Una marea violeta desbordó y cimbró a la capital del país
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso Digital).- Una marea violeta desbordó las calles del centro histórico de la Ciudad de México este domingo, durante la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Familiares de víctimas de feminicidio y desaparición volvieron a salir a marchar con las fotografías de sus hijas en las manos.
Como Lorena Gutiérrez, madre de Fátima Quintana Gutiérrez, una niña de 12 años violada y asesinada por tres de sus vecinos en 2015.
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“Una niña que sólo venía de estudiar a las 2:40 de la tarde. Los tres la interceptaron y la privaron de la libertad. La torturaron, la violaron, la lapidaron, y la semi enterraron. La violaron en superioridad numérica ¡A una niña!”, gritó la madre.
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También Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio en 2010 a manos de su pareja, quien intentó disfrazar el crimen como un suicidio, pero la lucha interminable de la madre obligó a reabrir el expediente y sentó un precedente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que las muertes violentas de mujeres se investiguen con perspectiva de género.
“Exigimos un ya basta, ya basta de feminicidios, ya basta de violencia machista, no queremos que sigan sosteniendo este sistema patriarcal”, gritó Irinea.
“Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, siguieron las voces de las mujeres que la rodeaban.
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La marea violeta se confundía con las jacarandas. Foto: AP / Eduardo Verdugo[/caption]
De acuerdo a la secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina se reunieron más de 80 mil personas, en su mayoría mujeres, en la manifestación.
Más de cuatro horas tomó a los contingentes llegar al Zócalo capitalino desde el Monumento a la Revolución con pancartas y letreros como: “Luchar hoy, para no morir mañana”, “Somos el grito de las que ya no están” y “No quiero tu opinión, quiero tu respeto”.
La estatua de Madero, frente a Bellas Artes, fue pintada con aerosol rosa, verde y morado por un grupo de mujeres con capuchas, mientras las espectadoras gritaron: “Fuimos todas, fuimos todas”.
La calle de Madero fue cerrada y el acceso de las manifestantes a la plancha del Zócalo fue 5 de mayo. Los comercios y monumentos fueron resguardados por vallas.
En 5 de Mayo una joven pintó con un plumón negro en un quiosco de revistas: “tuve que perdonarlo para poder seguir viviendo”, mientras lloraba. Dijo que había sido victima de una violación.
El puesto de revistas ya había sido intervenido con fotos de agresores con frases de "Se busca": “violador” o “feminicida”.
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Se unen miles que nunca habían participado
Detrás de las madres de víctimas de feminicidios marcharon colectivas feministas, mujeres encapuchadas, estudiantes organizadas, periodistas contra el acoso, y miles de mujeres que nunca habían salido a manifestarse y que decidieron unirse a la protesta por el hartazgo de que la violencia de género y el abuso estén normalizados. Como Sofia, su mamá y sus tías que por primera vez acudieron a una manifestación por el 8 de marzo, o Ginger que se organizó con estudiantes de la Ibero para manifestarse contra el machismo y el acoso. Las imágenes panorámicas con drones mostraron una marea violeta que avanzaba por Avenida Juárez y se confundía con las jacarandas de Alameda Central. [caption id="attachment_621016" align="aligncenter" width="1024"]