Acteal
A 28 años de Acteal, persiste la impunidad y la exigencia de verdad y justicia
El Frayba exigió al Estado mexicano reconocer de manera explícita su responsabilidad por la Masacre de Acteal y asumir un compromiso real para romper el pacto de impunidad que, acusó, ha prevalecido durante 28 años.SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis. (apro).- A 28 años de la Masacre de Acteal, el Estado mexicano continúa sin reconocer su responsabilidad por los crímenes de lesa humanidad cometidos el 22 de diciembre de 1997, denunció el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), al reafirmar su acompañamiento a las y los sobrevivientes y a la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal.
En un pronunciamiento emitido desde Acteal, el Frayba sostiene que la impunidad en torno a la masacre -perpetrada por un grupo paramilitar del municipio de Chenalhó-, se mantiene como parte de una “guerra prolongada contra los pueblos indígenas”, enmarcada en el Conflicto Armado Interno que, subraya, sigue sin resolverse.
La masacre dejó un saldo de 45 personas ejecutadas -18 mujeres, cuatro de ellas embarazadas; 16 niñas; cuatro niños y 17 hombres-, además de 26 personas gravemente heridas. A casi tres décadas de los hechos, varios familiares de las víctimas han fallecido sin alcanzar justicia ni el reconocimiento de la responsabilidad del Estado mexicano.
El organismo refiere que desde hace 20 años el caso fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuyo Informe de Fondo continúa pendiente.
Esta dilación, señaló, ha profundizado el dolor de las víctimas y ha impedido el esclarecimiento pleno de la responsabilidad intelectual y material del crimen, así como la identificación, juicio y sanción de todos los responsables.
De acuerdo con el Frayba, la impunidad se sostiene en un contexto de violencia contrainsurgente derivada del Plan de Campaña Chiapas 94, cuyos efectos -afirma- siguen vigentes en acciones contra los pueblos indígenas y en la criminalización de la defensa de la tierra y el territorio, como ocurre en zonas de presencia zapatista.
En este escenario, Las Abejas de Acteal fueron reconocidas como un símbolo vivo de lucha, resistencia y construcción de paz. El centro Frayba destacó que las y los sobrevivientes han transformado el horror en lo que denominan “La Otra Justicia”, una acción simbólica que apuesta por la memoria, la dignidad y la no violencia, desde su Casa de la Memoria y de la Esperanza.
“El dolor no se ha borrado, pero se ha convertido en palabra, en solidaridad y en exigencia colectiva”, señaló el organismo, al resaltar la labor de Las Abejas en el acompañamiento a otras luchas de los pueblos “de abajo”.
Finalmente, el Frayba exigió al Estado mexicano reconocer de manera explícita su responsabilidad por la Masacre de Acteal y asumir un compromiso real para romper el pacto de impunidad que, acusó, ha prevalecido durante 28 años.
“Ni perdón ni olvido”, reiteraron. “Verdad y justicia para Acteal”.