Delincuencia organizada

La ley del miedo gobierna Michoacán: Impuestos criminales que asfixian

La extorsión a productores agrícolas, comerciantes y empresarios en Tierra Caliente representa un cobro de impuesto alterno que trastoca la economía de la región, pues obliga a los afectados a elevar sus precios entre 20 y 40 por ciento.
miércoles, 5 de noviembre de 2025 · 05:00

(Tercera de tres partes)

Uno de los grupos delincuenciales que someten a los pobladores de Tierra Caliente es Los Blancos de Troya, liderado por César Sepúlveda Arellano, el Botox, quien junto con miembros de su familia controla desde hace tres años las actividades económicas de la región, a veces en alianza con otros grupos. En su haber figuran varios asesinatos, como el del exlíder de los grupos de autodefensa, Hipólito Mora Chávez, en 2023, y, el más reciente, del líder limonero Bernardo Bravo.

César Sepúlveda Arellano comenzó su carrera delictiva como colaborador de Nicolás Sierra Santana, alias el Coruco, líder de Los Viagras, y luego se volvió aparentemente su rival, aunque informes de inteligencia criminal consideran que estos grupos criminales hacen frecuentemente acuerdos y alianzas con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Blancos de Troya.

Los Blancos de Troya, por su parte, comenzaron como una célula delictiva pequeña, pero con armamento militar poderoso que los hizo convertirse en el brazo armado y sanguinario de Los Viagras, aunque luego fueron adquiriendo autonomía hasta volverse una célula con relevancia, sobre todo por su poder económico derivado del cobro de “impuestos criminales”, producto de la extorsión y la cuota de hasta cuatro pesos que exigen por la siembra, recolección y venta de cada kilo de limón.

Pero también cobran extorsión por la venta de pollo, tortilla, carne, gasolina, refresco y otros productos que mantiene a la población civil temerosa, pero sin poder presentar denuncias formales debido a que, por una parte, los litigios no prosperarán y, por la otra, quienes denuncian se hacen visibles a los cárteles, por la fuga de información de la policía municipal y estatal.

Cada día, según reportes de seguridad, llegan a mover y registrar hasta 2.5 toneladas de carne como pago de cuota para no quemar el lugar y llegan a cobrar por establecimiento de 50 y hasta 100 mil pesos por cada uno al mes.

Aunque no hay una cifra exacta de lo que implica la extorsión en esta región, fuentes oficiales y organizaciones calculan que a diario los grupos criminales podrán estar “cobrando” más de un millón de pesos por concepto de cuotas.

Además de la extorsión que ejercen Los Blancos de Troya, principalmente contra comerciantes de pollo y carne, se cobra piso a gasolineras, tiendas de barrio, expendios de cerveza y tortillerías, que se ven en la necesidad de incrementar sus precios hasta en un 20 y 40% para solventar el impuesto criminal de los extorsionadores.

De acuerdo con una revelación de Guacamayas Leaks, lo recaudado por la extorsión de las células delictivas se lava y regresa al comercio legal mediante la apertura de negocios que sirven de fachada para blanquear el dinero y comprar armas.

Aguacateros Expolio millonario. Foto: Cuartoscuro.

En fechas recientes los grupos criminales también han probado como estrategia criminal la colocación de minas personales en parcelas de limoneros o bombas de fabricación casera arrojadas desde drones sobre los ranchos o casas de quienes no les quieren pagar la cuota, o bien como medida y mensaje para grupos rivales para marcar su territorio.

La extorsión la ejercen todos los grupos criminales y se dividen entre sí los sectores: por ejemplo, Los Blancos de Troya controlan la venta y distribución de pollo y carne, el Cártel de Jalisco las minas y las gasolinerías, y otra parte de las gasolineras incluso se las han apropiado Los Viagras o el propio Cártel Jalisco.

Es tan clara la división del mercado y los sectores que incluso un miembro de un cártel no puede cargar combustible en la gasolinera de un grupo rival.

Lo mismo ocurre con las tortillerías: a estos establecimientos les dicen qué día y cuánto tiempo pueden abrir o cerrar, y les imponen el precio del kilo de maíz y de tortilla.

La venta de refresco y cerveza es controlada por el Cártel de Jalisco y una parte de Los Blancos de Troya, que pugna constantemente por quedarse con la mayor parte de los comercios.

En varios intentos por atrapar al Botox las autoridades policiacas del estado y la federación sólo han podido capturar a sus familiares y colaboradores más cercanos. El 23 de octubre último fue aprehendida una mujer identificada como Esmeralda “N”, bajo cargos de extorsión del sector agrícola; ella presuntamente es pareja sentimental del Botox.

La captura ocurrió en la comunidad de Cenobio Moreno, en un operativo conjunto entre elementos de la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional y Civil, según se reportó.

En junio detuvieron a Cirilo Sepúlveda, hermano de César, durante un operativo de la Guardia Nacional que desató bloqueos y quema de vehículos en Apatzingán y Buenavista.

Y en febrero de este mismo año fueron detenidos Gerardo Valencia Barajas, alias el Señor de la Silla –señalado como extorsionador del sector limonero y aguacatero– y su pareja Joana Lizbeth Sepúlveda Valencia, hija del Botox; ambos enfrentan cargos por delitos de homicidio y delincuencia organizada.

César Sepúlveda Valencia, el hijo mayor del Botox, fue detenido en octubre de 2024.

Mientras que Nicolás Sierra Santana, apodado el Coruco, el Corupo o el Gordo y líder de Los Viagra, está fichado por Estados Unidos por su relación con la célula criminal de Cárteles Unidos, aunque en noviembre de 2024 Los Viagras encabezaron una cumbre e hicieron una alianza con el Cártel de Jalisco y los Blancos de Troya que derivó en una unión de cárteles que se hizo llamar Cártel Michoacán Nueva Generación.

Información en poder de Proceso resalta que Cárteles Unidos, y sus remanentes, estarían conformados actualmente por un bastión que sobrevive de Los Caballeros Templarios, el Cártel de Tepalcatepec de José Juan Farías, alias el Abuelo Farías, y las células delictivas del municipio de Los Reyes; estas últimas, en desacuerdo con la alineación de los grupos con el CJNG.

El Abuelo Farías, por su parte, mantiene en el estado su alianza con Los Chapitos del Cártel de Sinaloa, que han mostrado interés en fortalecer a los Cárteles Unidos y a un discreto, pero poderoso narcotraficante llamado Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias el Migueladas, buscado por la DEA.

______________________________________

Fragmento del reportaje publicado en la edición 0029 de la revista Proceso, correspondiente a noviembre de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.

Comentarios