MANILA, Filipinas (AP) — Tropas filipinas mataron a siete guerrilleros comunistas en una ofensiva el domingo en una provincia central y perseguían a varios más, en un nuevo estallido de una insurgencia iniciada hace décadas y que, según el ejército, está al borde del colapso.

Fuerzas del ejército mataron a dos guerrilleros del Nuevo Ejército Popular en un enfrentamiento la semana pasada en la provincia de Masbate y luego alcanzaron a los insurgentes que huían, temprano este domingo, en las zonas remotas del municipio de Uson, donde mataron a siete de ellos en un tiroteo de 30 minutos, dijo el mayor Frank Roldan de la 9 División de Infantería del ejército.

Los soldados recuperaron siete rifles de asalto y dos lanzagranadas en el lugar de la batalla. Al menos ocho rebeldes lograron huir en diferentes direcciones y estaban siendo perseguidos, dijo Roldan.

"Estamos en el empuje final", dijo Roldan a The Associated Press por teléfono, afirmando que quedan unos 50 guerrilleros armados en la provincia insular, una región agrícola empobrecida de más de 900 mil personas.

El jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, el general Romeo Brawner Jr., dijo la semana pasada que quedan menos de 900 rebeldes, principalmente en regiones rurales del este, de la fuerza insurgente estimada en 25 mil en el apogeo de la insurgencia de 56 años, una de las rebeliones más antiguas de Asia.

Mermadas por derrotas en batalla, rendiciones y luchas internas, las fuerzas guerrilleras "están al borde del colapso", dijo el general de brigada Medel Aguilar, subcomandante del Servicio de Relaciones Civiles del ejército.

Las conversaciones de paz, mediadas por Noruega, colapsaron durante el mandato del anterior presidente, Rodrigo Duterte, después de que ambas partes se acusaran mutuamente de continuar con ataques mortales a pesar de las negociaciones.