Secretaría de Cultura
Cultura federal busca contrarrestar apología de la violencia con “México canta”
La Secretaría de Cultura presentó el programa ‘México canta. Por la paz y contra las adicciones’, un concurso que busca impulsar narrativas diferentes en la música regional mexicana.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con la idea de “promover una cultura distinta en el país”, la Secretaría de Cultura (SC) presentó el programa ‘México canta. Por la paz y contra las adicciones’, un concurso que busca impulsar narrativas diferentes en la música regional mexicana apoyándose en figuras como Regina Orozco, Horacio Franco, Mario Domm, A.B. Quintanilla y Vivir Quintana.
El programa es una respuesta a las narrativas musicales que hacen apología de la violencia mediante letras y videos musicales, de hecho, la Secretaría de Cultura federal detalló en un comunicado que el concurso se realiza en coordinación con el Consejo Mexicano de la Música (CMM), y ya hay artistas y música clasificada que se puede consultar en la página https://www.mexicocanta.gob.mx/participantes.
Al acceder al portal se puede ver una lista de artistas, y la posibilidad de búsqueda por artista, región y género, incluyendo en este último: alternativa, balada, banda, bolero, campirano, folk, fusión mexicana contemporánea, mariachi, norteño, pop, rap, rock, tropical, y urbano.
Se informo que se evaluaron 15 mil 115 proyectos en total de los cuales 365 ya fueron clasificados (los que aparecen en el micrositio), de estos 320 son artistas mexicanos, y 45 de Estados Unidos. Para la tercera fase del concurso se decantará a 48 propuestas que se darán a conocer en las siguientes semanas. Los artistas seleccionados pasarán a seis semifinales en un programa en vivo, aunque no se informó a través de qué vías se podrán ver.
El 80% de los participantes son jóvenes de entre 18 y 29 años, “lo que ayuda a que estas nuevas narrativas de la música mexicana conecten con un público joven”, se lee en el comunicado de la SC.
El jurado que realiza las evaluaciones está conformado por personalidades como la cantante y actriz Regina Orozco, la compositora Mónica Vélez, la cantante y compositora América Sierra y el productor musical Javier Ramírez.
Además de un jurado invitado por cada programa de las semifinales en el que participan: la cantante y compositora Vivir Quintana, el músico y compositor Fernando Rivera Calderón, el flautista Horacio Franco, la cantante Camila Fernández, el productor musical Fabián Rincón y el cantante compositor Mario Domm, así como el músico y compositor A.B. Quintanilla.
Sobre el proyecto la presidenta Claudia Sheinbaum refirió en “La mañanera”:
“¿Qué buscamos nosotros? A través de mecanismos como ‘México canta’, promover una cultura distinta en el país. Durante todo este tiempo de la guerra contra el narco y también durante la época de Peña Nieto, que en realidad siguió la misma política prácticamente, al mismo tiempo salían series televisivas enalteciendo a los grandes delincuentes, como si eso fuera el mejor estilo de vida para un joven mexicano, eso no, y no vamos a censurar, no se trata de censurar y que eso no salga.
“Nosotros no pensamos que la prohibición, en este caso, sea la mejor opción, sino promover otras visiones a través de la música, en este caso”.
La apología de violencia en la música en los años recientes
Hay que recordar que a la fecha hay diversos estados en los que se prohíben los narcocorridos y/o apología de violencia en la música como en Tijuana, Baja California; los municipios de Texcoco, Metepec y Tejupilco en Estado de México; y en Guanajuato, Jalisco, Nayarit y recientemente este año Michoacán.
En 2023, año en que se empezó a hablar de prohibiciones de narcocorridos Proceso publicó declaraciones del periodista, y profesor de literatura y cultura latinoamericana de la City University of New Yok (EU), Oswaldo Zavala, quien afirmó que “los cantantes y las letras responden a la imagen de una juventud criminalizada”, dijo:
“Me parece más preocupante el efecto que deja esta música en el consumidor que la recibe sin ningún contexto crítico… una imaginación del crimen organizado que ha sido espectacularizada por décadas de productos culturales, sobre todo en Estados Unidos”, pues “la industria musical trasnacional es muy poderosa” y “es muy ingenuo pensar que hay espontaneidad en el gusto recibido de las masas”.
Y en referencia a la continuación de las letras violentas con nuevas figuras musicales comentó:
“Lo más problemático de un cantante de corridos tumbados como Peso Pluma, al igual que en su momento ocurrió con los narcocorridos de Los Tigres del Norte, es que dicen cantar la ‘verdad’ del mundo del ‘narco’, lo cual confirma la supuesta realidad del traficante como una amenaza terrible e inminente.
“Seguimos creyendo en los ‘jefes de jefes’ y en los ‘narcojuniors’ con pistolas de cacha dorada, en parte porque estas canciones construyeron poderosas imágenes de consumo global, es decir, que entretienen lo mismo que condicionan las expectativas del público consumidor. Un público que confunde su percepción de la realidad con las afirmaciones de un producto cultural, derivado de una narrativa securitaria dominante.
—Partiendo de que en la música hay gustos para todo, ¿qué futuro le ve a este género?, ¿llegó para quedarse?
--El género tendrá aceptación global en el presente de la industria cultural trasnacional al nivel que lo experimentamos ahora, hasta que se desplace de nuevo la agenda de seguridad nacional estadunidense. Esto puede durar años, porque finalmente esa agenda se renueva constantemente en una proliferación de otros productos culturales compatibles --series de televisión de Netflix, cine de autor premiado en festivales como Cannes o Venecia, las numerosas variaciones de la música popular para jóvenes.[Salto de ajuste de texto] “No sabremos qué cosa es México la realidad de México mientras continúe vigente esta música, pero sí sabremos cómo se ‘imagina’ a México en el contexto securitario actual: un país tomado por una nueva generación de jóvenes traficantes obsesionado con el ‘dinero fácil’, con el sexo, con objetos de lujo, con el consumo de drogas, y con la decadencia generalizada de todo un país. En suma: mientras prevalezca la narrativa de la ‘guerra contra las drogas’ siempre habrá lugar para otro cantante de corridos tumbados”.