. 

 

Acciones insuficientes 

El gobernador Samuel García ha atribuido la mala calidad del aire a la actividad de las grandes empresas, especialmente del acero y el cemento, y ha anunciado reducciones de hasta 40% en los niveles de PM2.5. No obstante, los datos del SIMA no reflejan mejoras sostenidas. Las concentraciones promedio anuales de partículas finas se mantienen por encima de los límites legales y de las recomendaciones internacionales. 

Organizaciones civiles advierten que las medidas implementadas son parciales. “No hay verificación vehicular obligatoria, el transporte público sigue rezagado y la supervisión de pedreras es mínima. Mientras no se atienda el problema integralmente, las alertas ambientales seguirán repitiéndose cada invierno”, afirmó Claudia Tapia, de la agrupación Aire Limpio NL. 

Los especialistas coinciden en que mejorar la calidad del aire requiere acciones estructurales y sostenidas: establecer un programa obligatorio de verificación vehicular; renovar el transporte público con unidades limpias o eléctricas; exigir combustibles de mayor calidad para la región, fortalecer la vigilancia industrial y el control de pedreras; integrar la calidad del aire en la planeación urbana y de movilidad. 

“El diagnóstico está hecho y las soluciones son conocidas. Lo que falta es voluntad política para aplicarlas”, concluyó Ramos. Cada invierno, el área metropolitana de Monterrey encabeza los índices de contaminación en el país. A pesar de los avances tecnológicos y los programas de control, respirar aire limpio sigue siendo una excepción en la capital industrial de México. 

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