Iglesia católica
Desde la Basílica de Guadalupe, Sheinbaum da inicio al programa de desarme
A diferencia de su antecesor, la presidenta se unió a la cúpula de la Iglesia católica en México para promover el programa “Sí al desarme, sí a la paz”.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A diferencia de su antecesor, entre las primeras acciones de la presidenta Claudia Sheinbaum fue un acuerdo con la Iglesia católica para el arranque del programa “Sí al desarme, sí a la paz”, para disminuir los índices de violencia en el país.
En el atrio de la Basílica de Guadalupe, la mandataria federal estuvo acompañada por los religiosos monseñor Efraín Hernández, rector de la Insigne Basílica de Guadalupe, monseñor Salvador González, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, y monseñor Héctor Mario Pérez, obispo auxiliar de México y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
La imagen de la presidenta en el principal templo mariano del México contrasta con los últimos desencuentros que tuvo el Estado mexicano, representado por Andrés Manuel López Obrador, sobre todo, al hablar de la violencia y de la democracia en el país.
“Hay veces que la jerarquía de la iglesia tiene más simpatía por los potentados, por los ricos, muy contrario al sentimiento, a la esencia del cristianismo, porque Jesús Cristo siempre estuvo a favor de los pobres”, fue una de las últimas declaraciones del exmandatario de origen tabasqueño.
Este viernes, la presidenta Sheinbaum Pardo, entre sus primeras palabras, estuvo el agradecimiento “a los representantes de la Iglesia católica, a las autoridades. De verdad, muchas gracias por compartir este gran programa”.
A 100 días de su gobierno, la jefa del Ejecutivo federal aseguró que está comprometida con la construcción de la paz. “Lo que haga falta por llevar seguridad, paz a cada rincón de cada lugar, de cada municipio, de cada estado de nuestro país”.
En el evento de este viernes expuso los cuatro ejes fundamentales de su estrategia de seguridad y al hablar del primero, que es la atención a las causas, lanzó un mensaje sobre las armas:
“¿De qué sirven las armas? Las armas es un símbolo de la violencia, es un símbolo de la muerte; armadas están las Fuerzas Armadas, pero no queremos que tenga un arma ninguna familia y menos si sabemos que alguien está dedicado a la violencia o que se ha acercado a un grupo delictivo”.
El compromiso de “este programa consiste en que, sin investigar a nadie, si hay un arma en el hogar, se entregue, se reciben recursos económicos a cambio y el arma se destruye. Ese es el objetivo de este programa, desarmar, que no haya armas en nuestro país” y que los y las niñas tampoco tengan juguetes bélicos, por lo que también los cambiarán por juegues didácticos.
“¿Para qué enseñar a nuestros hijos o a nuestras hijas algo que tenga que ver con la violencia?” cuestionó la presidenta.
Habló del segundo eje: consolidación de la Guardia Nacional; del tercero: inteligencia e investigación; y se detuvo en el cuarto eje, que es la coordinación entre todas las fuerzas federales y locales; para la construcción de la paz, incluyó las sedes religiosas:
“Por eso, hoy agradecemos estar aquí en este lugar tan simbólico, en la Basílica de Guadalupe. Agradecemos por eso a las autoridades de la Iglesia católica en esta construcción de la paz”, expresó.
La mandataria federal dijo que este programa hará historia como también se hace por “la transformación que estamos llevando a cabo”, por la elección judicial, y porque por primera vez gobierna una mujer.
Cerró con una frase del papa Francisco: “`No es lícito —es decir, no se vale, no está bien— que nadie mire de arriba a abajo a nadie. Todos somos iguales. La única forma lícita de mirar a alguien de arriba a abajo es cuando uno le da la mano para levantarse´”.
Monseñor Hernández Díaz reconoció que “nuestro país necesita vivir en paz y, sin duda, nuestras autoridades están haciendo bien su trabajo. Gracias. Este es un día histórico porque la presencia de la ciudadana presidenta de México nos da testimonio de su preocupación y de su interés de llevar a México a esta condición de unidad, solidaridad y paz”.
Invitó a reconstruir el tejido social entre todos los sectores: gobierno, iglesia y sociedad.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, destacó que la política de atención a las causas, el fortalecimiento de la Policía en la capital del país, la coordinación interinstitucional, así como esta estrategia de desarme voluntario, logró la disminución de delitos de alto impacto del 57 por ciento, de 2019 a 2024.
Reconoció que es un modelo que obtuvo estas cifras gracias a la hoy presidenta Sheinbaum, al mando en la CDMX, así como a la hoy secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y el de Seguridad a nivel federal, Omar García Harfuch, y destacó que este modelo ahora se replique a escala nacional.
En 2018, en la Ciudad hubo mil 922 lesiones dolosas de arma de fuego, 5.3 lesiones por arma de fuego al día; en 2024, bajó a 628 lesiones, es decir, 67 por ciento de disminución de este delito. En 2019 había 4 homicidios diarios en la Ciudad, y con esta estrategia para 2024 el promedio diario fue 2.4, es decir una reducción de 40 por ciento.
“Cada arma canjeada en este proyecto representa un delito menos en el país, una vida salvada, una familia que no pierde a un ser querido o una lesión menos, un feminicidio menos”.
Al final expresó su apoyo a la mandataria federal: “Quiero aprovechar la ocasión para decirle a la presidenta que estamos con ella en la defensa de nuestro pueblo, de nuestro país y de nuestra soberanía”.
Rosa Icela Rodríguez dijo que “todos queremos estar tranquilos en el país y parte de la estrategia para tener tranquilidad es esta acción que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum. Por eso, estamos congregados el día de hoy en esta apuesta por la paz”.
También apuntó a que además de los sitios para el intercambio de armas para su inmediata destrucción, van a ir casa por casa para invitarlos, y sumarán a otras iglesias.
“Lo mismo estaremos haciendo con líderes de las distintas denominaciones evangélicas y de otras Iglesias que quieran ser parte de esta estrategia nacional por el desarme, para que nos ayuden a convencer a las personas que es un verdadero peligro tener un arma de fuego en sus hogares, porque se pone en riesgo la vida y la salud de todas y de todos. Las armas de fuego no resuelven conflictos, los agravan”.
Finalizó con el argumento de que “cada arma que se recibe en los módulos de canje representa un delito menos o una lesión menos. No queremos que la gente, por accionar estos artefactos, vaya a dar a la cárcel (…) nuestro México, no está condenado a la guerra, México está destinado a la paz”.