Pemex

Sheinbaum contradice política de AMLO y revive el fracking para salvar Pemex

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum anuncia el mayor plan de fracking en la historia reciente de la petrolera, pese a advertencias sobre contaminación de acuíferos y emisiones de metano, dejando atrás la posición antifracking del expresidente López Obrador.
miércoles, 6 de agosto de 2025 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Será bajo el mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum que Petróleos Mexicanos (Pemex) ejecute el mayor programa de fracking en su historia reciente, como parte de su estrategia para incrementar la producción de gas natural. 

Se trata de una técnica altamente cuestionada en el mundo por su impacto ambiental y que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador buscó prohibir.

Ayer 5 de agosto, el gobierno de Sheinbaum presentó el Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex, con el objetivo de sanear sus finanzas incluyendo una reducción de 25% de su deuda y posicionarse en el mercado energético.

Una parte del plan consiste en apostar más por gas natural y crudo, en línea con su política de autosuficiencia energética.

“México es un país petrolero, no es un país gasero. Sin embargo, tiene un potencial muy importante de gas natural en recursos, tanto convencionales como recursos no convencionales. ¿Por qué no explotar todo el potencial?”, afirmó el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, durante la presentación del documento.

El plan sostiene que México cuenta con un amplio potencial para incrementar la producción de hidrocarburos, especialmente a partir de yacimientos de geología compleja, donde se concentran recursos no convencionales como los que requieren fracking.

Según el documento, disponible en el portal oficial de la petrolera, se calcula que el país posee alrededor de 64 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMbpce) en estas formaciones, ubicadas principalmente en las cuencas de Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos.

En el plan se lee:

México puede ampliar la producción de gas natural porque tiene un gran potencial. Como es maximizar la producción de los campos existentes de gas, potenciar los programas de producción mediante contratos mixtos, desarrollar áreas convencionales y de frontera con alto potencial.

El documento considera que Pemex espera alcanzar una producción de cuatro mil 700 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) de gas natural, con un máximo de cinco mil MMpcd en 2028.

Para lograrlo, la estrategia exploratoria se enfocará en las Cuencas del Sureste, en su porción terrestre y marina, así como en la Cuenca de Veracruz. 

Destaca especialmente la Cuenca de Burgos–Tampico-Misantla, donde existen yacimientos de geología compleja, como gas seco, gas húmedo y aceite ligero, además de formaciones de baja permeabilidad, lo que indica una orientación clara hacia el uso de fractura hidráulica.

“Reactivar la viabilidad del potencial de yacimientos de baja permeabilidad”, también se lee en el documento.

En la Cuenca de Veracruz se identificaron recursos de gas y condensado, gas no asociado, además de una continuidad geológica en la Plataforma de Córdoba y el borde arrecifal hacia el sureste. 

El Golfo de México aporta con aceite ligero y gas en plays probados del Terciario, Mioceno, Oligoceno y Eoceno subsalinos, y las Cuencas del Sureste concentran aceite, gas y condensado en plays (zonas geológicas con petróleo o gas) Mesozoicos, Terciarios y subsalinos, así como en plays hipotéticos como el Oxfordiano en el área terrestre.

“Por el tipo de materia orgánica presente en las rocas generadoras, así como por su evolución geológica, la Cuenca Tampico-Misantla es más propensa a contener hidrocarburos líquidos, mientras que las cuencas de Sabinas y Burgos son más propensas a contener gas seco y localmente gas húmedo y aceite ligero”, señala el análisis técnico.

Rodríguez Padilla. "Potenciar los programas de producción mediante contratos mixtos". Foto: Montserrat López

Pemex sostiene que este tipo de yacimientos no convencionales podrían ser clave para revertir el declive productivo que enfrenta el país desde hace más de una década. Como referencia, menciona los casos de Estados Unidos y Argentina, donde el fracking ha transformado sus mercados energéticos, “si se establecen esquemas de ejecución que favorezcan la inversión privada en la exploración y explotación de estos recursos”.

Tres ejes para una nueva era extractiva

La estrategia exploratoria de Pemex está sustentada en una serie de objetivos extractivos: primero, materializar el potencial remanente de los plays convencionales. Para ello, se continuará con la adquisición y procesamiento sísmico de última generación, lo que permite detectar estructuras a profundidades de hasta ocho mil metros.

Segundo, se investigarán nuevos conceptos exploratorios en áreas alejadas o con modelos geológicos hipotéticos. También se solicitan nuevas asignaciones para fortalecer el portafolio exploratorio, especialmente en áreas subexploradas o con mayor riesgo, pero también mayor recompensa geológica.

Así como retomar la evaluación e incorporación de áreas con yacimientos de geología compleja y frontera. Se ejecutarán proyectos en zonas prioritarias y se evaluarán nuevos esquemas de contratación con terceros para compartir riesgos técnicos y financieros.

Y se dará prioridad a tirantes profundos y zonas remotas buscando evitar que Pemex asuma todos los riesgos en solitario.

La batalla de AMLO contra el fracking

Sin embargo, el impulso del fracking de la presidenta Sheinbaum choca de frente con el legado “ambientalista” del expresidente Andrés Manuel López Obrador. En 2024, durante su último año de gobierno, presentó una iniciativa de reforma constitucional orientada a garantizar el derecho a un medio ambiente sano, a la alimentación y al agua. En ese paquete incluyó una propuesta de prohibición expresa al uso del fracking con agua como fluido base.

Entre los objetivos de la iniciativa destaca el de “impedir prácticas que dañan el medio ambiente y la salud de la población mediante la prohibición de las actividades de minería a cielo abierto y del fracturamiento hidráulico (fracking) con agua como fluido base, para la extracción de hidrocarburos”.

Manifestación de 2023. Foto: Regina López / AMCF

La reforma planteaba modificar el párrafo séptimo del artículo 27 constitucional para frenar cualquier posibilidad de otorgar contratos que autoricen este tipo de extracción, tanto para hidrocarburos líquidos como gaseosos.

¿Qué es el fracking y por qué genera tanta controversia?

La técnica consiste en perforar un pozo vertical hasta alcanzar la formación rocosa que contiene gas o petróleo. Luego, se realizan perforaciones horizontales que pueden extenderse varios kilómetros a través de la lutita. 

A través de estos ductos se inyecta a presión una mezcla de agua, arena y sustancias químicas, lo que detona la fractura de la roca y permite liberar los hidrocarburos atrapados en sus poros.

De acuerdo con la Alianza Mexicana contra el Fracking, el proceso tiene un problema estructural, la producción no se mantiene constante:

Este flujo disminuye muy pronto, por lo cual es necesario perforar nuevos pozos para mantener la producción de los yacimientos. Por ese motivo la fracturación hidráulica conlleva la ocupación de vastas extensiones de territorio.

Los impactos ambientales también son significativos. Uno de los más preocupantes es el uso intensivo de agua. Para fracturar un solo pozo se requieren entre nueve y 29 millones de litros de agua; una demanda insostenible en estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, donde la disponibilidad hídrica ya es limitada.

Además existe un riesgo comprobado de contaminación. En Estados Unidos se han documentado más de mil casos de afectaciones a fuentes de agua vinculados directamente con el fracking. 

Fracking. Ambicioso plan para salvar a Pemex. Foto: Facebook / Alianza Mexicana contra Fracking 

Se han identificado al menos 750 sustancias químicas diferentes en los fluidos utilizados, entre ellas productos altamente tóxicos como metanol, benceno, tolueno, etilbenceno y xileno.

También hay efectos sobre la salud. De acuerdo con la Alianza, al menos 25% de los compuestos empleados pueden causar cáncer o mutaciones genéticas, 37% afectan el sistema endocrino, 40% pueden generar alergias y 50% dañan el sistema nervioso.

Durante el proceso de extracción se emiten importantes cantidades de gases de efecto invernadero; 90% de las emisiones corresponde a metano, un gas con un potencial de calentamiento global hasta 80 veces superior al dióxido de carbono. 

También se liberan otros contaminantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles.

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