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En México “se juega como se vive”

Mientras México se obsesiona con el dogma de idealizar el progreso de la Selección Nacional únicamente a partir de la presencia de sus jugadores en Europa, el futbol mexicano sigue dejando cabos sueltos en otros aspectos fundamentales que permitan un verdadero salto de calidad.
domingo, 28 de septiembre de 2025 · 06:30

En la víspera del Mundial de 2022 en Qatar, el entrenador argentino Gerardo Martino expuso que por perfil Rogelio Funes Mori y Raúl Jiménez encajaban mejor en su sistema que Santiago Giménez, quien vivía sus primeros meses en el futbol de Países Bajos con el Feyenoord.

El juego de espaldas de Funes Mori y la capacidad asociativa de Raúl Jiménez, con todo y que ambos estaban muy lejos de su mejor forma física y futbolística, les permitieron ser elegibles, a ojos de Martino, por encima de Giménez, que estaba en proceso de convertirse en un activo valioso de un club puente de la élite europea.

Independientemente de si la controvertida decisión de Martino tenía sustento o no —hoy la evidencia sugiere que no—, era evidente que el hecho de excluir a Giménez de la convocatoria final contravenía un dogma reforzado hasta la saciedad por el propio entrenador argentino: el hecho de que el progreso del futbol mexicano siempre ha estado estrechamente vinculado con la exportación masiva a Europa.

Martino, cuyos niveles de aprobación como seleccionador nacional habían descendido dramáticamente, no sólo estaba prescindiendo de uno de los mejores futbolistas emergentes del país, sino de un delantero que se estaba granjeando una reputación como goleador de un toque en la Eredivisie.

Bajo esa lógica había motivos para creer que la generación que disputó el Mundial de 2018 en Rusia era, si no la mejor, una de las mejores de todos los tiempos. Esta percepción generalizada tenía que ver con una circunstancia: Andrés Guardado (Real Betis), Héctor Herrera y José Manuel Corona (Porto), Miguel Layún (Sevilla), Guillermo Ochoa (Standard Lieja), Héctor Moreno (Real Sociedad), Carlos Salcedo y Marco Fabián (Eintracht Frankfurt), Miguel Layún (Sevilla), Javier Hernández (West Ham), Raúl Jiménez (Benfica) e Hirving Lozano (PSV) le ofrecían la posibilidad al entrenador colombiano Juan Carlos Osorio —otro entusiasta del dogma— de plantar un equipo base con ocho o hasta nueve futbolistas que militaban en Europa.

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Fragmento del reportaje publicado en la edición 27 de la revista Proceso, correspondiente a septiembre de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.

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