"La ley del ranchero"

viernes, 8 de noviembre de 2019 · 20:44
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La sociedad patriarcal no afecta sólo a las mujeres, sino también a los hombres, obligándolos a ser machos. Y aunque la insistente muestra de virilidad es un fenómeno mundial, en el norte de México es donde más les gusta ostentarlo, aunque a veces en la superficie. La ley del ranchero, escrita por el multipremiado dramaturgo Hugo Salcedo, se sumerge en el mundo de la homosexualidad que nadie quiere ver. El famoso --y vulgar-- dicho popular “donde se dan los hombres… pero unos a otros”, le queda como anillo al dedo a esta obra, dirigida por Tania María Muñoz y Edgar Valadez. Desde la sala de espera del pequeño foro A Poco No comienza la fiesta. Una banda de travestis y transexuales invita mezcales a los asistentes al ritmo de rancheras y corridos, que después de unos minutos se silencia abruptamente con la intervención de Kid, un ranchero (el también director Valadez) que sale del teatro, e introduce hablando de la virilidad y de su pueblo. Dentro del foro, un antrillo norteño construido por Jesús Giles, con mesas y sillas metálicas de marcas de cerveza (en las que parte del público se sienta), luces neón, el urinal al descubierto, paredes tapizadas de tiras metálicas. Tres escenas toman su lugar en el escenario: dos prostitutos tratando de “levantar algo”; el reencuentro de dos amigos de la adolescencia (uno de ellos en su nuevo cuerpo tras pasar por una operación de cambio de género); y una de las trabajadoras trans del bar chantajeando a un cliente en crisis. Afuera se escucha un golpe seco. Del hotel de al lado ha caído (o aventaron, nadie sabe) a un joven desde el tercer piso. El ambiente se tensa, la incertidumbre crece. Era ese el episodio que faltaba para que al fin se decidieran a buscar consuelo unos con otros. A lo largo de la representación, el ranchero funge como narrador en “apartes”, momentos donde las escenas se congelan, las luces se prenden y los discursos duros, fríos, guarros y machos de este personaje irán fundiéndose con las otras historias. La naturalidad con la que cuenta atrocidades inhumanas hiela los huesos de los espectadores que, incómodos, no saben si reír. Con las maravillosas actuaciones de Martín Villareal, Héctor Iván González, Elías Toscano, Antonio Saavedra, José Juan Sánchez, Óscar Serrano Ramírez y Alejandro Gama, que se reinventan para abrazar al público como testigos mudos del mundo subterráneo. La compañía El Loco, en coproducción con Festín Efímero, crea una puesta agridulce, vomitiva a ratos, conmovedora otros, pero disfrutable y divertida de principio a fin, que logra dar un panorama del complejo mundo de las relaciones prohibidas, las apariencias y el “deber ser” en medio de la violencia. La ley del ranchero se presenta los martes y miércoles a las 20:30 horas en el foro A Poco No (República de Cuba 49, Centro Histórico). Hasta el 20 de noviembre.

Comentarios

Otras Noticias