Ciencia
Primera astronauta mexicana rescata agenda espacial; leyes en la materia tienen seis años atoradas
“No hay permisos para lanzar (cohetes) desde México. Simplemente no existen. Si se crearan las condiciones adecuadas, muchos jóvenes mexicanos optarían por quedarse”, dice Katya Echazarreta González en entrevista con Proceso.CUERNAVACA, Mor (Proceso).– “Nos han hecho creer que no podemos, pero ya basta”, dice Katya Echazarreta González, primera astronauta mexicana en viajar al espacio. Ella está convencida de que la ciencia no debe ser un privilegio ni estar sujeta a intereses políticos o empresariales y sostiene que “es hora de que, quienes realmente saben del tema tomen las decisiones sobre el rumbo científico y tecnológico de México”.
A sus 26 años hizo historia en junio de 2022 al integrarse a la misión NS-21 del Blue Origin, impulsada por Space for Humanity. Después de esta participación, se ha consolidado como una de las voces más influyentes en la promoción de una política científica con enfoque social.
Su participación en foros internacionales y el liderazgo de su Fundación Espacial reflejan que la visión de esta joven trasciende el logro personal: busca transformar la manera en que México concibe la ciencia y abrir camino en espacios históricamente negados a niñas y mujeres.
En entrevista con Proceso, realizada en el Museo de las Ciencias de Cuernavaca durante el Campamento Aeroespacial “Misión Código Europa 2025”, la ingeniera eléctrica, excolaboradora de la NASA y presidenta de la Fundación Espacial, habla de su meta: que su historia como la primera mexicana en ir al espacio no sea una excepción. “Puede que yo sea la primera, pero no quiero ser la única ni la última”.
Nacida en Guadalajara e hija de madre originaria de Civac, Jiutepec, se formó en universidades como UCLA, Johns Hopkins y George Washington. A los 26 años fue seleccionada para participar en una misión espacial entre más de siete mil aspirantes de 120 países. Desde niña tuvo claro su sueño, “siempre lo sentí, siempre lo supe. Mi mamá dice que de bebé yo volteaba hacia las estrellas y las quería agarrar”.

Su camino no fue sencillo. Reconoce que las becas fueron decisivas para sostener sus estudios y apoyar a su familia: “Sin mis becas yo no puedo estudiar. Ese es un hecho”. Por eso está convencida de que el éxito no tiene sentido si no se traduce en oportunidades para los demás.
La historia familiar también marcó su destino: sus padres emigraron a Estados Unidos para atender a su hermana mayor, quien desde bebé vive con parálisis parcial, epilepsia y un desarrollo mental infantil. Aquella decisión abrió el camino que permitió a Katya crecer y mantener vivo el sueño que hoy la sigue guiando: alcanzar las estrellas.
Impulso desde Morelos
Como presidenta de la Fundación Espacial, Karla llevó a Morelos la segunda edición de sus campamentos aeroespaciales, acercando a niñas y niños a la ciencia y la tecnología en esta industria.
“Los campamentos se llevan todo mi corazón... estos jóvenes van a decidir el futuro y sólo están esperando una oportunidad. Son niños que han soñado con las estrellas, pero les han dicho que es imposible. Este proyecto dice: claro que no; nosotros creemos en ustedes y si nadie ha creído en ti, nosotros vamos a creer el doble o el triple”.
El impacto se nota rápido. “Muchos de estos niños muestran un cambio evidente”, comenta.
Morelos fue elegido para esas actividades por la conexión familiar de Echazarreta: “Mi mamá nació aquí… quería darle a estos niños la oportunidad que no se le dio a mi mamá”.

Desde su fundación, Echazarreta trabaja en tres ejes: regular lanzamientos desde México, generar empleos y desarrollar capacidades técnicas. “Necesitamos oportunidades reales para que puedan trabajar con tecnología espacial y lograrlo desde su país”.
Reformas estancadas
Durante su visita a Morelos la astronauta Katya Echazarreta destacó la urgencia de construir un ecosistema espacial propio en nuestro país. “En México hay actividad espacial, pero está concentrada en manufactura. Las patentes y desarrollos tecnológicos no son mexicanos ni están pensados para el talento nacional”, expone.
Asegura que el país cuenta con talento, recursos e interés, pero enfrenta limitaciones estructurales.
“No hay permisos para lanzar desde México. Simplemente no existen. Si se crearan las condiciones adecuadas, muchos jóvenes mexicanos optarían por quedarse. Si lo hacemos, no nos van a poder parar”, dice.
Expone que la aprobación de la reforma espacial y sus leyes secundarias serán determinantes para atraer inversión y garantizar empleos calificados. “Hay empresas y países que están esperando esta reforma para venir a México. Pero si no tenemos talento especializado, traerán su propio personal”, advierte.
Echazarreta considera que la presidencia de Claudia Sheinbaum representa una oportunidad estratégica. “Tener a una presidenta con formación científica significa que la agenda espacial puede recibir la atención que requiere. Es un momento clave para que México priorice sus capacidades y desarrolle un ecosistema propio”.
La reforma busca otorgar al Congreso la facultad de legislar en la materia y establecer las bases para impulsar el desarrollo espacial nacional. “No se puede jugar si no hay reglas o si no se entienden. Eso es lo que falta en México”, y recuerda que la iniciativa está pendiente de votación en el Senado.
Fui invitada al Congreso y al Senado para hablar con legisladores sobre el tema. La reforma lleva seis años, y yo la impulso activamente.
Con su experiencia en la NASA y su labor de promoción científica, Echazarreta insiste en que México tiene la oportunidad de integrarse al desarrollo tecnológico global si genera las condiciones adecuadas y apuesta por la educación espacial.

Oportunidades
La astronauta afirmó que México vive un momento clave para avanzar hacia la autonomía tecnológica, tras años de depender de otras naciones, especialmente de Estados Unidos.
Explicó que, aunque gran parte de la tecnología se ensambla en el país, muchas piezas se importan y luego se exportan, lo que encarece los costos. “Cuando finalmente pagamos por el equipo que vamos a utilizar, ya lleva porcentaje sobre porcentaje, aunque aquí se construyó”, detalla.
Recuerda que gran parte del mundo ha dependido históricamente del desarrollo y los conocimientos de la NASA, pero advierte que esa dependencia es riesgosa. En ese sentido, menciona que decisiones tomadas durante el gobierno de Donald Trump afectaron áreas clave de la agencia espacial.
Dependíamos mucho como nación y como mundo de la tecnología de la NASA y de sus conocimientos. México tiene una oportunidad increíble en este momento porque por muchos años dependíamos de otros países, países con los cuales teníamos una buena relación, pero no podemos confiar siempre en esa buena relación y no desarrollar nuestra propia tecnología para poder ser soberanos, hablando de, por ejemplo, nuestros satélites de comunicaciones y de toda la tecnología necesaria para el día a día.
Siguiente misión
Echazarreta también adelanta un poco sobre sus próximos pasos en la Tierra con miras al espacio. Se concentra en su próxima misión, un proyecto en desarrollo que requiere preparación técnica, física y coordinación con equipos internacionales.
“No podemos dar más información por el momento, pero tan pronto como sea posible, compartiremos todos los detalles”.
La astronauta asegura que esa misión será una oportunidad para aplicar todo lo aprendido y continuar inspirando a nuevas generaciones de científicos e ingenieros en México.
Paralelamente, impulsa proyectos educativos y la creación de centros de investigación mexicanos para cerrar la brecha entre la formación académica y la industria espacial.