Teatro/De este lado

“Centroamérica”, de Lagartijas tiradas al sol

"Centroamérica" es una obra de denuncia que cuestiona la represión, las dictaduras, la invisibilización de esa región que es nuestra vecina.
viernes, 12 de septiembre de 2025 · 19:27

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros). 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Lagartijas tiradas al sol presenta, a través del teatro documental, una realidad a la que poco atendemos, como es Centroamérica. Una región que la historia ha invisibilizado y que las dictaduras que en ella han sucedido y suceden nos alertan, porque viven la influencia, el dominio y el intervencionismo de los Estados Unidos de Norteamérica a lo largo de la historia, a través de distintas formas, veladas o directas en complicidad con los gobiernos que ejercen la violencia y opresión hacia su población. 

Centroamérica se vuelve el centro temático, territorial y emotivo de esta propuesta escénica que mezcla ficción y realidad y que los performers se develan como creadores y narradores, como protagonistas de lo que presentan; se desdoblan y crean ficciones y exponen diversas situaciones, partiendo de preguntas en sus procesos de trabajo. 

Luisa Pardo y Lázaro Gabino Rodríguez, del colectivo Lagartijas tiradas al sol, observan la realidad con espíritu crítico y la cuestionan por qué quieren transformarla, y no saben si el teatro lo puede hacer o sólo es posible transformarla en la realidad misma. 

Con el objetivo de realizar una investigación sobre Centroamérica y hacer un libro y una obra de teatro, conocen una región lastimada, y cómo duelen su historia y su condición. Ellos como actuantes intervienen su objeto de estudio y se sumergen en la aventura del conocer. Viajan a Centroamérica y documentan la experiencia. Confunden la verdad de la ficción y el espectador opta por creer todo lo que nos presentan. 

Primero describen el contexto y las características de Centroamérica (que en libro amplían históricamente); nos informan e?instruyen para lanzarse a la búsqueda de respuestas o de más preguntas. Utilizan el video, los testimonios, la narración, la descripción, la ejecución de distintas escenas que muestran momentos de su aventura. Se convierten en los personajes con los que se encuentran, o escuchan el testimonio de laguna persona que está en la pantalla. 

Su espléndida habilidad para jugar con los elementos escénicos y crear una estética particular, mezclando aleatoriamente objetos e imágenes, nos van llenando de significados. Al fondo a la derecha un lienzo donde se proyectan videos, y a la izquierda una imagen de una selva tropical, y frente a ella un pequeño contenedor de agua donde se refrescan o refieren a la playa y el turismo, como si fuera el lugar común al que recurrimos cuando pensamos en Centroamérica, lo cual contrasta con el ambiente político y social aterrador que vamos conociendo. 

Están siempre activos en el escenario, como la acción de colocar en el piso lienzos de plásticos de colores, a veces lisos, a veces floreados, cual si fueran los territorios que van pisando y ocupando todo el espacio. Al frente un altar que construyen poco a poco, y en los laterales algunas sillas y un lugar donde cambian de vestuario según la ocasión. Desde unos shorts hasta un elegante vestido o un traje de baño. 

La investigación antropológica que los creadores escénicos emprenden, se topa con la realidad nicaragüense que nos impacta, en particular a aquellos que vivimos el triunfo sandinista y apoyamos el movimiento y que ahora está sumida en la peor dictadura, donde la represión, la censura, la violencia, los desplazamientos y desapariciones forzadas están a la orden del día. La investigación y el “trabajo de campo” se ven atravesados por una impronta: una mujer que da su testimonio, le pide a Luisa vaya a rescatar el cuerpo de su hermano de la fosa común para trasladarlo a la cripta familiar, haciéndose pasar por ella, pues ella no puede volver a Nicaragua. Este hecho trastoca el curso del viaje y aparece como una respuesta a la necesidad de ser transformadores de la realidad, no en el teatro sino ahí, donde la necesitan. 

La segunda parte de la obra arriba en esta otra aventura que mantiene en tensión al espectador, con miedo y dudas y muchas preguntas al final. 

En Centroamérica, la sinceridad con que se colocan los performers en el escenario, es un elemento central para que el espectador se entregue completamente a lo que están compartiendo y vivamos y los acompañemos tanto en su aventura como en sus inquietudes en las que coincidimos. 

Centroamérica -que se presenta hasta el 12 de septiembre en el Teatro Orientación del CCB-, es una obra de denuncia que cuestiona la represión, las dictaduras, la invisibilización de esa región que es nuestra vecina e invita a reflexionar acerca del papel transformador del teatro y del compromiso por ser activos en el querer transformar esta injusta, violenta y opresora realidad. 

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