La recompensa por Maduro, doble golpe al chavismo
El gobierno estadunidense le puso precio a la cabeza de uno de sus enemigos: ofrece 15 millones de dólares por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Sólo una vez en la historia Washington había ofrecido recompensa por un jefe de Estado: Manuel Noriega en 1989... y el resultado fue la invasión de Estados Unidos a Panamá. Además se ofrecen 10 millones de dólares por el número dos de Caracas, Diosdado Cabello, y esos cinco millones de diferencia son un elemento que enrarece la ya de por sí tensa relación interna venezolana.
CARACAS (proceso).- La batalla diplomática entre Washington y el régimen de Nicolás Maduro llegó a un nivel sin precedente: El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó por narcoterrorismo al líder venezolano y a varios de sus colaboradores y ofrece 15 millones de dólares por información que lleve a su captura.
Pero la recompensa es de 10 millones de dólares por el número dos del régimen, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), algo que hizo aumentar la tensión entre ambos dirigentes chavistas.
En la lista del Departamento de Justicia, también figuran otros personajes del régimen: El general retirado Hugo Carvajal Barrios, exdirector de inteligencia militar de Venezuela y prófugo; Clíver Alcalá Cordones, mayor general retirado quien declaró que se entregaría a la justicia colombiana; y Tareck Zaidan El Aissami Maddah, actual ministro de Industria y Producción Nacional. Todos ellos fueron tasados como Cabello, en 10 millones, aunque en la práctica no detenten tanto poder como éste.
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La oferta del Departamento de Justicia de Estados Unidos.[/caption]
Maduro controla las fuerzas armadas y la burocracia venezolanas, tras las elecciones presidenciales de mayo de 2018, desconocidas por organizaciones políticas y académicas venezolanas que se oponen al chavismo. Mientras que Juan Guaidó es respaldado por más de 50 países como presidente legítimo de Venezuela.
Por la separación de poderes que rige en Estados Unidos, el dictamen del Departamento de Justicia no obedece a una directriz política sino a una investigación que ha hecho el poder judicial desde hace varios años.
Así lo destacó Julio Borges, canciller de Guaidó. “No se trata de una sanción, es una investigación de 10 años, con pruebas, documentos, articulación y hechos. Es la importancia de tener una justicia independiente en un país”, dijo el jueves, tras divulgarse la noticia.
La medida fue celebrada por el Departamento de Estado de Estados Unidos en un comunicado suscrito por el secretario de Estado, Mike Pompeo: “Estas recompensas se ofrecen bajo el Programa de Recompensas de Narcóticos (NRP) del Departamento de Estado. Más de 75 narcotraficantes de importancia han sido llevados ante la justicia bajo el NRP desde que comenzó, en 1986. El Departamento ha pagado más de 130 millones (de dólares) en recompensas por información que condujo a esas detenciones”.
Maduro es ahora el único jefe de Estado en la lista de los más buscados de Estados Unidos; la recompensa por su captura es la tercera más alta ofrecida actualmente por las autoridades estadunidenses y la cuarta más alta desde que se creó el programa. En esa lista estuvo anteriormente el general Manuel Noriega, dictador de Panamá, por quien Estados Unidos ofreció un millón de dólares en 1989.
Los presuntos nexos de Maduro con el narcotráfico no son algo nuevo. En noviembre de 2015 dos sobrinos de su esposa, Cilia Flores, fueron capturados en un operativo de la DEA en Haití cuando transportaban droga en un avión. Un año después fueron declarados culpables por una corte de Nueva York, en un caso que fue conocido en Venezuela como el “de los narcosobrinos”.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente. Foto: Matias Delacroix / AP Photo[/caption]
A la par del anuncio de Estados Unidos, Maduro reiteraba el jueves 26 una denuncia que hizo a principios de la semana, según la cual se estaría fraguando un “ataque de militares desertores y traidores”, dijo, con el apoyo de Bogotá y Washington y en la conspiración implicaba a Alcalá Cordones, de quien dijo que tenía nexos con los cárteles colombianos.
Maduro calificó de “acción extravagantemente extremista, vulgar y miserable de la administración de Donald Trump” los cargos que le imputan a él y a sus funcionarios por narcoterrorismo. “Como unos cowboys racistas, le ponen precio a las cabezas de unos revolucionarios que estamos dispuestos a combatirlos en todos los terrenos”, dijo en una de sus alocuciones.

Rivalidad
La diferencia del monto de las recompensas por Maduro y Cabello reaviva las tácitas diferencias que existen entre ambos líderes tras la muerte del expresidente Hugo Chávez en 2013. Desde entonces ambos se han esforzado por dar una apariencia de unidad y lealtad, aunque la pugna por el poder se cuece internamente. Maduro fue elegido por Fidel Castro y Chávez en Cuba, según aseguró a la prensa, a inicios de este mes, la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, figura cercana a ambos revolucionarios y quien participó en el proceso de paz entre la guerrilla y el gobierno de Colombia, en La Habana, donde el chavismo tuvo un rol importante. De esa designación parte la mítica rivalidad entre Maduro y Cabello, pues se esperaba que éste, hombre fuerte del chavismo y con poder en el ámbito militar, fuese el sucesor de Chávez… quien en su última aparición pública ungió sucesor a Maduro. “Si bien es cierto que en Venezuela hay dudas e incluso debates respecto a quién tiene más poder y quién realmente gobierna, si Maduro o Diosdado, lo cierto es que en la práctica Nicolás Maduro es el líder del régimen”, sostiene Alejandro Linares, internacionalista venezolano. Agrega que en virtud de ese hecho es que Estados Unidos pone el precio más alto por Maduro. “En Venezuela no tenemos certeza de quién es el que realmente manda, el que toma las decisiones o el que da las órdenes. Pero más allá de eso, para el estadunidense Departamento de Justicia el cabecilla es Maduro”, dice Linares en entrevista. Considera que, tras esta medida, la capacidad de diálogo y negociación de Maduro se va a ver disminuida. Linares compara esta acción contra Maduro y sus funcionarios con lo que ocurrió con el general Noriega en Panamá en 1989, cuando se le acusó de vínculos con el narcotráfico, en una historia que acabó con la invasión a Panamá y el derrocamiento del líder panameño. La investigación de las autoridades estadunidenses contó no sólo con los organismos de inteligencia de su país, sino con la colaboración de exfuncionarios chavistas. Luisa Ortega Díaz, fiscal general de la Venezuela, reconocida por Guaidó pero que fue nombrada por Maduro en 2015 y que se desmarcó del régimen y se exilió en 2017, se mostró satisfecha por la decisión de la administración Trump. “Es un duro golpe que se le ha dado a un grupo de delincuencia organizada, porque quienes detentan el poder en Venezuela no son gobierno. Me siento satisfecha porque he hecho algunos aportes, he entregado información a la Fiscalía del sur de la Florida sobre la trama de corrupción y lavado de capitales donde están involucrados Diosdado Cabello y Nicolás Maduro”, declaró Díaz el jueves. [caption id="attachment_624376" align="aligncenter" width="569"]