Estados Unidos

Estados Unidos elige reparar su relación con Moscú y abre grieta con Europa

Los líderes de Europa, que han brindado apoyo a Ucrania –junto a la OTAN y Estados Unidos– durante casi tres años de guerra con Rusia, buscaban de manera oficiosa cómo responder a Washington, que excluyó a sus aliados de una negociación sobre el destino de Ucrania.
miércoles, 19 de febrero de 2025 · 15:27

CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- La decisión de Washington de iniciar negociaciones con Rusia para reparar las tensiones y poner fin de la guerra en Ucrania, al margen de la Unión Europea y de Kiev, provocó reacciones en todo el continente, que ve cerca el colapso de la alianza entre Estados Unidos y Europa, vigente desde el fin de la II Guerra Mundial 

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, convocó el martes una segunda reunión de jefes de Estados de Europa para debatir y buscar consenso en aras de una posición común sobre el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania.  

La primera cita, anunciada el domingo con carácter de urgencia y casi a contrarreloj, incluyó apenas a un puñado de líderes europeos, que acudieron el lunes al Palacio del Elíseo, a pedido de Macron, en respuesta al inicio de otra serie de reuniones que ocurriran en Riad, Arabia Saudita, entre Estados Unidos y Rusia. 

La decisión de la administración del presidente estadunidense, Donald Trump, de sentarse en la misma mesa con Rusia para discutir el fin de la guerra en Ucrania de manera unilateral –sin Kiev y sin la Unión Europea– provocó la reacción rápida del presidente francés, que congregó en pocas horas a los líderes de Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos, Dinamarca, la OTAN y la Unión Europea, para tratar la situación en Ucrania.

Los líderes de Europa, que han brindado apoyo a Ucrania –junto a la OTAN y Estados Unidos– durante casi tres años de guerra con Rusia, buscaban de manera oficiosa cómo responder a Washington, que excluyó a sus aliados de una negociación sobre el destino de Ucrania; el futuro de los territorios ocupados por Rusia durante la guerra y que decretó la negativa al ingreso de Kiev en la OTAN y, además, anunció que reiniciaría relaciones con Moscú. 

 

Francia y Macron buscan liderazgo de la UE 

Al convocar la reunión del lunes, Macron reforzó su apuesta por convertirse en la voz líder de Europa sobre la guerra en Ucrania y la seguridad del bloque. Un puesto en el que Alemania ha sido relegada, tras el debilitamiento político del canciller Olaf Scholz, cuyo mandato podría acabar el fin de semana, tras figurar tercero en las encuestas en unas elecciones que lidera la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU).  

Con Reino Unido fuera de la UE y una Italia más cerca de Trump, Macron ha surgido como el líder de facto del grupo, en un esfuerzo por la autonomía estratégica. 

Si las fracturas en las relaciones entre Estados Unidos y Europa eran parte de un augurio durante la campaña presidencial estadunidense, la materialización del regreso de Trump a la Casa Blanca las hizo patentes. 

El presidente estadunidense prometió que lograría el fin de la guerra en las primeras 24 horas de su mandato y anunció su deseo de comprar Groenlandia, un territorio que ha sido parte de Dinamarca durante siglos, provocando una ola de reacciones ante las ambiciones expansionistas.

“La verdad es que Emmanuel Macron ya en el primer mandato había sido bastante firme y tuvo su impasse con Trump y ahora evidentemente el enfrentamiento es mayor, ante un Trump con una actitud más disruptiva y mucho más agresiva hacia Europa y que está cruzando lo que se consideraban líneas rojas que no se había visto a un presidente estadunidense transgredir desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ni demócrata ni republicano”, afirmó Paulina Astroza, doctora en Ciencias Políticas y Sociales y directora del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Concepción, en Chile. 

Antes de las elecciones en Estados Unidos y, especialmente, tras el primer debate entre Trump y Biden, los líderes europeos anticipaban que una posible vuelta de Trump a la Casa Blanca tendría consecuencias impredecibles, con foco en la OTAN y la reiterada demanda de Trump de exigir a Europa cumplir con la meta del gasto de 2% del PIB en defensa so pena de abandonar la alianza. 

 

Una fractura a cuentagotas 

Con apenas cuatro semanas en el cargo, las diferencias entre la administración Trump y Europa se han multiplicado y hecho más profundas. El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, de visita en Europa, afirmó el 12 de febrero desde Bruselas que Ucrania debía hacer concesiones para alcanzar el fin de la guerra: 

“... debemos empezar por reconocer que volver a las fronteras que tenía antes de 2014 es un objetivo poco realista. Perseguir este objetivo ilusorio sólo prolongará la guerra y causará más sufrimiento.Estados Unidos no cree que la membresía de Ucrania en la OTAN sea un resultado realista de una solución negociada”, afirmó Hegseth, que ya mostraba el grado de las concesiones que Estados Unidos estaba en disposición de hacer en favor de Rusia. 

Hegseth afirmó, además, que “todo estaba sobre la mesa” para poner fin a la guerra, también habló de reducir los costos de energía y de aplicar “de manera más eficaz” las sanciones energéticas impuestas a Moscú, dando por tierra con las condiciones establecidas por Ucrania y la UE, de devolver los territorios bajo control ruso o llegar a un canje.  

La anexión de territorio ucraniano por parte de Rusia es una violación al derecho internacional. Una que ya fue quebrada sin consecuencias cuando Rusia se anexó Crimea en 2014.

El segundo golpe a las relaciones vino cuando Trump anunció que había sostenido una conversación telefónica de 90 minutos con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la que se habría discutido forzar la convocatoria de elecciones en Ucrania tras el fin del mandato de Zelenski, quien ha permanecido en el cargo por la guerra.

“Por un lado Estados Unidos cuestiona la anulación de las elecciones en Rumanía –decisión que se tomó tras informes de inteligencia que apuntaban a interferencia rusa– pero además exige tras hablar con Putin que se realicen nuevas elecciones en Ucrania, porque Putin no reconoce como interlocutor a Zelenski, cuyo mandato terminó pero que, por cuyas elecciones han sido pospuestas por causa del estado de guerra. Es decir, Putin hace demandas, cuando no ha cumplido con garantías democráticas, viola los derechos humanos, persigue a la oposición. Parece increíble además se plantee todo esto desde la base de la negociación, que Ucrania no deba ser parte de la OTAN, que se deban entregar territorios ocupados en violación al derecho internacional. Todo esto desata el miedo en países bálticos, y en Europa central y oriental”, explicó Astroza. 

 

¿Debe Europa crear un ejército y pensarse sin apoyo estadounidense? 

Una pregunta surgió, entre líderes europeos incluso antes de la reunión de emergencia convocada por Macron, a raíz de los acontecimientos, en medio de la Cumbre de Seguridad de Múnich: ¿podría Europa hacerse cargo de su propia seguridad o seguiría reaccionando a las decisiones de Estados Unidos y Rusia? 

El discurso del vicepresidente estadunidense J.D. Vance ante la cumbre en Múnich dejó a gran parte de Europa y sus líderes prácticamente atónitos. En su primer viaje en el cargo y su primer discurso como vicepresidente ante una audiencia europea, Vance puso en duda el papel de Estados Unidos como aliado y pareció dinamitar algunos de los vínculos más longevos de ese país con la Unión Europea. 

El vicepresidente estadunidense criticó la anulación de elecciones en Rumanía, en las que se intuye intervención rusa. Además, declaró que “no hay nada más urgente que la migración masiva” y acusó a los líderes europeos de reprimir la libertad de expresión y de censurar las voces disidentes, haciendo referencia al partido de extrema derecha alemán Alternativa para Alemania (AfD), clasificado como extremista por los servicios de inteligencia alemana.  

Vance también afirmó que la mayor amenaza a la seguridad que enfrenta Europa no es Rusia ni China, sino la “amenaza desde dentro”. 

“Si (Europa) corre con miedo de sus propios votantes, no hay nada que Estados Unidos pueda hacer por ustedes, ni hay nada que (Europa) pueda hacer por el pueblo estadunidense que me eligió y eligió al presidente Trump”, afirmó.

El discurso provocó la ira del canciller alemán, que, al día siguiente, cuestionó que Estados Unidos interviniera en las elecciones alemanas, o que aconsejara a Alemania sobre su política. Vance, que instó a los partidos alemanes a romper el cerco sanitario vigente desde la II Guerra Mundial y que tiene como tabú colaborar con partidos que atenúen o minimicen la historia del país bajo el nazismo y sus crímenes, se reunió con Alice Weidel, líder de AfD. 

El presidente Volodímir Zelenski, quien instó a Europa a crear un ejército europeo a la par de la OTAN es quien quizá ha interpretado mejor el mensaje estadunidense y el colapso de la alianza transatlántica:

“El vicepresidente estadunidense lo dejó claro: décadas de la vieja relación entre Europa y Estados Unidos están llegando a su fin. A partir de ahora, las cosas serán diferentes, y Europa tiene que adaptarse a ello”. 

Pese a esto, Europa sigue debatiendo si enviará tropas a Ucrania después de que cese la guerra.  

El presidente Macron dijo el martes, en su cuenta de X: "El trabajo continuará basándose en las propuestas de la Comisión Europea, tanto en el apoyo a Ucrania como en el desarrollo e inversión en nuestra defensa". 

Con información de Reuters, AP, EFE y medios locales. 

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