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DÃa Mundial del Gato: GuÃa completa sobre el SIDA felino (VIF)
El VIF o SIDA felino es un lentivirus que afecta a los gatos y no se contagia a humanos. Su principal forma de transmisión es a través de la saliva en peleas.CIUDAD DE MÉXICO (apro).— En el marco del DÃa Mundial del Gato, que se conmemora cada 8 de agosto, se destaca la importancia de la tenencia responsable, lo que incluye el conocimiento de enfermedades que pueden afectar a estos animales de compañÃa, como el Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF).
El VIF, conocido coloquialmente como SIDA felino, es una enfermedad causada por un lentivirus que compromete el sistema inmunológico de los gatos. Este virus fue identificado por primera vez en 1986 por cientÃficos en California, Estados Unidos, mientras investigaban una colonia de gatos con una alta incidencia de infecciones.
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¿Cómo se transmite el Virus de Inmunodeficiencia Felina?
La principal vÃa de transmisión del VIF es a través de la saliva, fundamentalmente por medio de mordeduras profundas durante peleas entre gatos. Por esta razón, los gatos machos no esterilizados con acceso al exterior presentan un mayor riesgo de contagio, debido a su comportamiento territorial y las posibles disputas con otros felinos.
Otras formas de contagio menos comunes incluyen la transmisión de la madre a los gatitos durante la gestación o la lactancia, aunque esto ocurre en un porcentaje menor de los casos. El virus no se transmite a los seres humanos ni a otras especies de animales.
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El impacto del VIF en la salud de los gatos
El Virus de Inmunodeficiencia Felina ataca y destruye los glóbulos blancos, lo que debilita progresivamente el sistema inmunitario del animal. Esta condición deja al gato vulnerable a infecciones secundarias causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos que en un animal sano no representarÃan una amenaza grave.
La enfermedad puede tener un largo periodo de incubación, durante el cual el gato puede no presentar sÃntomas evidentes. Sin embargo, con el tiempo, pueden aparecer signos como pérdida de peso, fiebre, falta de apetito, inflamación de las encÃas (gingivitis), conjuntivitis, diarrea crónica e infecciones recurrentes en la piel o el tracto respiratorio.
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Diagnóstico y manejo de la enfermedad
El diagnóstico del VIF se realiza mediante análisis de sangre especÃficos que detectan la presencia de anticuerpos contra el virus. Se recomienda realizar esta prueba a todos los gatos, especialmente si son nuevos en un hogar con otros felinos o si tienen acceso al exterior.
Actualmente, no existe una cura para la infección por VIF. El manejo de la enfermedad se centra en proporcionar al gato una buena calidad de vida, lo que incluye una nutrición de alta calidad, desparasitaciones regulares, un programa de vacunación contra otras enfermedades y revisiones veterinarias periódicas, al menos dos veces al año.
Los veterinarios recomiendan mantener a los gatos con VIF en el interior de las viviendas para evitar que contraigan otras infecciones y para prevenir la transmisión del virus a otros gatos.[1] Con los cuidados adecuados, un gato con VIF puede tener una esperanza de vida similar a la de un gato no infectado.[4]
Prevención: la clave contra el VIF
La prevención es la herramienta más eficaz contra el Virus de Inmunodeficiencia Felina. La esterilización, tanto de machos como de hembras, es una medida fundamental, ya que reduce el comportamiento de deambulación y las peleas.[3]
Evitar que los gatos tengan contacto con otros felinos de estado de salud desconocido y realizar pruebas de VIF antes de introducir un nuevo gato en casa son otras medidas preventivas importantes.[3] En cuanto a la vacunación, existe una vacuna en Estados Unidos, pero su eficacia es limitada y no está aprobada en Europa.[3]