Arte

Sandra Cuevas, mecenas cultural ¿arte o propaganda?

En la galería de la política hay al menos dos obras millonarias; Quetzalcóatl de Rufino Tamayo con un precio de 1.5 millones de pesos, cuya propietaria es Cuevas y un óleo sobre cartón del artista Manuel Pujol, su valor es de 3 millones de pesos. 
martes, 17 de junio de 2025 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los críticos argumentan que es una fachada, un intento de suavizar una figura pública utilizando este espacio para proyectar una imagen que oscila entre la mecenas cultural y la estratega política; la política, siempre un crisol de pasiones y controversias, ha encontrado en los últimos meses un nuevo e inesperado foro de discusión: la Galería de Arte de Sandra Cuevas.

Desde su inauguración, la galería ha generado más titulares por su controvertida propietaria que por las obras que alberga. Cuevas asegura a Proceso que ella es únicamente propietaria del 20% de lo que está en el lugar, el otro 80% le pertenece a los artistas o a los coleccionistas que las "prestan". Los precios oscilan entre los 300 y los 50 mil dólares. En el lugar hay al menos dos obras millonarias; Quetzalcóatl de Rufino Tamayo con un precio de 1.5 millones de pesos, cuya propietaria es la política y un óleo sobre cartón del artista Manuel Pujol, su valor es de 3 millones de pesos. 

Una obra de Felguerez, Pujol, Coronel y Tamayo.

"No hay necesidad de seguridad. Hay un sistema de vigilancia que está conectado a una central policial. Si algo ocurre en menos de cinco minutos llegan las patrullas", dice Cuevas al ser cuestionada. 

Entre las piezas centrales destacan una litografía de "El salvaje Tristán" numerada de Salvador Dalí, un cuadro de Manuel Felguerez, dos pinturas de Rafael Coronel, una pintura de Rufino Tamayo, una reproducción de "El caballito" del escultor Sebastian y un dibujo sin título atribuido a Leonora Carrington. 

Cuevas y las obras.
Fotografía: José Manuel Jiménez.

Su equipo de comunicación, asegura que la pasión por el arte proviene de leerle libros de pintura a su hermana Daniela, quien falleció a causa del cáncer. La exalcaldesa Cuauhtémoc recita el mismo discurso: "empezó en la universidad, donde tomé clases de pintura".

En 2021 mientras Cuevas iniciaba su campaña para ganar la alcaldía Cuauhtémoc, las primeras notas referían que había administrado una galería de arte llamada 11:11 en la colonia Condesa, que aseguró, en su momento, la había dejado cuando inició su carrera política. Proceso realizó una revisión, pero no pudo documentar la existencia o referencias hemerográficas de una galería con ese nombre durante el periodo mencionado. 

Quetzacóatl de Rufino Tamayo.
Fotografía: Rodrigo Hernández López

Desde su inauguración a finales de mayo, habían sido compradas menos de 10 obras. El curador engargado del lugar es Ricardo Camacho, juez de la Academia Mundial de Arte y quien realizó la curaduría del Festival Internacional Da Vinci en Ciudad Victoria, cuya inauguración realizó el gobernador Américo Villareal.

Desde que dejó la alcaldía en 2024, Cuevas ha sido señalada de desvío de recursos, acusaciones que ella niega y que dice, podrá probar únicamente si es llamada a declarar: hasta el momento no se sabe de la existencia de una investigación formal en la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. 

¿De dónde obtiene los recursos para la galería? se le cuestiona a  Cuevas. 

-Una red de empresarios que me apoya y confía en mi-, responde. 

La ahora vendedora de arte, formó Sandra Cuevas Diamond Group, S.A. de C.V., a través de la marca registrada #SandraCuevasMR2T, una estructura multiempresarial con giros empresariales que incluyen entretenimiento, dulcería, belleza y salud, línea de cosméticos, agencia de viajes, souvenirs, agua embotellada, tequila y asesoría política y que es la base de su financiamiento. 

Las acusaciones de corrupción, extorsión y un presunto saqueo de 121 millones de pesos durante su gestión continúan presentes. Cuevas asegura que no tiene que responder mentiras y calumnias e insiste que no hay una investigación formal. 

Libros de arte.
Fotografía: Rodrigo Hernández López

¿Se trata de un genuino intento por fomentar el arte y la cultura o es una extensión más de la marca personal de Sandra Cuevas, una plataforma para perpetuar su presencia en el imaginario colectivo?

Los críticos desdeñan la iniciativa y argumentan que la galería es una fachada o hacen señalamientos de lavado de dinero. Apuntan a la falta de una línea curatorial clara y a la constante presencia de la figura de Cuevas en la narrativa de la galería como pruebas de su naturaleza propagandística. Hace apenas unos días estuvo como invitado de honor el empresario Carlos Alazraki, uno de los principales críticos del gobierno y de quien se especula, podría ser uno de sus aliados en el futuro proyecto político que anunciará en los próximos días. 

Una escultura de Fernando Andriacci valuada en 8 mil dólares.
Fotografía: Rodrigo Hernández López

El espacio, de diseño moderno y dinámico, busca ser más que una galería convencional. Según su página oficial, ofrece subastas con causa, empeño de obras y renta de espacios para exposiciones, además de talleres de pintura para adultos mayores e infantes. Su cronograma, anunciado días después, incluye “Martes literarios” con círculos de lectura, “Miércoles de exposiciones” y “Sábados familiares” con talleres de acuarela y alebrijes, abiertos de 9:00 a 19:00 todos los días.

La galería, parte del conglomerado Sandra Cuevas Diamond Group, no es solo un proyecto cultural, sino el primero de diez negocios con los que Cuevas planea financiar su regreso a la política. “Fundar un partido es caro”, confesó el día de la inauguración, mientras acusaba a Morena, la Alianza y Movimiento Ciudadano de cerrarle las puertas.

Cuevas, con su formación en Comercio Internacional y una maestría en Derecho Fiscal, Derechos Humanos y Constitucional, se presentó como una conocedora del arte, aunque su video explicando cómo criticar una obra –“observar colores fríos o cálidos, los símbolos, las texturas”– fue objeto de burlas en redes sociales. “No se critica con emociones, sino con razón”, aleccionó, mientras los críticos cuestionaban la autenticidad de su colección, valuada en 1.5 millones de pesos según declaraciones patrimoniales de 2022, y su repentina pasión por el arte tras una gestión marcada por el retiro de rótulos populares en Cuauhtémoc.

El arte abstracto predomina en el local de la calle Gutenberg 39. En una esquina del lugar, apenas perceptible, una biblia reposa. Cuevas asegura que es una "protección". Esta práctica es común entre los católicos y cristianos, quienes la colocan para "honrar la palabra de Dios". 

Fotografía: Rodrigo Hernández López

 

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