Bielorrusia
Presidente de Bielorrusia gana su séptimo mandato en elecciones rechazadas por la oposición
Adversarios del mandatario Alexander Lukashenko tachan la votación de farsa, al igual que la anterior, en 2020, que desencadenó meses de protestas sin precedentes en la historia del paísEl rostro sonriente del presidente Alexander Lukashenko aparecía en los carteles de campaña por toda Bielorrusia el domingo, en un momento en que el país celebraba unas elecciones orquestadas que prácticamente garantizaban al autócrata de 70 años otro mandato más sobre sus tres décadas en el poder.
"¡Necesario!" proclamaban los carteles bajo una foto de Lukashenko, con las manos entrelazadas. La frase es lo que grupos de votantes respondieron en videos de campaña después que supuestamente les preguntaran si querían que se mantuviera en el cargo.
Y según un comunicado nocturno de la Comisión Central Electoral, el mandatario ganó de manera aplastante, obteniendo casi el 87% de los votos.
Pero sus oponentes, muchos de los cuales están encarcelados o exiliados en el extranjero debido a una implacable represión contra la disidencia y la libertad de expresión, no están de acuerdo. Ellos tachan la votación de farsa, al igual que la anterior, en 2020, que desencadenó meses de protestas sin precedentes en la historia del país de 9 millones de habitantes.
La represión resultó en más de 65 mil arrestos, con miles de personas golpeadas, lo que trajo condenas y sanciones de Occidente.
Lukashenko gobierna con mano de hierro desde 1994 —asumió el cargo dos años después de la desaparición de la Unión Soviética—, lo que le ha valido el apodo de "último dictador de Europa". Su gobierno depende de subsidios y apoyo político de su estrecho aliado, Rusia.
El mandatario permitió que Moscú usara su territorio para invadir Ucrania en 2022 e incluso alberga algunas de las armas nucleares tácticas rusas, pero aún así hizo campaña con el lema, "paz y seguridad", argumentando que ha salvado a Bielorrusia de verse arrastrada a la guerra.
"Es mejor tener una dictadura como en Bielorrusia que una democracia como en Ucrania", dijo Lukashenko con su característica franqueza.
Temores a que se repita la agitación electoral
Su dependencia del apoyo del presidente ruso Vladímir Putin — quien también lleva un cuarto de siglo en el cargo — le ayudó a sobrevivir a las protestas de 2020.
Los observadores creen que Lukashenko temía una repetición de esas protestas masivas en un contexto de problemas económicos y de combates en Ucrania, por lo que programó la votación en enero, cuando pocos querrían volver a salir a las calles, en lugar de en agosto. Sólo enfrenta una oposición simbólica.
Según los resultados oficiales, anunciados a primeras horas del lunes, Lukashenko obtuvo el 86,82% de los votos, frente al 3,21% de su rival más cercano. Según la Comisión Central Electoral, el 3,60% de los electores anularon su voto.
En 2020, el organismo electoral afirmó que Lukashenko había obtenido el 80,10% de los sufragios.
"El trauma de las protestas de 2020 fue tan profundo que Lukashenko esta vez decidió no correr riesgos y optó por la opción más confiable, cuando la votación parece más una operación especial para retener el poder que una elección", dijo el analista político bielorruso Valery Karbalevich.
Lukashenko ha reiterado que no se aferra al poder y que lo entregará "con calma y tranquilidad a la nueva generación".
Su hijo de 20 años, Nikolai, recorrió el país dando entrevistas, firmando autógrafos y tocando el piano en eventos de campaña. Su padre no ha mencionado su propia salud, aunque se le ha visto caminar con dificultades y ocasionalmente habla con voz ronca.
"El tema del sucesor sólo se vuelve relevante cuando un líder se prepara para dejar el cargo. Pero Lukashenko no tiene intención de irse", añadió Karbalevich.
Los principales rivales políticos están encarcelados o exiliados
Los opositores más importantes han huido al extranjero o han sido encarcelados. El país tiene casi 1.300 prisioneros políticos, incluido el ganador del Nobel de la Paz Ales Bialiatski, fundador del Centro de Derechos Humanos Viasna.
Desde julio, Lukashenko ha indultado a más de 250 personas descritas como prisioneros políticos por activistas. Al mismo tiempo, sin embargo, las autoridades han intentado erradicar la disidencia arrestando a cientos de personas en redadas contra familiares y amigos de prisioneros políticos y cualquier persona que participe en actividades en línea organizadas por bloques de apartamentos en varias ciudades.
Las autoridades detuvieron a 188 personas tan solo el mes pasado, afirmó Viasna. Activistas y quienes donaron dinero a grupos de oposición han sido citados por la policía y obligados a firmar papeles diciendo que se les había advertido que no participaran en protestas no autorizadas, dijeron defensores de derechos.
Los cuatro rivales de Lukashenko en las urnas son leales a él y han elogiado su gobierno.
"Entro en la contienda no en contra, sino junto con Lukashenko, y estoy listo para servir como su vanguardia", dijo el candidato del Partido Comunista, Sergei Syrankov, partidario de penalizar las actividades LGBTQ+ y reconstruir monumentos al líder soviético Josef Stalin.
El candidato Alexander Khizhnyak, jefe del Partido Republicano del Trabajo y la Justicia, fue el más votado en un distrito electoral en Minsk en 2020 y juró prevenir "una repetición de los disturbios".
Oleg Gaidukevich, jefe del Partido Liberal Democrático, apoyó a Lukashenko en 2020 e instó a los otros candidatos a "hacer que los enemigos de Lukashenko sientan náuseas".
La cuarta candidata, Hanna Kanapatskaya, en realidad obtuvo el 1,7% de los votos en 2020 y dice que es la "única alternativa democrática a Lukashenko". Ha prometido abogar por la liberación de prisioneros políticos pero advierte a sus seguidores contra "iniciativas excesivas".
Líder de la oposición califica la elección de "farsa sin sentido"
La líder de la oposición en el exilio, Sviatlana Tsikhanouskaya, quien huyó de Bielorrusia bajo presión gubernamental después de desafiar al presidente en 2020, dijo a The Associated Press que la elección del domingo fue "una farsa sin sentido, un ritual de Lukashenko".
Los votantes deberían tachar todos los nombres en la boleta, dijo, y los líderes mundiales no deberían reconocer el resultado de un país "donde todos los medios de comunicación independientes y los partidos de oposición han sido destruidos y las cárceles están llenas de prisioneros políticos".
"Las represiones se han vuelto aún más brutales a medida que se acercaba esta votación sin elección, pero Lukashenko actúa como si cientos de miles de personas aún estuvieran de pie ante su palacio", dijo.
La Unión Europea rechazó el resultado de los comicios de Bielorrusia el domingo y amenazó con imponer nuevas sanciones al país.
"La farsa de elecciones de hoy en Bielorrusia no ha sido ni libre ni justa", dijeron en un comunicado conjunto la jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, y la comisaria de Ampliación de la UE, Marta Kos.
Poco después de votar en Minsk el domingo, acompañado de su perro pomerania blanco, Lukashenko dijo a los periodistas que no buscaba el reconocimiento ni aprobación de la UE.
"Lo principal para mí es que los bielorrusos reconozcan estas elecciones y que terminen pacíficamente, como empezaron", afirmó.
En una conferencia de prensa de una hora de duración, Lukashenko dijo que no descartaba postularse nuevamente para el puesto más alto en 2030.
La organización de defensa de la libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras presentó una denuncia contra Lukashenko ante la Corte Penal Internacional por su represión de la libertad de expresión, que ha supuesto la detención de 397 periodistas desde 2020. Dijo que 43 están en prisión.
Temores de manipulación de votos
Según la Comisión Central Electoral, hay 6,8 millones de posibles votantes. Sin embargo, aproximadamente 500.000 personas han dejado Bielorrusia y no pueden votar.
Después del cierre de las urnas a las 8:00 de la noche hora local (17:00 GMT), la comisión detalló que la participación fue del 85,70%, pero la falta de seguimiento independiente hizo que esa cifra fuera prácticamente imposible de verificar.
En el país, la votación anticipada que comenzó el martes ha creado un terreno fértil para irregularidades, ya que las urnas lucieron desprotegidas hasta el último día de la elección, denunció la oposición. Un récord del 41,81% de los electores emitieron su voto en cinco días de votación anticipada. Mientras tanto, los activistas de Viasna informaron sobre problemas de internet en todo el país y alegaron que el gobierno de Lukashenko estaba bloqueando el acceso a los servicios VPN comúnmente utilizados para evadir la censura.
Los centros de votación han eliminado las cortinas que cubren las urnas y se prohíbe a los votantes fotografiar sus boletas, en respuesta a la iniciativa opositora de 2020 de que los votantes tomaran esas fotos para dificultar que las autoridades manipulen la votación.
La policía ha realizado grandes simulacros antes de la elección. Un video del Ministerio del Interior mostró a policías antidisturbios con cascos golpeando sus escudos con porras como forma de prepararse para dispersar una protesta. Otro mostró a un agente arrestando a un hombre que aparentaba ser un votante, torciéndole el brazo junto a una urna.
En un principio, Bielorrusia se negó a permitir observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, que había monitoreado elecciones anteriores. Cambió de opinión este mes e invitó a la OSCE, cuando ya era demasiado tarde para organizar una misión de observadores.
Aumenta la dependencia de Rusia
El apoyo de Lukashenko a la guerra en Ucrania ha roto los lazos de Bielorrusia con Estados Unidos y la Unión Europea, poniendo fin a su estrategia de utilizar a Occidente para tratar de obtener más subsidios del Kremlin.
"Hasta 2020, Lukashenko podía maniobrar y jugar a Rusia contra Occidente, pero ahora, cuando la situación de Bielorrusia se acerca a la de un satélite de Rusia, esta elección al estilo de Corea del Norte ata al mandatario bielorruso al Kremlin aún más fuerte, acortando la correa", aseveró Artyom Shraybman, un experto en Bielorrusia del Centro Carnegie para Rusia y Eurasia.
Después de la votación, Lukashenko podría tratar de aliviar su dependencia total de Rusia buscando un nuevo acercamiento a Occidente, predijo.
"El objetivo intermedio de Lukashenko es utilizar la votación para confirmar su legitimidad y tratar de superar su aislamiento para al menos iniciar una conversación con Occidente sobre aliviar las sanciones", dijo Shraybman.