Dopaje infantil

Niños luchadores se dopan; su entrenadora confiesa cómo ocurrió (Video)

Daniela Hernández, graduada en Ciencias del Ejercicio por la UANL, toleró que dos alumnos usaran diuréticos para poder dar el peso y participar en la Olimpiada Nuevo León, evento organizado por el Instituto del Deporte de ese estado.
martes, 26 de agosto de 2025 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La entrenadora de lucha olímpica Daniela Hernández, quien entrena a menores de edad en el club Lobos Wrestling del municipio de Apodaca, Nuevo León, confesó en sus redes sociales que dos de sus alumnos, un niño y una niña, que participaron en la Olimpiada Nuevo León 2025, se doparon con diuréticos y fueron sometidos a un proceso de deshidratación para poder dar el peso que les permitiría competir.

En un video que publicó en su cuenta de Tiktok @tinymexa, la entrenadora narra que, con el permiso de sus padres, la niña luchadora estaba tomando “unas pastillas para hacer pipí”, de lo cual tuvo conocimiento otro niño que no podía dar el peso y que se encontraba en fase de deshidratación “porque llegó muy pasado de peso”, lo cual está prohibido en la práctica del deporte porque pone en riesgo la salud y la vida de las personas.

Como su competencia era al día siguiente, y pese a la deshidratación, el niño luchador seguía 400 gramos arriba del peso que necesitaba, le pidió a otro compañero que le dijera a la niña “con experiencia en el uso de diuréticos” que le diera una de sus pastillas para que él también pudiera bajar, lo cual ocurrió sin el conocimiento de Daniela Hernández, quien, sin embargo, sí estaba consciente de que su alumna estaba en posesión de una sustancia dopante. 

Fue la propia menor la que le dijo a la entrenadora que ella le proporcionó el medicamento prohibido en la Lista de Métodos y Sustancias de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), situación que alertó a Hernández, pero no porque sus alumnos se estén dopando, sino porque le preocupó lo que pasaría si el menor tomaba un diurético a sabiendas de que ya estaba deshidratado, ya que ella pudo “haber terminado en la cárcel”. 

Hernández con los luchadores del municipio de Apodaca en la Olimpiada de Nuevo León. Foto:  IG @tinymexa

“Eso fue en la noche. Al día siguiente, como yo tenía las básculas en mi habitación (de un hotel donde estaban concentrados), la niña se pesa a las cinco de la mañana y todavía estaba arriba (pasada de peso). Le preparamos las cosas para bajarle el peso una horita más, ya le quedaba un poquito. Le digo: ‘Voy por ese niño’. Y me dice: ‘Profe, sólo le di una. Y yo: ‘¿Una qué?’. Pues una pastilla. ‘¿A quién?’. Pues a tal. Mi sangre se me fue a los pies, te explico por qué.

Ahí me tienen corriendo hasta el piso donde estaban los niños. Les toco la puerta, pero horrible, para espantarlos. Y sale el niño que me dijeron que fue por la pastilla. Le digo: ‘¿Dónde está, Juan?’, vamos a decirle Juan. Y ya sale medio dormido. ‘Vete a mi cuarto a pesarte, por favor, allá te veo’. Y va así con cara de espantadísimo. Le digo al otro niño, al que le había dado la pastilla: ‘¿Sabes que yo pude haber terminado en la cárcel por lo que hiciste?’. Y le empiezo a explicar la situación y (ahora) les explico ustedes. Lo que pasa es que el niño ya estaba deshidratado. Muchos de nosotros podemos decir: ‘Ay, fue una pastilla diurética, nomás hace pipí’.

Y con toda indolencia, la entrenadora continúa su relato: 

“Señores, el cuerpo humano tiene un porcentaje de agua y con eso funciona bien, pero ese niño ya estaba deshidratado y ya estaba a punto de pesarse y le agregas un diurético, me le puede dar una convulsión, un qué sé yo (...) Él podría haber acabado también involucrado porque pasó por sus manos esa pastilla (...) y pues todo esto porque estaban bajo mi responsabilidad, a mi cuidado en el hotel porque no estaban sus papás. Entonces subo a mi cuarto y ya se está pesando el niño y me da 400 gramos abajo (...) ahí mismo le di un sorbito de agua, creo que una barrita, no me acuerdo qué (...) después ya en el área de pesaje todavía estaba abajo, entonces para que ahí mismo no entrara en shock le di más agüita y lo estuve cuidando y ya, compitió y todo excelente”.  

Infracciones a las normas antidopaje 

Los diuréticos y agentes enmascarantes están prohibidos por la WADA, dentro y fuera de competencia, no sólo porque recurrir a ellos, principalmente para dar el peso en deportes como los de combate, sino por el daño a la salud que provocan. 

La entrenadora Daniela Hernández, quien como deportista también participa en competencias de artes marciales mixtas, fue muy precisa en la narración de los hechos que demuestran que estaba al tanto de que los dos niños hicieron trampa para dar el peso e incumplieron el Código Mundial Antidopaje, lo cual también amerita un castigo para ella y que el Comité Nacional Antidopaje inicie una investigación.

Los apartados 2.2, 2.6 y 2.9 del artículo 2 del Código Mundial Antidopaje se refieren a las conductas dadas a conocer por la entrenadora Daniela Hernández: 

  1. Uso o tentativa de uso por parte de un deportista de una sustancia o un método prohibido: “El éxito o fracaso en el uso o tentativa de uso de una sustancia prohibida o de un método prohibido no es una cuestión determinante. Para que se considere que se ha cometido una infracción de la norma antidopaje es suficiente que se haya usado o se haya intentado usar la sustancia prohibida o el método prohibido”.
  2. Posesión de una sustancia o un método prohibido por parte de un deportista o persona de apoyo a los deportistas: “La posesión durante la competición por parte de un deportista, de cualquier sustancia prohibida o método prohibido, o bien, la posesión fuera de competición, por parte de un deportista, de cualquier sustancia o método que estén prohibidos fuera de competición, salvo que el deportista demuestre que es debida a una autorización de uso terapéutico (AUT) otorgada conforme a lo dispuesto en el artículo 4.4 o acredite otro motivo aceptable”. 
  3. Complicidad o tentativa de complicidad por parte de un deportista u otra persona: “Asistir, alentar, ayudar, incitar, conspirar, encubrir o cualquier otro tipo de complicidad intencionada o tentativa de complicidad que implique una infracción de las normas antidopaje, una tentativa de infracción de las normas antidopaje o una infracción del artículo 10.14.1”.

De acuerdo con los resultados de la competencia, publicados en el sitio https://olimpiada.inde.com.mx/, el municipio de Apodaca, al cual representaron los alumnos de Daniela Hernández, obtuvo 19 medallas de oro en lucha en ambas ramas, de las cuales seis las ganaron los niños de la entrenadora en mención. 

Proceso contactó al responsable del deporte de Apodaca, Rogelio Peña, pero hasta el cierre de esta edición no respondió el mensaje. 

Frivolidad

Pese a las violaciones a las reglas antidopaje que cometieron sus alumnos — una de ellas con el consentimiento de sus padres— y ella misma, en otra parte del video Hernández se enfoca supuestamente en dar consejos a otros entrenadores y a los padres de familia para que no les pase una situación como esta.

La narración de los hechos ocurridos es de una forma completamente frívola mientras la entrenadora se está planchando el cabello. 

El lunes 28 de julio, en la cuenta de Instagram de Lobos Wrestling Club, Daniela Hernández publicó un comentario en una fotografía donde aparece acompañada de siete niños, seis hombres y una mujer, que están enseñando sus medallas.

“Sábado y domingo se celebró la competencia más importante del año a nivel Estatal, la Olimpiada Nuevo León 2025. Hoy, después de terminar, tengo 7 campeones a mi cargo. 6 con medalla en cuello y uno que me demostró lo que es el verdadero espíritu de no rendirse. Aparte mis lobos alfa estuvieron ahí para apoyarme en todo momento y merecen su debido aplauso.

Mi corazón no cabe en mi pechito, todo lo que trabajamos al fin llegó a donde debía llegar y sólo vinimos por los resultados. La manada está creciendo y los lobos aullando más fuerte que nunca. Con esfuerzo y con honor”. 

En la Universiada Nacional 2017, Daniela Aideé Hernández Cepeda, representó a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y se proclamó campeona de lucha en la categoría de los 48 kilos. En 2018, se graduó de la Facultad de Organización Deportiva (FOD) en la carrera de Ciencias del Ejercicio. 

Guillermo Díaz: "No sé cómo actuar si no hay un positivo por dopaje". Foto: X / @maryjosealcala

El presidente de la Federación Mexicana de Luchas Asociadas, Guillermo Díaz, dice a Proceso que Daniela Hernández no está en el registro de entrenadores del organismo que dirige y que no tiene la certeza de que lo dicho por la entrenadora es verdad.

“Ella fue atleta y sí fue seleccionada. La teníamos registrada como atleta hace tiempo, aquí en justamente en una competencia en el Comité Olímpico se retiró. Que yo sepa ella no es entrenadora registrada por nosotros. Yo la veo en las competencias e inclusive la he visto con cámaras, toma fotografías, algunos videos, entrevista gente, por eso yo no le hice caso. 

No sé también ya si creer o no en tantos videos que se publican. No sé si esta sea una historia verdadera o sea inventada por ella. No sabría qué hacer ahí, no sé cómo voy a actuar sin que haya un resultado de dopaje por parte de la Conade. Pareció más como una cuestión de pose que otra cosa. Claro, ella misma se está echando la soga al cuello en todo porque si alguien solicitara una investigación tendría que comparecer.

La reportera envió un mensaje a la cuenta de Instagram de Daniela Hernández Centeno para solicitar una entrevista, pero hasta el cierre de la edición no había contestado. 

Los riesgos de la deshidratación

En marzo pasado, Proceso publicó el reportaje “Judo en Jalisco: el maltrato oculto detrás de los triunfos” donde dio cuenta de los abusos de un grupo de entrenadores de judo en jalisco que provocaron el fallecimiento de una menor de edad a quien obligaron a deshidratarse.

En marzo de 2008, Fernanda Viridiana Ramírez Escoto, con apenas 14 años de edad, entrenaba para competir en Morelia, Michoacán, como parte de su preparación rumbo a la Olimpiada Nacional de ese año, certamen en el que estaba proyectada para obtener la medalla de oro en -44 kilogramos, división en la que compitió el año anterior.

De acuerdo con las tablas de crecimiento, el desarrollo corporal común para una adolescente es subir 3.5 kilogramos entre los 13 y 14 años, con un peso promedio de 50 kg para una menor de esa edad.

Sin embargo, el cuerpo de entrenadores encabezado por el cubano Alfonso Cárdenas insistió en mantenerla por debajo de su peso natural, y al igual que al resto de judocas que tenían dificultades para dar la marca reglamentaria en la división a la que estaban programados, fue expuesta en repetidas ocasiones a un método extremo que atentó en contra de su vida.

El día antes de morir, Viridiana estuvo al borde del desmayo mientras era sometida a la rutina habitual del entrenador Cárdenas para bajar de peso: correr en el sol, meterse a un automóvil hacinada con otros compañeros y mínima ventilación y ser sepultados debajo de las colchonetas.

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